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A quienes se desempeñan en la Empresa Cárnica Granma les abraza un sano orgullo desde hace más de cinco años: la estima colectiva, e incluso personal, fue creciendo en la medida en que la entidad ha ido dando pasos para su consolidación.
Hacia lo interno esta contemplación propia es fructífera y saludable, y gira en torno al criterio de Raúl Sebasco Pacheco, quien labora allí desde hace más de 42 años como dependiente y se encarga de la sección sindical del área de distribución y servicios.
“Tenemos mejores condiciones de trabajo, más desarrollo tecnológico y posibilidades de recursos. La producción se ha elevado considerablemente y por esa razón somos reconocidos. Pero lo fundamental es que hemos participado todos de manera consciente”, enfatiza.
En tanto, hacia lo externo, una sencilla expresión se repite y resume el quijotismo de sus cientos de hombres y mujeres: “Con la Cárnica Granma, la provincia y el país hoy, necesariamente, tienen que contar”.
Palpable
Componen la estructura cinco unidades empresariales de base (UEB): tres elaboradoras ubicadas en los municipios de Bayamo, Manzanillo y Niquero, una de aseguramiento logístico y la dirección central para la regulación y control. La producción de sus bienes se enmarca en cinco surtidos seleccionados: cerdo en banda, res deshuesada, carne en conserva, masa para croquetas y vísceras.
En los últimos años ha cumplido con los indicadores medibles con aportes tributarios hasta de un millón 600 mil pesos. Los resultados le permiten un salario medio de 850 pesos y distribuir utilidades a partir del ejercicio económico del 2016 y el 2017, en que logró unas siete mil toneladas de conservas, su récord histórico.
La Empresa Cárnica Granma tiene compromisos mercantiles con el Ministerio de Turismo desde Matanzas hasta Santiago de Cuba, por lo que degustan sus creaciones en importantes polos y hoteles como Varadero, Jardines del Rey, Pesquero, Covarrubias, Río de Oro, los de la propia provincia y otros.
Sus productos tienen alta presencia en las tiendas recaudadoras de divisa, mercados, ferias de barrio y restantes programadas.
Por otro lado, un grupo de transformaciones se hacen evidentes. La industria cuenta con mejor imagen, confort y útiles de trabajo, además del acondicionamiento para conseguir y mantener la inocuidad de los alimentos. Se instaló una fábrica de hielo en la UEB Bayamo, en tanto la de Manzanillo se favoreció con una caldera de vapor.
Con financiamiento propio establecieron un eficiente filtro sanitario con las más elevadas normas. Para quedarse en cero los accidentes laborales, los operarios disponen de los medios de protección necesarios y otros adicionales, mientras que el resto de los trabajadores llevan un uniforme corporativo que les identifica.
En consonancia con la flexibilización de su objeto social producen jabones para autoabastecimiento a partir del cebo obtenido y expenden cuero a diferentes tenerías. La entidad, en perfeccionamiento desde el 2011, cuenta también con su manual de identidad.
Meritorio es, asimismo, el deber sindical, resultado de muchos años de quehacer continuo. Sebasco Pacheco se refirió a que las prioridades están en la disciplina laboral, el cuidado de los utensilios, la búsqueda de soluciones para el ahorro y la lucha contra el delito:
“Tenemos el criterio de que somos nosotros quienes debemos solucionar las problemáticas que se presenten y mantener los resultados de tantos años de esfuerzo”, acotó.
Por su parte, los innovadores y racionalizadores sostienen en funcionamiento la industria gracias al ingenio que cada cual aporta y a que han sido premiados en eventos provinciales, según afirma Rogelio Martínez Díaz, miembro destacado de la Asociación Nacional de Innovadores y Racionalizadores.
Eficiencia
La entidad despunta con varios indicadores entre las de su tipo en el país. Inciden entre ellos la eficiencia en el sacrificio vacuno (relación de peso entre carne obtenida y del animal en pie) con un valor que es de referencia nacional, asegura Roger Diego Fernández Bodaño, director general.
Agregó el directivo que “es la única del país certificada con el 100 % de sus surtidos por el Instituto Cubano de Nutrición. Eso quiere decir que nuestras ofertas poseen con el aval de un organismo muy exigente en su función. Para nosotros alcanzar oportunidades de venta es alcanzar estándares de calidad.
“Obtenemos los mejores índices de industrialización de la sangre, con más de 700 toneladas de embutidos. La fortaleza consiste en que no tiene costo adicional ni de importaciones y genera un alimento de alta demanda en los mercados paralelos del MINCIN, recomendado, incluso, para las dietas médicas por su contenido concentrado de hierro y proteínas.
“Cerramos con unas 300 toneladas de embutidos hechos con tripas naturales procesadas en la industria y con 370 toneladas de cerdo ahumado, que nos permite estar entre las primeras del país en esa especialidad, a pesar de que Granma no consigue niveles importantes de sacrificios ganaderos como otros territorios.
“Estamos en el segundo escaño en cuanto a la producción de masas de croquetas, de la cual hay una permanencia en los comercios locales y un servicio gastronómico montado. Esta línea nos permite un mejor aprovechamiento del resto de los procesos y buscar valor agregado. Con ello generamos mayor ocupación de nuestros obreros y beneficios salariales.
“Somos una de las dos empresas del país seleccionadas para abastecer a Bravo S.A., entidad mixta hispano-cubana que opera con estándares de calidad de la Unión Europea, por lo que nos facilita un ingreso líquido en divisa y nos obliga a cuidar la calidad”, concluyó.
Reconocimiento
La UEB Niquero fue merecedora de iniciar en la oriental provincia la jornada por el Día del Trabajador de la Industria Alimentaria, este 25 de enero. La decisión recompensa el desvelo de sus 100 trabajadores de materializar proyectos y contribuir al desarrollo.
Solo esta unidad consigue volúmenes de surtidos que sobrepasan los de otras empresas, aun cuando la mayor parte de las labores se realizan manualmente, como la industrialización de la sangre.
Alexis Lahera Segura, director de la UEB, asevera que prima el deseo de hacer y hacerlo bien: “Lograr que todos nuestros indicadores sobrepasen el 107 %, y que nuestros productos estén en varios puntos del país, es motivo de satisfacción, aunque no de conformidad”.
