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Interviene canciller cubano ante Asamblea General de la ONU

“Cuba no tiene que recibir lecciones morales de Estados Unidos ni de nadie”, expresó el ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez Parrilla durante su discurso en la cuarta jornada del Debate General del 72º periodo de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas.

El canciller cubano dio una contundente respuesta a las declaraciones del pasado martes del presidente norteamericano Donald Trump. Resaltó el derecho de todos los pueblos a la libre determinación y condenó la injerencia y las amenazas a los países de la región, especialmente a Venezuela.

También señaló que es impostergable que la Asamblea General de la ONU trabaje por establecer un nuevo orden económico internacional y una renovada arquitectura financiera.

Rodríguez Parrilla recalcó la disposición de Cuba a brindar su apoyo y solidaridad a las islas caribeñas afectadas por los huracanes Irma y María; así como al hermano pueblo Mexicano víctima de dos terremotos.

INTERVENCIÓN  DEL MINISTRO  DE RELACIONES  EXTERIORES  DE LA REPÚBLICA  DE CUBA, BRUNO  RODRÍGUEZ  PARRILLA  EN EL 72 PERÍODO  DE SESIONES   DE  LA ASAMBLEA   GENERAL  DE  LA  ONU.  NUEVA  YORK,  22  DE SEPTIEMBRE  DE 2017.

Señor Presidente:

Señor Secretario  General:

Le  confirmo   el  apoyo   de  Cuba  en  su    labor  al  frente   de  la  Secretaría   de  la Organización    de   las   Naciones   Unidas    como   garante   y   defensor   de   la  paz internacional.

Señores Jefes de Estado y de Gobierno: Distinguidas  delegadas  y delegados:

Expreso  sinceras  condolencias,   extensivas  a los familiares  de  los fallecidos  y a los damnificados,   y  nuestra  disposición   a  incrementar  nuestra  cooperación,   dentro  de nuestras modestas  posibilidades;   a  los hermanos  pueblos y gobiernos  de Dominica y Antigua  y  Barbuda,  pequeñas  islas que  sufrieron  terrible  destrucción;   a  República Dominicana,   Puerto Rico,   Saint Martín,  Sint Maarten,   Islas Vírgenes y Anguila  debido a los huracanes  lrma y María.

Llamo a la comunidad  internacional  a dar toda la prioridad  y movilizar  recursos  para ayudar a los  pequeños   estados   y territorios  insulares   del  Caribe devastados.

Reciba  entrañables    sentimientos     de   solidaridad   de   Cuba,   el  pueblo  y  gobierno mexicanos,   en especial  los familiares   de las víctimas   y los damnificados  por ambos terremotos,      a  quienes    reiteramos   la  disposición     a   asistir   a  la  población   y  a   la recuperación   de los  daños con nuestros modestos esfuerzos.

Hacemos    llegar   nuestro   pesar   al   pueblo   de   los   Estados   Unidos,   sentidas condolencias  a las familias  de los fallecidos,  y honda simpatía  a todos los afectados por el huracán  lrma.

Señor Presidente:

Traigo   el  testimonio   del  pueblo   cubano   que  realiza   un  colosal   esfuerzo   en  la recuperación  de los severos daños en las viviendas,  la agricultura,  el sistema electro­energético  y  otros  provocados  por el  huracán  lrma.  Pese  a  ingentes  medidas  de prevención,  incluida  la evacuación  de  más  de  1, 7 millones  de  personas  y  la total cooperación  de los ciudadanos,  sufrimos diez fallecimientos.

Los dolorosos  daños  a servicios  y las pérdidas  de bienes sociales y personales,  las privaciones  ocasionadas  a las familias  por largas horas sin electricidad  o abasto de agua, acentuaron  la unidad y solidaridad  de nuestro noble y heroico pueblo.

Se han repetido conmovedoras  escenas de rescatistas entregando  una niña salvada a  su  mamá,  un pequeño  recogiendo  de  las  ruinas  un busto  de  Martí,  estudiantes ayudando   a  familias   que  no  conocían,   efectivos  de  las  Fuerzas  Armadas   y   el Ministerio del Interior haciendo los trabajos más duros, dirigentes locales encabezando las tareas más difíciles.

El Presidente Raúl Castro, desde la zona más devastada, emitió un llamamiento en el que escribió: «han sido días duros para nuestro pueblo, que en solo pocas horas ha visto cómo lo construido con esfuerzo es golpeado por un devastador huracán. Las imágenes de las últimas horas son elocuentes, como también lo es el espíritu de resistencia y victoria de nuestro pueblo que renace con cada adversidad».

A nombre del pueblo y gobierno cubanos, agradezco profundamente las sentidas muestras       de   solidaridad   y   afecto   de   numerosos  gobiernos,   parlamentos, organizaciones internacionales y representantes de la sociedad civil.

Expreso honda gratitud ante los diversos ofrecimientos de ayuda recibidos. Señor Presidente:

Guardo viva y emocionada memoria de la imponente presencia y  de las ideas enormemente vigentes, expresadas en esta Asamblea, por el Comandante en Jefe de la Revolución Cubana Fidel Castro Ruz.

Agradezco,   a  nombre  de  nuestro  pueblo  y gobierno,  los  sentimientos  de  respeto, afecto y admiración  recibidos de todas las latitudes.

Señor Presidente:

El pasado  martes,  el  Presidente  Donald  Trump  ha venido  a convencernos  de que uno de sus propósitos  es promover la prosperidad  de las naciones y de las personas.

Pero en el mundo real, ocho hombres  poseen, en conjunto,  la misma riqueza que los 3  mil  600  millones   de  seres  humanos   que  integran   la  mitad  más  pobre  de  la humanidad.

En  términos   de  facturación,   69  de  las  100  mayores   entidades   del  mundo  son empresas  trasnacionales,   no Estados.  Juntas,  las diez  mayores  corporaciones  del mundo  tienen   una  facturación   superior   a  los  ingresos   públicos   de  180  países sumados.

Son extremadamente   pobres 700 millones de personas;  21 millones son víctimas  de trabajo forzoso;  5,9 millones de niños murieron en 2015 antes de cumplir cinco años, por enfermedades  prevenibles  o curables;  758 millones de adultos son analfabetos.

Ochocientos   quince   millones  de  personas   padecen  hambre  crónica,  decenas  de millones  más que en 2015.  Dos mil millones  están subalimentadas.   De recuperarse el  precario  ritmo  de  disminución   de  los  últimos  años,  653  millones  de  personas seguirán  hambrientas  en 2030  y no sería  suficiente  para erradicar  el hambre  en el 2050.

Hay 22,5 millones  de refugiados.  Se agravan  las tragedias  humanitarias  asociadas  a los  flujos  de  migrantes   y  su  número   crece  en  un  orden  económico   y  político internacional  claramente  injusto.

La construcción  de muros y barreras,  las leyes y medidas adoptadas  para impedir las oleadas   de   refugiados   y  migrantes,   han  demostrado   ser  crueles   e  ineficaces. Proliferan  políticas  excluyentes  y xenófobas  que  violan  los derechos  humanos  de millones  de personas  y no resuelven  los problemas  del subdesarrollo,  la pobreza  y los conflictos,  causas principales  de la migración y la solicitud de refugio.

Los gastos  militares  ascienden  a 1,7 millones  de millones  de dólares.  Esa realidad contradice  a quienes alegan que no hay recursos para acabar con la pobreza.

Pero la Agenda  2030 para el Desarrollo Sostenible  carece de medios de aplicación, por egoísmo y falta de voluntad política de los Estados Unidos y otros países industrializados.

¿Cuál es la receta milagrosa  que nos recomienda  el Presidente Trump, a falta de los flujos  financieros   del  Plan  Marshall?  ¿Quiénes   pondrán   los  recursos  para  ello?

¿Cómo puede esto reconciliarse  con la idea de los Presidentes  Reagan y Trump de «América First»?

Ignora y tergiversa  la historia y presenta como objetivo una quimera.  Los patrones de producción   y  consumo   propios   del   capitalismo   neoliberal   son   insostenibles   e irracionales y conducen,  inexorablemente,  a la destrucción  del medioambiente  y al fin de la especie humana.

¿Acaso pueden olvidarse las consecuencias  del colonialismo,  la esclavitud, el neocolonialismo  y el imperialismo?

¿Las  décadas   de  sanguinarias   dictaduras   militares   en  América   Latina   pueden presentarse  como ejemplo de un capitalismo exitoso?

¿Alguien  conoce  recetas  de  capitalismo   neoliberal   mejor  aplicadas  que  las  que destruyeron  las economías  latinoamericanas  en la década de los 80.

Es imprescindible  e impostergable  que las Naciones  Unidas trabajen  por establecer un  nuevo  orden  económico   internacional   participativo,   democrático,   equitativo   e incluyente,  y una nueva  arquitectura  financiera  que tomen  en cuenta  los derechos, necesidades y particularidades  de los países en desarrollo y las asimetrías existentes en las finanzas y el comercio  mundial, resultado de siglos de explotación y saqueo.

Los  países  industrializados   tienen  el  deber  moral,  la  responsabilidad   histórica  y cuentan con los medios financieros y tecnológicos  suficientes  para ello.

Ni siquiera para los ricos, habrá la prosperidad que se anuncia, sin detener el cambio climático.

Cuba  lamenta  la decisión  del  Gobierno  de los Estados  Unidos,  el principal  emisor histórico  de  gases  de  efecto  invernadero  en  el  planeta,  de  retirar  a  su  país  del Acuerdo de París.

En el 2016,  por tercer  año  consecutivo,  se batieron  los récords  de aumento  de la temperatura  media global,  lo que confirma  al cambio  climático  como una amenaza a la supervivencia  de la humanidad y el desarrollo sostenible  de nuestros pueblos.

Reiteramos nuestra solidaridad con los pequeños países insulares en desarrollo, especialmente   del  Caribe  y el  Pacífico,  que  son  los más  afectados  por el cambio climático,  para quienes reclamamos  un trato justo, especial y diferenciado.

Señor Presidente:

El gobierno de Estados Unidos ha venido a decirnos que, junto a la prosperidad, los otros dos «bellos pilares» del orden mundial son la soberanía y la seguridad.

Es responsabilidad de todos preservar la existencia del ser humano frente a la amenaza de las armas nucleares.

Un importante aporte al logro de ese objetivo significó la histórica adopción en el marco de las Naciones Unidas, el pasado 7 de julio, del Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares, que proscribe tanto el uso como la amenaza del uso de esas armas, que tienen la capacidad de aniquilar la especie humana.

Estados Unidos se opuso tenazmente a este tratado. Anunció que empleará 700 mil millones de dólares en gastos militares y desarrolla una doctrina nuclear y militar extremadamente agresiva, basada en la amenaza del uso de  la fuerza y en el empleo de esta.

Estados miembros de la OTAN atentan contra la paz y la seguridad internacionalesy el Derecho Internacional promoviendo intervenciones militares y guerras no convencionales contra Estados soberanos.

Como señaló el Comandante en Jefe de la Revolución Cubana, Fidel Castro Ruz: «cese la filosofía del despojo y desaparecerá la filosofía de la guerra».

Resulta cotidiana la imposición ilegal de medidas coercitivas unilaterales y el uso de herramientas financieras, judiciales, culturales y comunicacionales para la desestabilización de gobiernos y la negación del derecho de libre determinación de sus pueblos.

Crece  el uso encubierto  de las tecnologías  de la información  y las comunicaciones para   atacar   a  otros   Estados,   mientras   varios   países   desarrollados   se  oponen férreamente   a la adopción  de  tratados  internacionales   que  regulen  la cooperación para lograr un ciberespacio  seguro.

El Presidente  estadounidense   manipula  los conceptos  de soberanía  y seguridad  en su exclusivo  beneficio y detrimento  de todos, incluidos sus aliados.

La  tentativa   de  utilizar  la  amenaza   militar  y la  fuerza  para  detener  la  tendencia mundial  irreversible  al multipolarismo  y policentrismo  provocará  graves  peligros  para la  paz  y  la  seguridad   internacionales   que  deben   ser  defendidas   y  preservadas mediante  la movilización  internacional.

Los principios  de igualdad  soberana,  respeto a la integridad  territorial  y no injerencia en  los  asuntos   internos  de  los  Estados,  deben  ser  respetados.   La  Carta  de  las Naciones  Unidas y el Derecho  Internacional  no admiten ser reinterpretados.

La reforma de las Naciones  Unidas debe proponerse  como objetivo esencial que esta responda   a  las  necesidades   acuciantes   de  los  pueblos  y las  grandes   mayorías desfavorecidas.    El  multilateralismo    debe  ser  protegido   y  reforzado   frente   a  los intereses  imperialistas   de dominación  y hegemonía.

La democratización  del Consejo de Seguridad,  tanto en su composición  como en sus métodos de trabajo, es un objetivo impostergable.

El fortalecimiento  de la Asamblea  General  y la recuperación  de las funciones  que le han sido usurpadas,  resulta imprescindible.

Señor Presidente:

El  «patriotismo»   que  se  invoca   en  el  discurso   de  los  Estados   Unidos  es  una perversión  del humanismo,  el amor y la lealtad  a la Patria, y del enriquecimiento   y defensa  de  la cultura  nacional  y universal.   Encarna  una  visión  excepcionalista   y supremacista   de  ignorante  intolerancia  frente  a la diversidad  de modelos  políticos, económicos,  sociales y culturales.

En los países  desarrollados   se agrava  la pérdida  de  legitimidad  de  los sistemas  y partidos  políticos y se incrementa  el abstencionismo  electoral.  La corrupción  legal o ilegal   hace   metástasis   como   es  el  caso   extremo   de   los   llamados   «intereses especiales»  o pagos de corporaciones  a cambio de beneficios,  en el país en que más dinero  se gasta  en  campañas  y donde  se  puede  ser  paradójicamente  elegido  con menos  votos  populares  que  otro candidato  o gobernar  con  un apoyo  ínfimo  de los electores.

Es creciente  e insólito  el uso de la ciencia  y la tecnología  para ejercer  hegemonía, mutilar las culturas  nacionales  y manipular  la conducta  humana, como en el caso del uso político y publicitario  de las llamadas  «big data» o psicometría.  Siete consorcios controlan  férreamente   lo  que  se  lee,  ve  o  escucha   en  el  planeta,  prevalece  el monopolio  de  las tecnologías,   la gobernanza  de  las redes digitales  es dictatorial  y discriminatoria  y, pese a las apariencias,  la brecha digital entre países ricos y pobres crece.

Se  recortan  las oportunidades   y violan  flagrante  y sistemáticamente   los derechos humanos de jóvenes,  migrantes y trabajadores.

Anteayer,   el  Vicepresidente   de  los  Estados  Unidos  Michael  Pence  afirmó  en  el Consejo    de   Seguridad,   con   absurdo   desconocimiento    de   sus  funciones   y   la pretensión          de   establecer   nuevas   prerrogativas,    que   este   debería   modificar   la

composición  y los métodos del Consejo de Derechos Humanos «que no merece su

nombre», según dijo,  «porque una clara mayoría de  sus miembros no cumplen siquiera los más básicos estándares de derechos humanos».

Supongo no incluye en el caso a su propio país, que lo merecería por su patrón de violaciones sistemáticas de  derechos humanos como  el  uso de  la  tortura,  la detención y  la privación de libertad arbitrarias, como ocurre en la Base Naval de Guantánamo, el  asesinato de  afroamericanos por  policías, la muerte de  civiles inocentes por sus tropas y la xenofobia y represión de inmigrantes, incluso menores y su escasa adhesión a instrumentos internacionales.

Señor Presidente:

Reafirmamos nuestra más firme condena contra el terrorismo, en todas sus formas y manifestaciones;y rechazamos los dobles raseros en su enfrentamiento.

La impostergable  búsqueda  de una solución justa  y duradera  al conflicto  del Medio Oriente,  se sustenta  en el ejercicio  del derecho  inalienable  del pueblo palestino a la autodeterminación,   y a disponer  de un Estado  libre e independiente,  dentro  de las fronteras  anteriores a 1967, con su capital en Jerusalén  Oriental.

La cuestión del Sahara Occidental requiere un esfuerzo de conformidad con las resoluciones  de Naciones  Unidas, de modo que se garantice  al pueblo  saharaui  el ejercicio  de la autodeterminación  y se respete su legítimo derecho  a vivir en paz en su territorio.

Cuba  reafirma  su apoyo  a la búsqueda  de  una solución  pacífica  y negociada  a la guerra en Siria, sin injerencia externa y con pleno respeto a su soberanía e integridad territorial.

Se acrecientan los peligros a la paz y la seguridad internacionales derivados de la ampliación de la presencia de  la OTAN en  las fronteras de  Rusia. Reiteramos nuestro rechazo a las sanciones unilateralese injustas impuestas a ese país.

Demandamos que se respete el denominado acuerdo nuclear con la República

Islámica de Irán.

Rechazamos la  amenaza de destruir totalmente la República Popular Democrática de Corea, donde viven 25 millones de seres humanos.

La guerra no es una opción en la Península Coreana, amenazaría la existencia de cientos de millones de personas en esta y en los países vecinos y conduciría a una conflagración nuclear de consecuencias impredecibles. Solo a través del diálogo y las negociaciones se puede lograr una solución política duradera, que debe tener en cuenta las preocupaciones legítimas de todas las partes involucradas. Apoyamos la desnuclearización total de la Península Coreana, sin injerencia extranjera, con total respeto a la igualdad soberana e integridad territorial de los Estados y con estricto apego al principio del no uso, ni la amenaza de uso de la fuerza.

Señor Presidente:

Nuevas amenazas  se ciernen  hoy contra  la paz y la estabilidad  en América  Latina y el Caribe,  en abierto  irrespeto  a la «Proclama  de América  Latina y el Caribe  como Zona  de  Paz», firmada  en  La  Habana  por  los  Jefes  de  Estado  y de  Gobierno  de nuestra  región, en enero  de 2014,  en ocasión  de la 11     Cumbre  de la Comunidad  de Estados de América  Latina y el Caribe (CELAC).

Reiteramos   lo  expresado   por  el  Presidente,  Raúl  Castro  Ruz  sobre  la  República

Bolivariana  de Venezuela  el pasado  14 de julio:

«La  agresión   y  la  violencia   golpista   contra  Venezuela   dañan   a  toda   «Nuestra América»  y solo benefician  los intereses  de quienes  se empeñan  en dividirnos  para ejercer su dominación  sobre nuestros  pueblos, sin que les importe generar conflictos de consecuencias  incalculables  en esta región, como los que estamos  presenciando en diferentes  lugares del mundo».

«Alertamos  hoy que quienes  pretenden  derrocar  por vías inconstitucionales,  violentas y    golpistas    a     la    Revolución    Bolivariana    y    Chavista    asumirán    una    seria responsabilidad  ante la historia».

Rechazamos  enérgicamente  la amenaza  militar contra Venezuela,  la  orden ejecutiva que la califica  como  una amenaza  a la seguridad  nacional  de los Estados  Unidos y las sanciones  unilaterales,  injustas y arbitrarias aplicadas  por este.

Reiteramos    nuestra   inquebrantable    solidaridad    con   el   pueblo   y   el   gobierno bolivarianos   y  chavistas,   y  con  su  unión  cívico­militar   que  lidera  el  presidente constitucional  Nicolás Maduro Moros.

Denunciamos  y condenamos  la iniciativa  Nica Act, promovida  en el Congreso  de los Estados   Unidos  en   una  actitud   injerencista   que   persigue   imponer   un  bloqueo económico   al  pueblo   y  gobierno   de   Nicaragua,   a  quienes   reiteramos   nuestro respaldo.

Expresamos   nuestra  solidaridad   con  el  ex  Presidente   Luiz  lnácio  Lula  da  Silva, víctima  de  persecución  política  para  impedir  su  candidatura   a  elecciones  directas mediante  una inhabilitación  judicial.  Lula, la presidenta  Dilma Rousseff,  el Partido de los Trabajadores  y el pueblo brasileño tendrán siempre  a Cuba de su lado.

Reafirmamos    nuestro   compromiso    histórico   con   la    libre   determinación    y   la independencia  del pueblo de Puerto Rico.

Apoyamos   el  legítimo  reclamo  argentino  de  soberanía   sobre  las  Islas  Malvinas, Sandwich del Sur y Georgias del Sur.

Cuba continuará  contribuyendo  en todo  lo posible,  a solicitud  de las partes, con los esfuerzos  para lograr una paz estable y duradera en Colombia.

Seguimos   comprometidos   en  compartir   nuestras  modestas   realizaciones   con  los pueblos del Sur, incluido el empeño de los 41 mil 652 cooperantes  que en 63 países luchan por la vida y la salud de los seres humanos.

Señor Presidente:

El 16 de junio  pasado,  el presidente  de los Estados  Unidos,  Donald Trump, anunció la política de su gobierno  hacia Cuba, que constituye  un retroceso en las relaciones bilaterales  y  socava  las  bases  establecidas   hace  dos  años  para  avanzar  en  una relación de nuevo tipo entre nuestros países, en la que prime el respeto y la igualdad.

El gobierno  estadounidense  ha decidido  endurecer  el bloqueo económico,  comercial y financiero,  imponiendo  nuevos obstáculos a las limitadas posibilidades  que tenía su empresariado   para  comerciar  e  invertir  en Cuba  y  restricciones  adicionales  a sus ciudadanos  para viajar a nuestro país.

Esas decisiones  ignoran el apoyo de amplios sectores  estadounidenses,  incluyendo la mayoría de la emigración  cubana, al levantamiento  del bloqueo y la normalización de las relaciones.   Satisfacen  solo los intereses de un grupo de origen cubano del sur de  Florida,  cada  vez  más  aislado  y  minoritario,  que  insiste  en  dañar  a Cuba  y a nuestro pueblo por haber elegido defender, a cualquier  precio, el derecho a ser libre, independiente  y soberano.

Reiteramos   hoy  la  denuncia   a  las  medidas   de  endurecimiento   del  bloqueo   y reafirmamos que cualquier estrategia que pretenda destruir a la Revolución fracasará.

De igual forma, rechazamos la manipulación del tema de los derechos humanos contra Cuba, que tiene mucho de qué enorgullecerse por los logros alcanzados y no tiene que recibir lecciones de los Estados Unidos ni de nadie.

Expresamos  en esta ocasión  la más enerqica  condena a las declaraciones irrespetuosas, ofensivas e injerencistas contra Cuba y el gobierno cubano, realizadas hace tres días en esta tribuna por el presidente Donald Trump. Le recordamos que los  Estados Unidos, donde se  cometen flagrantes violaciones de  los derechos humanos que suscitan profunda preocupación en la comunidad internacional, no tienen la más mínima autoridad moral para juzgar a mi país. Reafirmamosque Cuba nunca aceptará condicionamientos ni imposiciones, ni renunciará a sus principios.

En  relación  con  los  alegados  incidentes que  habrían  afectado  a  funcionarios estadounidenses en La Habana, afirmamos categóricamente que el gobierno cubano cumple con todo rigor y seriedad sus obligaciones con la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas en lo referido a la protección de la integridad de todos los diplomáticos sin excepción, incluyendo los de los Estados Unidos; y que Cuba jamás ha perpetrado ni perpetrará acciones de esta naturaleza; ni ha permitido ni permitirá que su territorio sea utilizado por terceros con ese propósito.

 

 

Las  autoridades  cubanas,  de  acuerdo  con  los  resultados  preliminares de  la investigación prioritaria y con alto componente técnico que están desarrollando por indicación del más alto nivel de nuestro gobierno, y que ha tomado en consideración datos aportados por las autoridades de los Estados Unidos, hasta el momento no cuentan con evidencia alguna que confirme las causas ni el origen de las afecciones a  la salud que han sido reportadas por los diplomáticos estadounidenses y sus familiares.

La investigación para esclarecer este asunto sigue en curso y para llevarla a término será esencial la efectiva cooperación de las autoridades estadounidenses. Sería lamentable que se politice un asunto de la naturalezadescrita.

Como ha expresado el Presidente Cubano, Raúl Castro Ruz, que Cuba tiene la voluntad de continuar negociando los asuntos bilaterales pendientes con los Estados Unidos, sobre la base de la igualdad y el absoluto respeto a la soberanía y la independencia de nuestro país, y de proseguir el diálogo respetuoso y la cooperación en temas de interés común con el gobierno estadounidense.

Cuba y los Estados Unidos pueden cooperar y convivir, respetando las diferencias y promoviendo todo aquello que beneficie a ambos países y pueblos, pero no debe esperarse que para ello Cuba realice concesiones inherentes a su soberanía e independencia.

Señor Presidente:

El  pueblo  cubano  no  cesará  en  su  legítimo  reclamo  por  el  levantamiento  y total eliminación  del bloqueo  económico,  comercial  y financiero  y seguirá  denunciando  el recrudecimiento   de esa política.  El 1° de noviembre,  Cuba presentará  una vez más ante la Asamblea  General de las Naciones  Unidas, el proyecto  de resolución titulado «Necesidad  de poner fin al bloqueo económico,  comercial y financiero  impuesto por el Gobierno de los Estados Unidos contra Cuba».

Mientras  que  en el  mundo  crece  la desigualdad,  la opulencia  de  unos  pocos y  la marginación   de  muchos,  el  pueblo  cubano  continuará   su  lucha  por  alcanzar  la sociedad  más justa  posible. Seguiremos  avanzando  con paso firme en el camino de trasformaciones    revolucionarias   decidido   soberanamente   por  cubanas  y  cubanos para el perfeccionamiento  de nuestro socialismo.

 

Muchas gracias.

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