Hace varios años Camagüey no cumple con el plan que se traza en cada zafra azucarera. Todo el mundo lo conoce y lo sufre. Disímiles son las causas y las inversiones que se han aprobado para revertir esa situación (la remodelación de los centrales Brasil y Panamá, las más notables) pero las dificultades persisten. ¿Este año será diferente?
Tal es la pregunta que se hacen muchos agramontinos, mas la realidad pone en duda el deseo de que tenga una respuesta afirmativa. Irma, el huracán, nos azotó duro y la caña bien lo sufrió, al punto de que suman miles las toneladas de azúcar que no se podrán elaborar debido a la gran cantidad de plantaciones perdidas.
Según datos ofrecidos por Lázaro Álvarez Padilla, director de la empresa azucarera en la provincia, este año el plan ha sido cifrado en unas 148 mil toneladas, que deberán salir de las centrífugas antes del 17 de abril, fecha pretendida para el cierre de la campaña. Este año las proyecciones apuntan a completar unas mil toneladas más que en el calendario precedente, meta que se anuncia particularmente compleja debido a las pérdidas “cicloneras” en los campos, y las que quedaron en el ingenio Brasil, uno de los de mayor capacidad y que este año deberá dedicar todos sus esfuerzos a recuperarse.
Las cañas de esa unidad empresarial serán enviadas a las industrias Argentina, de Florida y Carlos Manuel de Céspedes, del municipio homónimo y sus trabajadores apoyarán en otras unidades. En la campaña 2017-’18, además moverán sus molinos el pequeño y eficiente “Siboney”, y los dos colosos del mediosur camagüeyano: “Batalla de las Guásimas” y “Panamá”.
Esta podría ser una de las contiendas más complejas, pero los trabajadores del sector se han comprometido con lograr eficiencia, ahorro y control de los recursos en las reparaciones de las industrias azucareras y medios tecnológicos, tal como aseguró Enrique Sosa, secretario general del sindicato provincial de trabajadores azucareros, quien señaló además que los colectivos se prepararon para no seguir con esa mala racha.
