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Chávez no se fue

El siglo XXI latinoamericano no podrá entenderse sin tomar en cuenta el legado de Hugo Chávez y la batalla que lideró por la unidad contra el neoliberalismo brutal que señorea la región.

No es posible ignorar ya al mulato llanero que cantaba rancheras en público, citaba de memoria a Simón Bolívar, reía y lloraba ante las cámaras de televisión con absoluta naturalidad, y se burlaba de políticos con ínfulas de emperadores como José María Aznar y George W. Bush (aún se recuerda aquel “Huele a azufre todavía”).

Chávez, un migrante al mundo digital, como suele llamarse a quienes incorporaron de adultos las habilidades que permiten navegar por el ciberespacio, convirtió la política en una práctica popular y participativa, donde valían por igual el intercambio frente a frente, el discurso improvisado desde un podio y las redes sociales. Cómo olvidar la efectividad de aquel @chavezcandanga en twitter, hoy material de estudio para comunicadores y reto para políticos de izquierda.

El líder venezolano no solo dignificó a sus nacionales, también impulsó una nueva diplomacia basada en la autodeterminación de los pueblos, el antimperialismo y la unión entre los países de América Latina y el Caribe a quienes recordaba que tenían “una tarea inconclusa porque no hubo una primera independencia, ni una segunda independencia, es un solo proceso que estuvo truncado, detenido; y la tarea que tiene nuestra generación es tratar de conquistar la emancipación”.

Parte de ese legado se expresará este lunes en Caracas, cuando en coincidencia con el primer lustro de su desaparición física, tendrá lugar una cumbre de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP).

El encuentro ratificará el apoyo de los países miembros — Venezuela,  Cuba, Bolivia, Nicaragua, Dominica, Ecuador, San Vicente y las Granadinas, Antigua y Barbuda, Santa Lucía, San Cristóbal y Nieves, Granada,  y Suriname—  a Venezuela, hoy acosada por una guerra económica y mediática que pretende abortar el proceso democrático que vive esa nación.

Hoy lunes será día de homenajes y acicate para que, tal como enseñó Chávez durante su breve pero profundo paso por la vida, los pueblos de la región, a pesar de las circunstancias desfavorables,  permanezcan con su “apetito por lo imposible abierto” y “tomen el cielo por asalto”.

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