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Productos típicos ¿y escasos?

Hay productos típicos que nos remiten a un área geográfica determinada, por más que estos escaseen en ciertos momentos. Constituyen parte de la identidad y cultura de un pueblo, al cual representan donde se encuentren.

Por ende, las personas llegan a estos lugares buscando esas tipicidades que, a su juicio, deberían ofertarse allí profusamente. Pero sucede que ser el productor principal no te hace el máximo distribuidor.

En Cuba son abundantes esos ejemplos que definen la pertenencia a una provincia o región, como es el caso de Pinar del Río. Un amigo me pidió unos tabacos de los que se comercian en moneda nacional, supuestamente abundantes en Vueltabajo. Creía, como muchos, que la condición de cosechador líder de la hoja garantiza la abundancia.

Entre las claves fundamentales para entender el tema se encuentra la centralización no pocas veces excesiva de la gestión comercial. Las cifras para la distribución, así como las materias primas necesarias para la obtención de algunos de estos bienes —muy demandados por el turismo internacional—, se definen a nivel nacional, en ocasiones sin una protección para el territorio productor.

Por ejemplo, aunque desde el gobierno provincial ha existido la voluntad de colocar el tabaco que se vende en pesos cubanos en los mercados Ideal, ciertamente, los números otorgados a la provincia son insuficientes. La demanda siempre excede la oferta.

En estos asuntos muchas veces la figura del acaparador-revendedor dificulta aún más el acceso de la población. Es un personaje que se alimenta, de la escasez ajena y su poder de adquisición. Además, aprovecha asimismo la gran afluencia de visitantes extranjeros, —ávidos de lo que consideran el mejor tabaco del mundo—, para revender a precios muy superiores lo que adquieren por bastante menos.

En el caso de los famosos Habanos ofrecidos en casas y sitios especializados, su oferta es más estable. Pero también, son más caros e inaccesibles para los bolsillos de la mayoría.

Tenemos la Guayabita del Pinar, el famoso licor pinareño, referencia identitaria vueltabajera. Aunque se le ve últimamente con mayor frecuencia en ambos mercados —CUC y CUP—, en redes de gastronomía e incluso en el Plan Turquino, todavía es insuficiente.

Las causas, apuntan las autoridades del gobierno, se encuentran en la asignación de materias primas para su obtención, para envasarla, y el financiamiento para obtenerla; aunque se han tomado alternativas como la venta a granel. No obstante, capacidad para aumentar su presencia existe, señalan.

En cuanto a los cotizados surtidos provenientes de la fábrica de conservas La Conchita —como los derivados del tomate, mango y guayaba— son más asequibles en los últimos tiempos. Como medidas alternativas se aplica su comercialización a granel. Pero por la espera que generan, suelen ser volátiles cuando se expiden en moneda nacional.

Habría que hallar fórmulas que conjuguen entonces, en cada lugar, esta presencia de los productos tradicionales con la distribución establecida a nivel nacional, y los recursos disponibles, para que no resulten raros o escasos en lugar de típicos.

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