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Vuelo sin regreso

Como muchos cubanos, Jorge Alberto Rueda Flores viaja en fin de año fuera de La Habana para celebrar en familia. Sus padres viven en la provincia de Las Tunas y ese es el destino cada diciembre.

Sin embargo, los sinsabores de las últimas festividades quedaron para “la historia” y son el motivo de la detallada carta que envía a esta sección, con la esperanza de obtener respuestas y que situaciones similares no se repitan.

Comienza la historia

El lector refiere que la experiencia adquirida en los viajes lo enseñó a planificar. Por eso, con tres meses de antelación, su padre les reservó a él y su esposa pasajes de ida (23- 12-17) y vuelta (03-01-18) en avión.

Desde el inicio todo fue malo. Pero nunca imaginamos el final que nos deparaba la vida, o mejor dicho, Cubana de Aviación, señala.

Cuenta que en la terminal capitalina en ningún momento les informaron que no estaban realizando vuelos directos a Las Tunas, detalle conocido por unas amistades. “El avión llega hasta Camagüey y de ahí se continúa en ómnibus. La causa, según versiones extraoficiales, apunta a la carencia de un carro de bomberos”. Sea cual fuera la razón, opina, la lógica dicta que los clientes debieron ser avisados de esa situación.

Además, sin explicación, el vuelo planificado para las 9:50 a.m. despegó casi 2 horas después; retrasado, como ha sido habitual en los tres viajes La Habana-Las Tunas realizados en los últimos años, expresa Jorge Alberto, quien subraya que debieron estar en el aeropuerto a las 7:50 a.m.

Vuelo cancelado

Cuando lo infausto parecía haber pasado, justo el viernes 29 de diciembre, sobre las 2:00 p.m. el lector recibió una llamada para notificarle que el vuelo del 3 de enero estaba cancelado.

En el primer instante pensó que harían el trayecto en ómnibus hasta la capital. Para su sorpresa, el mensaje era que no habría transportación por ninguna vía y les rembolsarían el dinero. ¡Ahí el fin de año se nos empezó a enredar!, confiesa.

Imposible entender que en una fecha tan complicada, sin mal tiempo u otro evento de fuerza mayor y con tan poca anticipación cancelaran la reservación, sin alternativas. No obstante, y sin perder las esperanzas, llamó el 2 de enero a las oficinas de Cubana de Aviación en Las Tunas y desafortunadamente la situación “pintaba” de igual a peor. Al preguntar por el rembolso le dijeron que la entidad carecía de efectivo en caja y que “por el momento no se podía efectuar el pago, debido a que no se estaban realizando ventas”.

En conclusión —comenta—, estábamos sin pasaje de regreso, sin dinero para viajar y apretados con el tiempo, pues debíamos incorporarnos al trabajo el día 4. La única solución… anotarse en la lista de espera, asunto difícil en esas fechas.

Regreso a casa

Después de pedir dinero prestado para el pasaje en ómnibus y de tres días en la lista de espera, el lector y su esposa lograron regresar a la capital e incorporarse a sus puestos laborales 96 horas después de lo previsto.

Esas peripecias, si así pudieran calificarse, le originaron muchas dudas y desea obtener contesta de las autoridades pertinentes: ¿Por qué se informa de la cancelación del vuelo con solo 5 días de antelación y más en una época festiva, con días feriados de por medio? ¿No pudieron buscar una solución, un viaje en ómnibus quizás? ¿Existe algún procedimiento para garantizar el rembolso en cuanto se produce la cancelación?

Algo soslayó Jorge Alberto aunque está implícito en su narración. La tan llevada y quedada protección al consumidor. Él y nosotros esperamos respuesta a una situación que nunca debió ocurrir.

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