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Parque de ensueños

Internacionalmente reconocido por la calidad y belleza de sus producciones artísticas, así como por su impronta en diferentes comunidades de todos los municipios de la más occidental de las provincias cubanas, en la espaciosa sede del Proyecto Cultural de Desarrollo Local Fidias, en el consejo popular 10 de Octubre, de la ciudad de Pinar del Río, se levanta uno de los parques infantiles más concurridos por los niños,  quienes allí no solo pueden jugar en un ambiente acogedor, sino además en estrecho contacto con la naturaleza y la cultura, esta última mediante disimiles programas pensados por el principal impulsor de tal idea, el distinguido artífice Pedro Alberto Luaces, conocido por todos como Pedrito.

La enorme escultura en metal de un criollísimo y señorial pavorreal engalana el parque.

 

El jardín infantil de Fidias —grupo fundado y dirigido desde el 2004 por Pedrito, en evocación del más famoso de los escultores clásicos de la Antigua Grecia (Atenas, 490 a.C.-¿?, 431 a.C.)—  se encuentra a pocos metros, y se interconecta con  él, del célebre parque de las esculturas, único de su tipo en Cuba, creado por este laureado maestro con el fin de exponer, de forma transitoria, figuras de pequeños y grandes formatos realizadas por artistas pinareños y de otras regiones del país, que posteriormente son ubicadas en diversos espacios públicos de la ciudad, entre ellos escuelas, hospitales, museos, casas de cultura, centros recreativos, y otras muchas instalaciones de carácter sociocultural e histórico.

El vergel dispone asimismo de piezas tridimensionales inspiradas en animales que enriquecen los sueños de los pequeños, tales como leones, aves, venados  y otras que engalanan el espacio, donde existen abundante césped y árboles endémicos, los cuales favorecen la animación de actividades culturales y recreativas, como las actuaciones de grupos de música, de teatro y payasos, en un atrayente anfiteatro techado y con plataforma.

El vergel dispone asimismo de piezas tridimensionales inspiradas en animales que enriquecen los sueños de los pequeños.Fotos: Del autor

 

“Igualmente se realizan ventas de libros, dibujos sobre el asfalto, juegos recreativos de mesa, pin pon, bicicletas, velocípedos, patines y la monta de ponis”, dijo la experta en relaciones públicas, Gliseria Domínguez Cordero, licenciada en Español y Literatura, con 40 años de experiencia en el sector de la cultura y especializada en la atención a los menores.

Allí fueron construidos, también, un minicastillo medieval, una réplica a pequeña escala de la Torre Eiffel, de París, columpios y otros artificios para el encanto de los niños, los que pueden liberar energías mediante entretenimientos interactivos con las esculturas, así como con las palomas que habitan en el lugar, en tanto adquirir golosinas a módicos precios.  “Las adolescentes que arriban a los 15 años de edad, al igual que los recién casados, prefieren este lugar para las fotos de tan memorables momentos”, precisó Lesbia Mijares González, compañera de Pedrito, economista y una de las principales impulsoras del proyecto.

En el emblemático castillo medieval habitan las palomas.

 

“Ofrecemos una programación artístico-cultural variada, sistemática y siempre caracterizada con algún tema, que satisfaga gustos diversos, incluidos los de los jóvenes y los que ya no lo son; así como la realización de trabajos en cerámica concordantes con las líneas de producción artística de Fidias. Para ello invitamos a proyectos culturales comunitarios de referencia y organizamos encuentros de creación artística con  los aficionados”, enfatizó Humberto Martínez Nodarse, artista de la plástica y profesor de cerámica, quien dirige un taller en el que cada año se ejercitan cientos de muchachos de la enseñanza primaria y secundaria.

En Fidias funciona un taller de cerámica dirigido por el artista de la plástica Humberto Martínez
Nodarse (en la foto, al centro, en la última fila), en el que cada año se ejercitan cientos de muchachos de la enseñanza primaria y secundaria, tarea que cuenta con el apoyo de la experimentada Gliseria Domínguez Cordero (primera, de derecha a izquierda).

 

“Aquí existía un terreno pantanoso, convertido a través del tiempo en un gran vertedero donde proliferaban peligrosos vectores, además de ser un penoso contaminante del medio ambiente muy cerca de la ciudad”, puntualizó Pedrito, quien elogió, en la transformación de la zona, la cooperación de los miembros de la Asociación Cubana de Artesanos Artistas,  muchos de ellos integrados a Fidias, así como las direcciones municipales de Comunales, Cultura —con sus distintas dependencias—, el INDER, Codema, Comercio y Gastronomía, Etecsa, Turismo, el Fondo Cubano de Bienes Culturales, Artex, la Asociación Hermanos Saíz, y la Uneac; amén del apoyo de las direcciones del Ministerio del Interior, las Fuerzas Armadas Revolucionarias, los CDR, la FMC, el Gobierno y el Partido, entre otras.

“Somos un proyecto privilegiado, por el alto valor humano, social y comunitario que ha logrado traspasar las fronteras de nuestro Consejo Popular llegando a disímiles lugares de la provincia”, subrayó Pedrito.

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