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Primero de Mayo: orígenes y continuidad

Cuba estuvo entre los primeros países del mundo que se sumó a la celebración del Día Internacional de los Trabajadores, en 1890, en plena dominación colonial española.

Cuba estuvo entre los primeros países del mundo que se sumó a la celebración del Día Internacional de los Trabajadores, en 1890, en plena dominación colonial española.

Aquel primer desfile se realizó en la capital cubana,  participaron unos 3 mil trabajadores, partió del antiguo Campo de Marte (hoy Parque de la Fraternidad), continuó por la Calzada de Monte, la calle Águila, la Calzada de la Reina, Galiano, San Rafael, hasta las calles Consulado y Virtudes donde radicaba la sala de entrenamiento conocida como Skating Ring.

Todas las calles que recorrían la manifestación y el centro donde se realizó el mitin estaban ocupadas por la policía. Pero los trabajadores no se dejaron intimidar y en la concentración hicieron uso de la palabra 15 oradores.

Hubo otras celebraciones memorables como la primera en la República, efectuada en el convulso año de 1925, que por ser viernes los trabajadores decidieron hacer un paro general para celebrar la fecha. Unas 40 mil personas partieron del Parque de la Fraternidad hasta el Nuevo Frontón, lugar que hoy ocupa la sede de la Central de Trabajadores de Cuba. Entre los oradores estuvieron el prestigioso dirigente sindical del sector gráfico Alfredo López, quien contribuiría decisivamente a la fundación, ese mismo año, de la primera central sindical cubana,   y el líder universitario y comunista Julio Antonio Mella, quien habló además en el acto de la Colina Lenin, en Guabanacoa, y en una velada que tuvo como sede la Sociedad de Torcedores.

El Primero de Mayo de 1937 tuvo particular relevancia, pues por esa fecha los trabajadores cubanos estaban enfrascados en un proceso de reconstrucción de los sindicatos desarticulados por las fuerzas reaccionarias tras la fracasada huelga general de marzo de 1935. La lucha por rescatar  la unidad era la principal bandera y entre los actos de ese día resaltó la gran concentración realizada en el Parque Hatuey, sito en las calles habaneras de San Lázaro y Marina, en la que los trabajadores pudieron escuchar por primera vez al secretario general de la Confederación Nacional Obrera de Cuba, (CNOC),Lázaro Peña, a quien le correspondió encabezar la reorganización de los trabajadores hasta lograr la creación, en enero de 1939, de una organización sindical nacional superior, digna heredera de su predecesora: la Confederación de Trabajadores de Cuba, CTC.

Vinieron años muy difíciles. Elementos serviles a la burguesía nacional y el imperialismo decididos a dividir el movimiento sindical asaltaron la CTC y se apoderaron de su dirección. No obstante, los trabajadores seguían a sus legítimos dirigentes y para caracterizar a la organización apócrifa le agregaron una K como el inciso de una ley que sirvió de fuente de enriquecimiento ilícito, fundamentalmente de los falsos dirigentes sindicales.

En pesar del secuestro de la CTC y los sindicatos se efectuaron   concentraciones por el Primero de Mayo en escenarios como el Estadio del Cerro (1950 y 1951)  y el Universitario (1953).

El triunfo de la Revolución en 1959 abrió una nueva era para las celebraciones en Cuba del Da Internacional de los Trabajadores, Se celebró en la entonces Plaza Cívica en medio de un desbordante júbilo popular por la victoria conquistada y con la participación de un millón de personas. Desfilaron por primera vez las milicias populares integradas por obreros y campesinos. Resumió el acto el entonces Comandante Raúl Castro, porque el líder de la Revolución, Fidel Castro, se dirigía a Argentina a participar en la Conferencia de los 21. No obstante, en conferencia de prensa desde el avión expresó a sus compatriotas:

“(…) el día de los trabajadores debe ser (…) de cada uno de los sectores que integran nuestra patria, debe ser el día de todo el pueblo, puesto que esta obra grande que nuestra patria se ha propuesto realizar y que está realizando por encima de todos los obstáculos, es una obra de toda la nación, de todos los que verdaderamente quieren a su patria, de todos los que verdaderamente sienten por ella y están dispuestos a poner sus intereses personales y sus intereses de sector, por debajo de los supremos intereses de la nación”.

Así ha sido desde entonces y vale reseñar otros dos momentos significativos, en 1961, el primer desfile socialista, en el que cerca de 2 millones de personas desfilaron en la Plaza de la Revolución José Martí  durante 14 horas, celebrando la victoria sobre la agresión mercenaria por Playa Girón, convertida en la primera gran derrota del imperialismo en América Latina.

E inolvidable fue aquel Primero de Mayo del año 2000 en que Fidel dio a conocer el concepto de Revolución, ese que se erige con letras indelebles junto a su tumba y que nos guiará siempre.

 

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