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Torre pinareña sobre el box

Por Joel García

Esta semana se reanudará la temporada cubana de béisbol, tras el reposo obligado por el huracán Irma, y dentro de lo más deseado en pos de mejorar la calidad de la serie es que el pitcheo pueda frenar un bateo incontenible (283 de average), mejorar el control (1 672 ponches por 1 543 boletos) y rebajar el promedio de carreras limpias, cuyo único equipo por debajo de las tres limpias por cada nueve entradas es Pinar del Río (2,72).

Precisamente en el elenco vueltabajero anda reverdeciendo laureles el derecho Yosvani Torres, a quien se le había hecho difícil alcanzar la barrera de las 100 victorias de por vida en la pasada campaña, pero ahora suma cinco triunfos en seis aperturas como abridor, es el de más entradas arriba de la lomita (47.1), con apenas cuatro boletos y un excelente 2,66 de pcl.

La confianza depositada en su ex compañero de conjunto y actual mentor, Pedro Luis Lazo, ha estado basada en haber recuperado su principal arma: sacar outs sin esa velocidad terrífica, solo a través de colocar la bola donde más duele. Desde ya promete acercarse a las diez sonrisas en esta primera etapa y rozar las 16 o 18 al final del campeonato, lo cual sería muy similar a lo conseguido en la 50 serie, cuando llevó a su formación al título.

Las cinco escuadras que ha dominado: Camagüey, Cienfuegos, Guantánamo, Granma y Holguín, por este orden, han visto de nuevo un Torres infranqueable cuando de anotar carreras se trate, en tanto su motivación crece con cada actuación, en las que ha ponchado poco (13) y ha llegado a completar dos desafíos.

Con un brazo incansable como el de Torres, y la rotación casi perfecta de Erlis Casanova, Yaifredo Domínguez y Yoandy Cruz en función de abridores y de Frank Luis Medina e Isbel Hernández como cerradores, los más occidentales necesitan apenas siete triunfos en los 23 juegos que le restan para colarse en la segunda fase, primer objetivo prometido por Lazo.

Si buena ha sido la labor del staff de pitcheo pinareño, las miradas seguirán atentas también hacia el industrialista Frank Monthiet con su 0,39 pcl (algo de ensueño para estos tiempos) y el matancero Yoanni Yera (41 ponches en 34 capítulos),por solo mencionar dos de los nombres que prestigian el área más débil del béisbol cubano hace mucho años ya.

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