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Bueycito: primer combate del comandante Che Guevara

El 19 de julio de 1957, Fidel nombró al Che como jefe de la Columna 4 y dos días después lo ascendió a comandante. Foto: Archivo

 

Dr. Jorge Máximo Hernández Garaboto*

Después del combate de Uvero, el 28 de mayo de 1957, sucedieron momentos difíciles para el destacamento que dirigía el comandante Fidel Castro Ruz, quien había ordenado al teniente Guevara que se encargara de cuidar a los heridos en la acción.

A partir de los resultados de ese ataque, el Gobierno estadounidense intensificó la ayuda militar al dictador Fulgencio Batista; así lo confirmaría un cable de la United Press publicado en el diario Prensa Libre, el 4 de junio de 1957: “[…] 800 soldados de infantería entrenados, asesorados y equipados por los EE.UU. habían sido trasladados a la Sierra Maestra”.

El alto mando batistiano centraría sus esfuerzos en desalojar a los campesinos de la zona; bombardear y ametrallar la región; perseguir a los rebeldes, crear una red de espías entre los campesinos y al cumplimiento de la medida de desalojo, que afectó a 6 mil familias, como publicó la Bohemia del 16 de junio de 1957.

Che no solo cumplió la orden de atender a los heridos, sino que, transcurrido algo más de un mes, se presentó ante su jefe con todos curados. El encuentro se produjo en Arroyo del Infierno, el 15 de julio, y el 19, Fidel organizó la segunda columna, lo ascendió a capitán y lo designó su jefe.

Dos días después, cuando los oficiales rebeldes rubricaron una carta de condolencias a Frank País por la muerte de su hermano Josué, al tocarle firmar a Che, Celia preguntó su grado y “Fidel dijo simplemente: ponle comandante”. 1

La nueva columna tenía 76 hombres, fue nominada con el número 4 y estructurada en tres pelotones. Como segundo jefe, y jefe del pelotón de vanguardia, fue nombrado el capitán Eduardo Sardiñas Labrada, Lalo; el capitán Ramiro Valdés Menéndez, designado jefe del central, y el capitán Ciro Redondo García, jefe de retaguardia. Cada pelotón constaba de tres escuadras de siete hombres. Al asumir esa jefatura Che recibió la misión de operar al este del pico Turquino, con base en El Hombrito.

Ya instalado en el lugar, al escuchar por la radio nacional que el 27 de julio había sido atacado el cuartel de Estrada Palma, Che decidió homenajear a los caídos en el Moncada, atacando el de Bueycito.

El 30 de julio, la columna 4 llegó al alto de La California, donde Lalo Sardiñas contactó con Armando Olivé y le pidió apoyo. Este consiguió los vehículos necesarios para transportar a los rebeldes, los guías y un minero de confianza como zapador.

El plan de acción fue el siguiente: Raúl Castro Mercader y Lalo Sardiñas atacarían por el lado oeste del cuartel; mientras Ramiro Valdés y Ciro Redondo lo hacían por el fondo y el frente, respectivamente; el Che e Israel Pardo Guerra avanzarían por la calle principal y, por el fondo, Ramiro intentaría sorprender al resto de la guarnición. Según el Che: “(…) en la noche del día siguiente, el 31 de julio, iniciaríamos el ataque (…). 2

En esta última fecha, alrededor de las 14:00 horas se inició la marcha a pie, en busca de la cresta de la Sierra Maestra, la cual alcanzaron a las 16:00 horas; continuaron la marcha hacia la casa de Conrado Santiesteban, quien facilitó una camioneta que con los dos camiones de Armando Olivé completaron los vehículos.

Según Che, la tropa se repartió así: “(…) Lalo Sardiñas en el primer camión, Ramiro conmigo en el segundo y Ciro con su pelotón en el tercero, hicimos la marcha hasta el poblado de Minas, la que duró cerca de tres horas”. 3

A las 21:00 horas arribó la tropa rebelde a Minas de Buey Arriba, lugar donde no existía guarnición militar. No obstante, Che decidió dejar a Vilo para evitar la llegada de refuerzos por esa dirección y él continuó hacia Bueycito, mientras Enrique Noda cubría con su escuadra la carretera para evitar el paso de algún refuerzo. Al llegar a Loma Blanca comenzó la ejecución del plan, entre las 22:30 y 23:00 horas, con el corte de las comunicaciones del cuartel.

Los rebeldes llegaron al poblado de Bueycito alrededor de las dos de la madrugada del 1º de agosto. El ataque se inició a las 04:30. 4

Según lo previsto, Che e Israel Pardo avanzaron por la calle principal en dirección al cuartel, y el resto del personal a los puntos indicados. Al tropezar con un soldado de franco, el jefe guerrillero lo encañó con su ametralladora Thompson y, de un salto, aquel entró en su casa y no hizo el intento de salir a avisar a la guarnición, por lo que se mantuvo la sorpresa.

Al continuar su recorrido Che encontró a un segundo soldado que, al percatarse de algunos ruidos y ladridos de perros del caserío, avisó al sargento jefe del puesto, quien le ordenó se informara al respecto. Che explicó: “(…) el hombre que llevaba el Garand listo, hizo un movimiento, para mí fue suficiente: apreté el disparador con la intención de descargarle el cargador en el cuerpo; sin embargo, falló la primera bala y quedé indefenso”. 5

Por esa razón tuvo que retirarse precipitadamente, bajo la lluvia de proyectiles de Garand del soldado; de esa manera fue descubierta la presencia rebelde en el poblado, se perdió la sorpresa y comenzó un cerrado combate de alrededor de 20 minutos entre ambos bandos.

“El plan no pudo llevarse a cabo, pues era demasiado difícil para hombres que no conocían el terreno y sin gran experiencia”. 6

El capitán Ramiro Valdés, quien se encontraba en la parte de atrás del puesto militar, avanzó con sus hombres disparando sobre la instalación, acción que tuvo gran efectividad. Che señaló: “La gente de Ramirito, al oír los primeros disparos cruzó la cerca y atacó por detrás del cuartel disparando rasante por una puerta de madera”, 7 acción que determinó la inmediata rendición de la guarnición. El combate finalizó a las 05:20. El ejército sufrió seis heridos y seis prisioneros, y los rebeldes tuvieron una baja mortal, el combatiente Pedro Rivero, así como tres heridos leves. Los detenidos fueron liberados y la tropa rebelde se retiró por el mismo camino utilizado para llegar al pueblo.

Comenzaba como jefe de columna quien, con su pensamiento y acción revolucionaria a favor de la lucha por la liberación de los pueblos oprimidos, se convertiría en el Guerrillero Heroico, ejemplo inmortal de combatiente internacionalista.

Croquis del combate de Bueycito. | foto: Cortesía del autor

 

Citas: 1 Guevara, Ernesto: Obras escogidas 1957- 1967, tomo 1, Colección Nuestra América, La Habana, 1977, p. 287.

2 Guevara, Ernesto, Che: Pasajes de la guerra revolucionaria. En: Escritos y discursos, tomo 2, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1972, pp. 134-135.

3 Ibídem.

4 Castillo Bernal, Andrés: Cuando esta guerra se acabe, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 2000, pp. 423-424.

5 Guevara, Ernesto, Che: Pasajes de la guerra revolucionaria. En: Escritos y discursos, tomo 2, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1972, p. 136.

6 Ibídem, pp. 135-137.

7 Ibídem, p. 136.* Doctor en Ciencias Militares. Investigador del Centro de Estudios Militares (Cemi)

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