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¿De qué viven los músicos en Las Tunas?

Esa es la gran interrogante que queda después de conocer la penosa situación por la que atraviesan trabajadores de ese sector en aquella provincia oriental, quienes acuden a esta sección después de tocar infructuosamente… no instrumentos, sino muchísimas puertas.

Tras estas tal parece que se parapetan la desidia y la falta de sensibilidad de quienes ejercen funciones administrativas y tienen el encargo estatal y social de dinamizar los procesos, y atender las inquietudes de los ciudadanos.

La misiva, portadora de la inconformidad y la denuncia, es suscrita por Leptis Valentín Pérez Pérez, secretario general del buró sindical en la Empresa Comercializadora de la Música y los Espectáculos Barbarito Diez, de la provincia de Las Tunas, entidad víctima de impagos por un millón 335 mil 389 pesos, que le imposibilitan cumplir las obligaciones contractuales con sus unidades artísticas.

Escribe en nombre de sus afiliados, quienes están cansados de esperar soluciones a sus justos reclamos, motivados por la tardanza en la entrega del dinero convenido, por sus presentaciones, con las autoridades del municipio de Las Tunas, y la falta de empleo de las unidades artísticas en los establecimientos de gastronomía, entre otras locaciones.

No es una situación reciente ni aislada. Desde “hace alrededor de cuatro años, de manera consecutiva, viene ocurriendo la problemática”, expone el dirigente sindical, quien confirma que no han estado con los brazos cruzados, porque “de esta situación tienen conocimiento el Partido, el gobierno y el sindicato, pero nadie la resuelve”.

El ejemplo más reciente y la gota que colmó la copa fue el carnaval celebrado en el municipio cabecera en septiembre del 2016, y todavía esperan porque las autoridades cumplan con la obligación contractual.

Otra situación insostenible —reseña— es la disminución de escenarios para las presentaciones, pues las unidades de gastronomía no los contratan, alegando que para pagar tendrían que utilizar parte de las utilidades y eso afectaría la estimulación de sus colectivos laborales.

Su carta destaca varias interrogantes que merecen respuestas y soluciones, porque ante todo, sin ingresos se está afectando el sostén económico de sus familias. ¿Cuál será el futuro de nuestras profesiones?, ¿morirá la música viva?, ¿hasta cuándo vamos a esperar?

En el texto no se limita a inquirir. Desde el conocimiento profesional aporta una posible salida a esa segunda problemática: llevar a cabo proyectos que rescaten bailables, sobre todo en muchas áreas de la ciudad otrora escenarios tradicionales de tan sano divertimento.

Asimismo propone la realización de otras presentaciones culturales, fuente de empleo para sus afiliados y, a su vez, otra manera de contribuir al esparcimiento y acervo cultural en las comunidades.

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