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¡Venezuela no se va a rendir!

(Versiones Taquigráficas – Consejo de Estado)

Querido compañero, hermano mayor, General de Ejército, Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de Cuba, Raúl Castro Ruz (Aplausos). Nos alegra mucho estar en la patria cubana y recibir, como siempre, todas las expresiones de fraternidad y de amistad verdadera, porque el aprecio y el cariño entre cubanos y venezolanos es amor de verdad, es cariño de verdad, es solidaridad compartida desde la verdad de nuestra historia.

Les doy muchas gracias a la Presidenta de la Federación de estudiantes universitarios y al Secretario General de la Central de Trabajadores de Cuba por la fuerza de sus palabras, por el apoyo de la juventud y la clase obrera cubanas (Aplausos); lo recibimos como un refuerzo de verdades, porque son los pueblos, es la solidaridad y el amor de los pueblos, es la verdadera diplomacia, la diplomacia del futuro es la diplomacia de los pueblos, de los trabajadores, de los estudiantes, de los maestros, de los profesionales, de los militares, de todos.  Así que agradezco profundamente estas expresiones que durante el transcurso de todas estas semanas de amenazas, de agresiones contra Venezuela en el seno de la OEA, desde Washington, desde el tribunal de inquisición en que han transformado al ministerio de colonias que ha sido la OEA hemos recibido del pueblo cubano y de todas sus organizaciones sociales, que son la expresión de una solidaridad verdadera del hombre y la mujer de pie.
Compañeros del ALBA; secretario general, David Choquehuanca, de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América; cancilleres de los 13 países participantes en esta reunión del Consejo Político del ALBA; compañera Cilia Flores, primera combatiente; ministros; ministras; amigos y hermanos.

Foto: Estudios Revolución

Este Consejo Político del ALBA sigue señalando un rumbo.  A nosotros en la vida de la lucha por la dignidad, por la independencia de nuestro pueblo nada se nos ha regalado.  Es larga la trayectoria y el camino que hemos recorrido, mañana nosotros vamos a estar en el sur de Venezuela, en el Orinoco, al frente del Orinoco, conmemorando los 200 años de que un 11 de abril de 1817 las tropas libertadoras del sur derrotaron por primera vez, de manera contundente, a las tropas del general Pablo Morillo en la Batalla de San Félix, que inició el ciclo victorioso de la Revolución de Independencia de Venezuela y de Suramérica en el siglo XIX.

Venía nuestro ejército libertador, días antes, de una terrible masacre a 400 kilómetros en el Caribe venezolano, en la ciudad de Barcelona.  Más de 1 500 hombres y mujeres, 700 soldados entre ellos, 300 enfermos, ancianos, niños fueron pasados por la degollina de la brutalidad del ejército imperial español, que entonces ocupaba nuestros países.

Días después, ese mismo ejército libertador, era capaz, desde las mismas cenizas del dolor y de la derrota, de levantar las banderas tricolores de la victoria, un día como el 11 de abril de 1817.

Hoy también estamos conmemorando un aniversario más de la fundación en 1892 del Partido Revolucionario Cubano. Le correspondió a José Martí, luego de transitar la revolución independentista cubana del siglo XIX, por avatares, por derrotas, por divisiones, le correspondió a José Martí ordenar la doctrina, la estrategia y tomar el liderazgo, reunificar las fuerzas, la jefatura de las fuerzas patrióticas de entonces de Cuba, y un día como hoy fundó el Partido Revolucionario Cubano; siglo XIX de batallas, un siglo XIX de búsquedas, un siglo XIX fundacional, fundacional en la idea de buscar la dignidad, la igualdad, el derecho a la vida, el derecho a la existencia de nuestros pueblos.  Nuestros pueblos hasta entonces habían conocido solamente el vasallaje colonial.  La dominación de las potencias imperiales europeas entonces había sido absoluta y hegemónica sobre todo lo que hoy se conoce como América Latina y el Caribe.  Sobre todas las tierras americanas de nuestro hemisferio hasta el siglo XIX solamente se conoció colonialismo, esclavismo, racismo, explotación.  Tres siglos de dominación, de colonialismo, de exterminio absoluto de las poblaciones aborígenes que marcaron nuestra historia, nuestra sangre; tres siglos de esclavismo, donde trajeron a nuestros abuelos africanos, es uno de los episodios históricos más horrorosos que no debemos olvidar ni dejar que las generaciones del futuro olviden jamás.  Más de 50 millones de hombres y mujeres fueron secuestrados de tierras africanas y traídos, peor que a animales, amarrados, convertidos en esclavos a lo largo y ancho de este continente, como decimos nosotros, por la culta Europa; fue la culta Europa la que impuso el esclavismo, el racismo, la exclusión, el saqueo de continentes enteros.  Así que esta lucha no ha sido corta, esta lucha no será corta, y, sobre todo la juventud, con ese espíritu siempre de búsqueda, de creatividad, de alegría, de rebeldía, debe entender que todo el camino andado hasta ahora de reivindicación, de dignidad, que todo el legado creado por los símbolos fundacionales, por los líderes fundacionales de nuestra patria en el siglo XIX y en el siglo XX debe ser tomado con absoluta responsabilidad y conciencia de las batallas que hoy estamos dando y de las batallas que están aún por dar por nuestros pueblos y nuestra América.
El siglo XX, sin lugar a dudas, tuvo un hecho marcador.  Si el siglo XIX tuvo un Bolívar, un Antonio José de Sucre, un Ayacucho que se transformó en mito de los pueblos que aspiraban a la libertad, a la independencia, a la igualdad en todo nuestro territorio, que soñaban con la utopía de existir como república, que repudiaban todas las formas de sometimiento, de coloniaje que Europa impuso en nuestras tierras de saqueo, de esclavismo, y un Bolívar, un Sucre, un Ayacucho, un Martí, un Morazán, que marcaron una trayectoria de búsqueda, de combate, también marcada por la traición, que pospuso los sueños de igualdad, de democracia, de república; el siglo XX, que apenas se despidió hace unos años, sin lugar a dudas fue el siglo de la irrupción del imperialismo estadounidense como hegemón de nuestra América y del mundo. ¡Vaya si lo saben nuestros padres, nuestros abuelos y las generaciones que nos precedieron!
Un siglo XX lleno de episodios, de intervenciones, que nos recordaba el Secretario General de la Central de Trabajadores de Cuba, la política de las cañoneras, la política del garrote y la zanahoria, más del garrote que de la zanahoria; un siglo XX que fue siendo testigo de cómo se enlazaban las antiguas oligarquías, muy corrompidas, de cada uno de nuestros países con los intereses de dominación económica, política, geopolítica de nuestra región por parte de la élite imperialista que siempre ha dirigido el destino de los Estados Unidos de América desde su propia fundación.

La OEA, la Organización de Estados Americanos, llamada así, es la organización que nació como heredera, precisamente, de las Conferencias Panamericanas que José Martí denunciara a finales del siglo XIX, de la Conferencia de 1889.  La Organización de Estados Americanos en su nacimiento expresó la política hegemónica que Estados Unidos ya había logrado confeccionar hacia nuestro continente.

La Conferencia de Bogotá de 1948 fue el paso fundacional de la organización que le iba a servir a la élite imperial de Estados Unidos como instrumento de legitimación de su dominio político, económico y militar sobre toda nuestra región latinoamericana y caribeña.

En 1948, un día como ayer, se conmemoró en toda la América, sobre todo en Colombia, los 69 años del asesinato de Jorge Eliécer Gaitán, gran revolucionario colombiano, gran bolivariano de su tiempo, inolvidable evento histórico que quedó conocido como El Bogotazo, pero realmente fue el colombionazo, fue el inicio de un período siniestro para la historia de Colombia y de nuestra América del Sur.  El 9 de abril, con el asesinato de Jorge Eliécer Gaitán y todas las fuerzas de esperanzas, de liderazgo para redimir a los pobres de nuestra hermana Colombia, se inició en Colombia el más largo ciclo de violencia política, de intolerancia ideológica, de represión que jamás se haya conocido en la América Latina en ninguno de los países que hoy están aquí presentes.

Allí estuvo Fidel en ese «bogotazo», joven estudiante había ido a participar del Congreso Latinoamericano de Estudiantes de la América, con la idea de confederar a todas las organizaciones para oponerse ya a la fundación de la OEA, con la idea martiana de oponerse al panamericanismo como negación del bolivarianismo; panamericanismo que representaba las corrientes monroístas que se levantaron a principios del siglo XIX; bolivarianismo, banderas asumidas por Martí en el siglo XIX y reivindicadas por Fidel en el siglo XX, el Comandante Fidel Castro.

Como dicen los poetas, aún caliente estaba el cadáver de Jorge Eliécer Gaitán, líder del pueblo colombiano, cuando la Conferencia Panamericana de Bogotá fundó la Organización de Estados Americanos sobre el más bochornoso hecho de represión y masacre que se había conocido en la historia de Colombia y de nuestra Suramérica.

La Organización de Estados Americanos nació de esa confrontación, nació de la confrontación del surgimiento siempre renovado de liderazgos y proyectos de nuestra América, representados en un Jorge Eliécer Gaitán, martirizado un 9 de abril de 1948, y representado también en la alianza de las oligarquías, siempre subordinadas a las élites imperiales de Estados Unidos que a trocho y mocho, con toda la fuerza que han logrado tener a lo largo de la historia, se impusieron siempre por la vía del chantaje, la coacción o la violencia directa.

Desde la fundación de la Organización de Estados Americanos, como bien se ha debatido hoy en el Consejo Político del ALBA, han pasado 69 años, y en 69 años la historia de la OEA es la historia del bochorno más grande de subordinación de las oligarquías locales de nuestros países a los intereses imperiales, en todas las coyunturas y en todos los momentos.  Nos llevaría toda esta noche, una madrugada completa, varios días hacer un pasaje, una revisión, un balance, una evaluación sobre esta historia. Solamente tendríamos que recordar símbolos que han marcado la historia: Guatemala, 1954, la campaña contra el presidente Jacobo Arbenz y la revolución democrática de Guatemala; la invasión, resultado: 300 000 muertos, 50 años de dictadura, y al pasar 50 años Estados Unidos, el Departamento de Estado solicita excusas al pueblo de Guatemala porque se equivocaron con la invasión, porque han demostrado 50 años después que Jacobo Arbenz no era comunista.

República Dominicana, 1966, una nueva experiencia, un líder, Juan Bosch, extraordinario hombre latinoamericanista, martiano, bolivariano, brillante líder, parido por el pueblo que parió a Máximo Gómez también, el pueblo dominicano, nuestro amado pueblo dominicano, y la OEA también sirvió de portaviones a una de las masacres, a una de las invasiones más horrorosas que se hayan conocido en los años sesenta.  Antes de República Dominicana, le tocó al pueblo cubano.

Hemos estado debatiendo en Venezuela y desde Venezuela con gobiernos amigos, con movimientos sociales, populares de todo el continente y con nuestro pueblo sobre el carácter de esta Organización de Estados Americanos, y nos hemos topado con la historia que les tocó enfrentar a ustedes.

Bueno, la gran mayoría de los cubanos y cubanas presentes aquí ya son de generaciones nacidos de los años setenta para acá, ¿verdad?, salvo honrosas y prestigiosas excepciones (Risas); pero todos conocen muy bien su historia en el poderoso sistema educativo de Cuba.

Saben ustedes cómo la OEA en los años 1959, 1960, 1961, 1962 fue el escenario para la preparación de la agresión, la intervención y la ocupación de Cuba.

Saben ustedes la batalla inmensa que tuvieron que dar los cubanos y las cubanas, con Fidel, con Raúl, con el Che, casi nadando contra la corriente, en una combinación de movimientos políticos, diplomáticos, que siempre tuvieron la compañía de los pueblos, la solidaridad de los pueblos de todo el continente desde Caracas hasta Montevideo, desde México hasta Buenos Aires; pero que contaban con la complicidad criminal de todos los gobiernos, la gran mayoría de ellos dictatoriales y del resto de gobiernos que bajo la formalidad de la democracia burguesa representativa tenían en lo fundamental el dominio sobre los votos en la OEA.

Una batalla enorme tuvo que dar Cuba. Hay bastantes documentos desclasificados de entonces y se conoce hoy la historia que pudieron denunciar en el seno de la OEA y fuera de la OEA las voces de la Revolución Cubana entonces.

Estados Unidos por detrás, con una gran capacidad de presión y de imposición, fueron llevando las distintas reuniones y conferencias de la OEA. En los años 1960, 1961 fueron utilizando a la Organización de Estados Americanos para ir aproximando una agresión a través de resoluciones. No existía la famosa Carta Democrática, no les importaba, no les hacía falta, violaban la Carta de la OEA cuantas veces querían y comenzaron un proceso de acoso, hostigamiento, persecución contra la Revolución naciente de Cuba y contra el deseo de dignidad y el esfuerzo de todo un pueblo que apenas amanecía a un nuevo tiempo histórico.

Foto: Jose M. Correa

Antes del año 1961 —lo analizábamos con expertos del Minrex, uno de ellos el embajador Rogelio Polanco— solamente avanzaron en la campaña mediática, política, diplomática, y la OEA les sirvió como mecanismo para ir acumulando un conjunto de acciones, de condena, de acoso, de acorralamiento, que llevó al canciller de entonces, Raúl Roa, a marcar a la OEA como el ministerio de colonias de Estados Unidos.

Seguro muchos jóvenes hoy en el siglo XXI podrían preguntarse qué es eso de ministerio de colonias y sería pertinente esa pregunta. Bueno, es que en los tiempos coloniales, precisamente la forma de gobernar sus territorios de ultramar era a través de ministerios de colonias que se encargaban de regir, dominar y gobernar los territorios de ultramar.  Se conoce el famoso ministerio de colonias del Imperio Británico, que le tocaba gobernar prácticamente el mundo entero:  Asia, África y América.

Ese ministerio de colonias como bien calificó Cuba en los años sesenta, en la OEA funcionó como el mecanismo para legitimar lo que vivieron los cubanos después en abril, precisamente en abril de 1961.

Cuba no fue expulsada de la OEA antes de 1961, porque aspiraban con la invasión de Playa Girón constituir una cabeza de playa, constituir un gobierno títere y luego que estuviera establecido en algún territorio de nuestra amada Cuba, salieran todos los gobiernos y saliera la OEA con el peso histórico que en ese momento tenía a reconocer la legitimidad de un gobierno paralelo títere y luego justificar el llamado a una intervención militar masiva de Estados Unidos sobre el pueblo cubano.

Por eso es que a Cuba la mantienen en la OEA acosada a declaraciones, a discursos, a reuniones, y la palabra de Cuba a pesar de la aparente soledad, la palabra de Cuba entonces fue la referencia moral, la voz, la fuerza de rebeldía que América necesitaba para saber que sí se podía enfrentar al imperialismo, que sí se podía derrotar al imperialismo y que había un pueblo lleno de esa fuerza:  el pueblo cubano, Fidel (Aplausos).

Una experiencia extraordinaria, luego de la victoria del pueblo cubano en 72 horas, extraordinaria, mágica, que representó la primera derrota del imperialismo naciente todavía, el imperialismo estadounidense en tierras americanas, la victoria heroica que agigantó el prestigio de Fidel, de la Revolución Cubana ante los pueblos del mundo, ahí sí entonces comenzó el proceso de imposición de una política de aislamiento contra Cuba.  Ahí sí comenzaron las presiones para la ruptura de relaciones diplomáticas de los países de entonces, como parte de una campaña criminal para separar y dividir a nuestros pueblos, para llenarnos de odios y comenzó entonces una política, que salvo México —México de la dignidad estoy hablando, México del espíritu de Lázaro Cárdenas, México que siempre representó el espíritu inmortal de Emiliano Zapata no México de la traición, sino el de la dignidad, de Lázaro Cárdenas, de Emiliano Zapata— todos los gobiernos de entonces se sumaron para ir en una cadena de eventos rompiendo relaciones diplomáticas, políticas y sumándose al bloqueo contra Cuba. Y fue entonces, solo entonces cuando vino la famosa reunión para suspender y expulsar a Cuba de la Organización de Estados Americanos.

Hoy podemos contar y recordar estos testimonios del momento histórico que les tocó pasar.  Yo no dejo de sentir como ser humano, como revolucionario una admiración gigantesca por Fidel, por Raúl y por este grupo de hombres y mujeres que supieron enfrentar esos tiempos históricos con dignidad (Aplausos), con sabiduría, con firmeza, con valentía, y no dejaron bajo ninguna circunstancia caer la bandera de dignidad de la Cuba revolucionaria. Tiempos heroicos vieron nacer la maravilla de esta Revolución Cubana. La Revolución Cubana en el siglo XX significó el inicio de una larga era de transformaciones progresistas, revolucionarias de nuestro continente.  La Revolución Cubana fijó la pauta, la agenda, marcó el tiempo histórico de lo que era posible y de lo que era necesario hacer para que estos países antes colonizados, esclavizados, para que nuestros países siempre subestimados desde el Norte, siempre rechazados desde el Norte fuéramos encontrando nuestro propio camino, en tiempos nunca nada fáciles.  Nunca nada se nos ha regalado, nunca la dignidad ha sido otorgada por quienes la han arrebatado en todos los tiempos históricos.

Cuba marcó una época, y en el ejemplo de Cuba se educaron generaciones enteras de hombres y mujeres en América Latina.  Cuba tiene que sentirse orgullosa del tiempo histórico que le ha tocado vivir, del ejemplo que ha emanado de sí y de la fuerza espiritual, moral y política que le ha impreso a los pueblos del mundo, a los pueblos de la América Latina y el Caribe para los tiempos que estamos viviendo.

Después de la Revolución Cubana la historia fue otra. Si la revolución de independencia del Sur tuvo un Bolívar, un Sucre, un Gervasio Artigas, un José de San Martín; si la revolución de independencia de América Latina y de Centroamérica tuvo un Francisco Morazán y el siglo XIX se marcó para siempre con esa fuerza, y aquí en Cuba hubo un Antonio Maceo y un José Martí, la revolución de la dignidad y la independencia del siglo XX tuvo un Fidel Castro Ruz (Aplausos), tuvo un Ernesto Che Guevara (Aplausos).  Hombres y mujeres síntesis de todos los tiempos, porque nosotros somos una fuerza que trae una trayectoria atrás, somos una fuerza con raíz profunda y somos una fuerza que juntos representamos la más maravillosa energía espiritual que jamás se haya levantado sobre esta región.

La fuerza del ALBA con la unión de nuestros pueblos centroamericanos, caribeños, suramericanos, con 13 años ya de realización práctica de la palabra solidaridad, de la palabra complementariedad; con 13 años ya de demostración de las dificultades y las posibilidades del concepto de la cooperación, la Alianza Bolivariana que nació como alternativa al modelo del ALCA y del nuevo colonialismo económico que se nos quería imponer desde el Norte, la fuerza del ALBA es la fuerza de todos. El ALBA ha sabido enfrentar en el transcurso de todos estos años, desde su fundación por parte del liderazgo del Comandante Fidel Castro Ruz y del Comandante Hugo Chávez, la fuerza del ALBA ha sabido transitar su propio camino, ha sabido inventar, en el mejor sentido robinsoniano, ha sabido crear, en la mejor fuerza de invención, sus propios caminos.
Si la OEA en 69 años está marcada por el dolor, la muerte, la sangre de invasiones, golpes de Estado, si está marcada por el espíritu de la división nuestraamericana, de la subordinación del esclavismo; la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América, en apenas 13 años, está marcada por la fuerza maravillosa de la solidaridad, de la unión en acción, de la unión práctica.

El ALBA puede mostrar a los pueblos de nuestra región, más allá de los gobiernos y países que la fundaron y la conforman, mucho más allá, el ALBA puede mostrar una obra concreta en el campo de la educación.  Bajo el abrazo y la sombra del ALBA se han alfabetizado más de 4 millones de latinoamericanos y caribeños en los últimos 10 años.  Bajo el abrazo del ALBA y la ciencia médica cubana y albista se han operado y han rescatado su vista en la Misión Milagro, creada por esos dos cristianos, Hugo Chávez y Fidel Castro, más de 4 500 000 latinoamericanos pobres, los campesinos, los humildes.  Bajo el abrazo del ALBA y la ciencia médica cubana y la ciencia médica latinoamericana, creada y formada en la Escuela Latinoamericana Salvador Allende, se han desplegado más de 50 000 médicos en los campos y ciudades de toda América Latina y el Caribe (Aplausos).

Bajo la fuerza del ALBA se creó Petrocaribe. Yo pudiera revisar datos aquí, que seguramente podemos difundir a través de los medios de comunicación y las redes sociales, pero Petrocaribe como creación maravillosa del ALBA, que protege a 18 Estados del Caribe, le ha asegurado en tiempos de paz, en tiempos de turbulencia, en tiempos de crisis, en tiempos de crecimiento económico, en tiempos de decrecimiento económico, en los últimos 13 años, la estabilidad energética, fiscal y financiera a todos los países del Caribe que se han incorporado a esta organización nacida del espíritu creador del ALBA (Aplausos); son los 18 Estados del Caribe pertenecientes a nuestra organización, a Petrocaribe, más allá del ALBA, Petrocaribe es un instrumento del ALBA.

De acuerdo con los datos del PNUD y los datos de la Cepal, las organizaciones pertenecientes y participantes de Petrocaribe, con sus programas de abastecimiento de combustible, de financiamiento para el desarrollo, de apoyo en calamidad, como a nuestros hermanos de Haití, queridos hermanos de Haití, a quienes les debemos en estas luchas de estos siglos, son los países de mayor nivel de índice de desarrollo humano y de estabilidad económica de la región en los últimos 10 años.  No es casualidad, no; es una fórmula mágica creada de la sabiduría, de la experiencia, de la genialidad y sobre todo del amor, el desprendimiento y la solidaridad de dos genios de nuestra América, árdale a quien le arda en el Norte:  es la genialidad de Fidel Castro Ruz y de Hugo Chávez Frías (Aplausos) de crear este mecanismo de impulso, de soporte, de desarrollo energético, económico (Aplausos).

Seguramente hay muchas cosas que no hemos hecho todavía, o muchas cosas que no hemos hecho como pudiéramos haberlas hecho. Yo tengo aquí un balance, en este libro gordo gordo, sobre los proyectos económicos, sobre los caminos del desarrollo económico.  Si bien es cierto que tenemos grandes tareas para mantener la estabilidad de nuestros países, la independencia, la paz, para preservar la paz interna, la paz regional, para mantener el ritmo de la integración, no olvidemos ni un segundo, queridos compatriotas, que la tarea más importante, la misión más importante de todas las generaciones que hoy estamos al frente de nuestros países, de nuestras revoluciones es encarar el desarrollo económico sustentado con esfuerzos propios y, además, enlazado como una integración económica especial de toda América Latina y el Caribe.

Nadie puede pensar, nadie puede aspirar, ni nadie logrará el desarrollo económico en esta región que apenas da sus primeros pasos autónomos e independientes actuando por sí solo, ¡nadie!

Yo siempre, como canciller del Comandante Chávez, me impresionaba, en las reuniones privadas y públicas, cuando escuchaba estos conceptos, cuando fui descubriendo estos conceptos; pero sobre todo cuando lo decía un hombre como Lula da Silva como presidente del gran Brasil.  Brasil es un país-continente, tiene unas fuerzas productivas poderosas, tecnológicas, país-potencia, y Lula siempre sostenía, con una gran visión latinoamericanista, caribeña, unionista, geopolíticamente correcta en esta época de conformación de bloques en que quieren hegemonizar a todas las regiones del planeta, Lula como presidente de Brasil decía:  Ni Brasil puede aspirar al desarrollo económico, al desenvolvimiento social solo, por sí solo.  Por eso es que Brasil jugó un papel determinante bajo la conducción del presidente Lula da Silva y la presidenta Dilma Rousseff en las tareas de fundación y creación de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños.  Por eso es que Brasil jugó un papel fundamental en la creación de la Unión de Naciones Suramericanas, la Unasur, y todo este proceso que en esta última década nos fue llevando a un proceso de encuentros y reencuentros de una nueva América de esperanza, de creación colectiva.

Así que, queridos compatriotas, el ALBA desde su creación —por aquí está el compañero Alí Rodríguez Araque, a quien como canciller del Comandante Chávez le correspondió la fundación de la Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América y luego le correspondió ser secretario general durante tres años de la Unión de Naciones Suramericanas, comandante Fausto, nuestro embajador ante la República de Cuba. El ALBA desde su fundación fue creación e invención colectiva, fue reencuentro de una relación de respeto, de solidaridad, de búsqueda. Más allá de las posibilidades, el ALBA no es una madeja de relaciones diplomáticas protocolares, no; el ALBA nació de la creación real del encuentro de gobiernos, de pueblos, y hoy, 13 años después, no es por casualidad que el ALBA es una fortaleza para venir todos al encuentro y para decir a quienes pretenden hegemonizar nuestro continente a través de la OEA, a través de las amenazas, a través de la agresión:  Con nosotros no han podido y con nosotros no podrán. ¡Aquí está el ALBA de pie, unida, incansable, trabajando por el desarrollo común! (Aplausos.)

Las presiones que ha habido en las últimas semanas, en Washington y desde Washington, no tenían parangón con que ser comparadas en los últimos años.
Venezuela está en la mira desde hace tiempo, desde la llegada de la Revolución Bolivariana y el surgimiento de ese liderazgo que lo cambió todo en nuestra patria y que movió y cambió todo en nuestra América: nuestro Comandante Hugo Chávez.

Nosotros tenemos 18 años y ya vamos llegando a una edad de madurez, de fortaleza.  En 18 años hemos soportado embestidas de todo tipo.  Mañana es 11 de abril, no solo se conmemoran 200 años de la victoria de la batalla de San Félix, se conmemoran 15 años del golpe de Estado oligárquico, fascista, dirigido desde Washington contra el Comandante Chávez en el año 2002.  Inolvidables las imágenes del guion que se le instaló al país, de la campaña que se le instaló al Comandante Chávez, de la batalla que dimos, de la emboscada con los francotiradores para asesinar a su propia gente, de la traición que sufrió el Comandante Chávez y del golpe de Estado que al final se consumó:  11 de abril.

El Comandante Chávez, por el sistema electoral de la democracia burguesa que nosotros heredamos, ya para el año 2001, cuando empezó la conspiración y la acumulación de fuerzas para desestabilizar a Venezuela, el Comandante Chávez había ganado, en línea, ocho elecciones, incluyendo todo el proceso popular constituyente, que dio el nacimiento de la Constitución más democrática y de mayor carácter popular de toda la historia de Venezuela.  Esta Constitución se hizo de la palabra, de la letra, del espíritu y del pensamiento del pueblo de Venezuela por primera vez en la historia y fue aprobada en consulta de referendo por más del 76 % de los votos populares.

A estas oligarquías, a estos imperios no les importan elecciones, no les importa legitimidad, no les importa democracia, lo que les importa es el poder y las riquezas de los países. ¡Que nadie se llame a engaño! Por ahí hay una izquierda cobarde a la que le da miedo y le tiemblan las piernas cuando recibe una llamada en inglés de algún embajador, y no tarda un segundo para sumarse ante hechos desconocidos para condenar a Venezuela y decir: «¡Golpe de Estado en Venezuela!» Sí, golpe de Estado en Venezuela hubo hace 15 años contra el Comandante Chávez y lo dieron la oligarquía y los gobiernos de derecha de entonces.  ¡Golpe de Estado estamos enfrentando en este momento y estamos derrotando en Venezuela!  Claro que sí, pero lo está dando la derecha oligárquica, subordinada a los intereses de Estados Unidos (Aplausos).

Un milagro salvó al Comandante Chávez: en manos de los traidores llenos de odios estuvo a punto de ser asesinado; mientras nuestro pueblo, con una fuerza milagrosa logró una insurrección cívico-militar que al tercer día rescató al Comandante Chávez, rescató la Constitución y rescató la democracia.

Los invito mañana, a las 8:00 de la noche, hora de Venezuela, 8:00 de la noche también, hora de Cuba, en Venezuela, en Cadena Nacional de Radio y Televisión, como estamos en este momento transmitiendo, y nuestros hermanos de Telesur nos han dicho que se suman también, mañana a las 8:00 de la noche estaremos pasando un documental histórico único sobre la verdad del golpe de Estado del 11 de abril del año 2002, que se llama:  «Puente Llaguno, clave de una masacre», que explica muy bien lo que fue el guion que se montó y que justificó el golpe de Estado y que el pueblo logró contener y revertir.  Dieciocho años enfrentando diversas vicisitudes y circunstancias.

Yo puedo decir, de verdad, queridos hermanos del Caribe, Centroamérica, Sudamérica, compañero Raúl, camarada secretario general del ALBA, David Choquehuanca, que de cada coyuntura no solo hemos sacado grandes enseñanzas, grandes lecciones, no solo que nuestro pueblo ha elevado su conciencia, su conocimiento, su actitud, su compromiso, su moral, sino de cada coyuntura hemos logrado construir nuevas fuerzas, nuevas fuerzas morales, políticas, militares, institucionales.

Creo que de todos los golpes que hemos contenido, soportado y superado, el más duro de todos fue la pérdida física de nuestro Comandante Hugo Chávez.  No es fácil perder al líder, al inspirador, al jefe, al padre de una revolución tan joven.
Recientemente vinimos a sembrar en esta roca eterna en Santiago de Cuba al padre de la Revolución Cubana, al padre de los revolucionarios latinoamericanos, pero ya con una obra, con un pueblo, con un partido, con una fuerza armada, con un Raúl ya, luego de varias décadas de cuántas batallas y de cuántas cosas por hacer también.

Pero nosotros perdimos muy joven a nuestro Comandante, y sin lugar a dudas el peso del Comandante Hugo Chávez en la historia de nuestra Venezuela del siglo XXI, de la conducción de la Revolución y de la construcción de la nueva América, fue un peso decisivo, determinante, conmovedor, pudiéramos decir.  Hay quienes no entendieron eso, cuando lo perdimos hay quienes no entendieron lo que sí entendió el imperio norteamericano.

Hay quienes dudan todavía de que el imperio norteamericano exista y creen que solamente es un recurso oratorio o retórico para discurso revolucionario y para buscar un aplauso.  Para quien lo dude, existe un imperio con instituciones poderosas, con un proyecto de dominación mundial, con un Pentágono, con un Departamento de Estado, con una CIA, con una NSA, con una idea loca, loca, loca de dominación del mundo; bueno, loca para nosotros, ¿no?, que aspiramos a un mundo de hombres y mujeres libres, iguales, felices, sencillos.  El imperio sí entendió que con la pérdida del Comandante Chávez se estaba perdiendo y estaba partiendo uno de los más importantes y grandes líderes, cohesionador de un nuevo espíritu latinoamericano desde Bolívar, que supo unir toda su fuerza a la de Cuba, a la Cuba revolucionaria.

Desde el primer día supo ver hacia Cuba, a Fidel, y desde el primer día recibió también la vista y la mano tendida de ese jefe de revolucionarios, el Comandante Fidel Castro (Aplausos), y supieron construir esta nueva fase del camino, supieron hilar y cerrar heridas, supieron levantar una doctrina latinoamericanista, caribeña, rompieron todos los bloqueos, los bloqueos de verdad, materiales y los bloqueos que llaman por ahí espirituales.  Fue el golpe más grande que nosotros hemos recibido, no solo los venezolanos, lo recibimos todos; pero también es la prueba más grande que hemos asumido.

El próximo 14 de abril se cumplen cuatro años de que el pueblo venezolano, en ejercicio de su soberanía política me hizo Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, como primer presidente chavista de la historia, luego de la pérdida física de nuestro Comandante Hugo Chávez, cuatro años de aquella victoria heroica (Aplausos).  Ya para entonces utilizaban técnicas que nosotros no habíamos detectado, que hoy se llama la técnica del Big Data, no sé si la han estudiado, la técnica de la sicometría —tienen que estudiarla, muchachos—, porque por la vía del Big Data y la sicometría se nos están metiendo aquí (Señala). Hacen una segmentación, un estudio, a través de la Big Data, las redes sociales, hacen un estudio de todas las personalidades, sus gustos, sus miedos.

¿Ustedes saben dónde descubrí un artículo de este tema de la Big Data y la sicometría? En la página web de Cubadebate. Pido un aplauso para esa página, es extraordinaria (Aplausos).  Y, luego, la hemos estudiado a fondo, y retrotrayendo y estudiando la experiencia electoral política, ya para entonces nos la estaban aplicando. Recogen los datos de los gustos a través del Twitter, del Facebook, del Instagram, qué música te gusta, qué artista te gusta más, te hacen encuestas.  En las últimas elecciones en Estados Unidos segmentaron 32 sectores desde el punto de vista del perfil sicológico, sicosocial, en una gran Big Data, una gran fuente de datos, y a los 32 sectores especialistas les dirigieron mensajes de captación, que llevaron a los resultados que conocemos, y se concentraron en 17 estados, en los 17 estados por este sistema electoral medieval que tiene Estados Unidos, porque ellos nos acusan a nosotros de dictadores y de falsa democracia, pero tienen un sistema medieval, se concentraron en 17 estados y les dio resultados, a cada sector le dirigían un mensaje.

En aquella época a nosotros nos hicieron algo que no detectamos, y lograron que un millón de chavistas, de revolucionarios se abstuvieran por tristeza, por depresión, lo cual aportó la diferencia electoral, y ya ellos preparados, como están haciendo en Ecuador, con una diferencia electoral pequeña, arrancaron su plan, creyendo que nosotros éramos de jabón y que con el primer palo de agua nos íbamos a derretir (Risas). Nos han subestimado, nos subestiman, ¿cómo no nos van a subestimar si la base de la dominación imperial es la subestimación sobre los pueblos?  ¿Cuál es la otra base, pues?  El racismo tiene raíz ideológica, las clases dominantes del mundo a nosotros nos ven como inferiores, y solo nos aceptan como sus esclavos, como sus servidores, como sus subordinados.

Cuatro años se cumplen, y yo les puedo decir que en cuatro años hemos pasado diversas circunstancias. En el campo internacional hemos tenido siempre el apoyo de los pueblos de América Latina y el Caribe, hemos tenido siempre el respaldo decidido de los gobiernos y los pueblos de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América y de la Cuba revolucionaria al frente siempre, y del pueblo cubano al frente siempre (Aplausos).  Y hemos ido remontando dificultades, fortaleciendo la Unión Cívico Militar.

En la era Obama, en sus últimos cuatro años, una de las últimas órdenes que me dio el Comandante Chávez finalizando la campaña electoral de 2012, cuando lo acompañaba aquí a los tratamientos, y ganó el último gobierno Barack Obama, creo que fue en noviembre de 2012, fue como canciller, me dijo: «Nicolás, explora si podemos acercarnos ahí a unas nuevas relaciones», y lo intentamos, pero lamentablemente la visión que se impuso en el Departamento de Estado, en una élite que dirige, que impone, que gobierna a Estados Unidos de Norteamérica y su política imperial hacia el mundo y hacia América Latina, la visión que se impuso sobre Venezuela fue ir con toda la presión a reventar el proceso revolucionario, a derrocar el gobierno revolucionario y a tomar las posiciones otra vez desde Venezuela, a reconquistar a Venezuela.  Se impuso en el modelo de la diplomacia blanda, llamada así, con una sonrisa, ¿verdad?, la sonrisa de Obama, la diplomacia, y enfrentamos desconocimiento electoral, enfrentamos guarimbas, llamada así violencia callejera; en decenas y centenares de puntos del país enfrentamos conspiraciones políticas, militares, diplomáticas, y lamentablemente el 9 de marzo del año 2015 Barack Obama dio un paso que lo marcó para el resto de su historia, o para el resto de nuestra historia, cuando firmó el infame decreto para declarar a Venezuela una amenaza inusual y extraordinaria a la seguridad de Estados Unidos y abrirles las puertas a una aventura intervencionista de la élite imperialista en cualquier momento contra nuestra patria.

Ahí lo vimos en Panamá un mes después, el 11 de abril de 2015, 11 de abril otra vez, y frente al concierto unánime de voces de gobiernos latinoamericanos rechazando ese decreto, él dijo que Venezuela no era una amenaza; pero dejó el decreto firmado ahí.

Barack Obama se fue y los métodos políticos de Barack Obama, que fue líder en Chicago y luego fue presidente desde Washington, que cuestionó desde Chicago los lobbies y los grupos de influencia y luego gobernó para los lobbies y los grupos de influencia de Washington, se fueron con él.  Y en Estados Unidos en este momento, podemos decir, hay una situación nueva, más riesgosa, más peligrosa, más amenazante a la paz de los pueblos del mundo, hay una situación de reconfección, de reconducción del poder.  Lo hemos dicho recientemente, los órganos principales de toma de decisión del aparato político, industrial, militar de Estados Unidos están en este momento en manos de extremistas.  La reciente decisión de bombardear a nuestra hermana República Árabe Siria, pasando por encima de las leyes internacionales del Consejo de Seguridad de la ONU y con resultados desastrosos, que solo han beneficiado a los grupos terroristas en el terreno militar, que estaban siendo derrotados por el ejército sirio, demuestran cómo hoy por hoy se están tomando decisiones en el poder estadounidense, que deben llamarnos a la reflexión y la alerta también.

Muy peligrosas las circunstancias que se están configurando, muy peligrosas, muy amenazantes las circunstancias que se están configurando en el gobierno de la nueva administración de Donald Trump. No han pasado ni ocho semanas y ya se ha desdicho todo lo que algún día este hombre, que no es un líder político ni representa las corrientes políticas de ninguno de los grupos del Partido Republicano, pero que es el Presidente de Estados Unidos, ya se ha visto.  Por eso es muy importante esta reunión del ALBA.

La reciente arremetida diplomática, la reciente alineación de un grupo de gobiernos de derecha, neoliberales, muy fracasados, contra Venezuela; la reciente arremetida interna de la derecha venezolana que ha tomado el camino de la violencia, del golpismo, del asalto al poder, representa las nuevas corrientes extremistas que dirigen, gobiernan y toman decisiones en Estados Unidos.  Ya hoy lo podemos decir, lo hemos vivido, cómo hay una radicalización extremista de las posiciones de la derecha venezolana a partir de las nuevas órdenes impartidas por el Departamento de Estado y por quienes toman decisiones y gobiernan en Estados Unidos.  Tenemos que estar claros en eso.  Las presiones que han recibido dignos gobernantes de nuestra América no tienen parangón en los últimos 16 años, ni en los 8 años de Bush, ni en los 8 años de Barack Obama.  Amenazas personales, amenazas a los países, y a pesar de sus amenazas, y a pesar de su conducta bochornosa, Venezuela puede decir hoy que después de todas estas presiones hemos salido victoriosos en la Organización de Estados Americanos defendiendo nuestra verdad (Aplausos).  Hemos derrotado a la coalición de países y de gobiernos de derecha que han pretendido imponer una agresión abierta contra nuestro país (Aplausos).

Es mucho decir esto. Así que Chávez y Fidel no araron en el mar, parafraseando a nuestro Simón Bolívar que sintió cuando ya la vida se le iba que había arado en el mar; tampoco aró en el mar El Libertador. Sembraron con profundidad, con fuerza.  Yo he llamado al diálogo, lo decía nuestro querido canciller Bruno Rodríguez Parrilla, y sigo llamando al diálogo, no hay otra forma de conseguir la paz.  La única forma de conseguir la paz es a través de la palabra, del diálogo, del debate sincero, de la búsqueda de razones, de la búsqueda de puntos comunes.

Ahora, tengo que decirlo hoy, sigo manteniendo mi llamado al diálogo, sigo agradeciendo el apoyo del Papa Francisco, sus bendiciones; sigo agradeciendo el apoyo de los presidentes Rodríguez Zapatero, Leonel Fernández, Martín Torrijos; pero la verdad verdadera es que se ha dado la orden desde Washington de cero diálogo en Venezuela y reventar a nuestro país para una intervención extranjera.  Absolutamente inviable, absolutamente impertinente, no tiene pertinencia histórica.  Y yo les puedo decir también que así como hemos salido librados, gracias también al papel de esta joven mujer venezolana, nuestra canciller, Delcy Eloína Rodríguez Gómez (Aplausos), que ha estado al frente de esta batalla con dignidad, con inteligencia, con valentía; Delcy Eloína Rodríguez Gómez, la verduga de Luis Almagro, Luis Almagro tiembla, se le van las piernitas (Risas) cuando ve a Delcy entrando por el salón Simón Bolívar de la OEA:  el terror de Luis Almagro (Risas).

En estos días hablaba y se metía así (muestra) el dedo en la nariz, ¿ustedes no vieron?  Traidor de traidores, basura de basura.  Así pasan ellos a la historia.  ¿Quién recuerda el nombre de un canciller o de un presidente de un gobierno que haya agredido a Cuba y haya expulsado a Cuba de la OEA en aquella época?  ¿Quién lo recuerda?  ¿Y quién recuerda el nombre de Fidel Castro Ruz y de la Cuba revolucionaria?  El mundo entero (Aplausos prolongados).  Esa es nuestra historia, esa es nuestra grandeza.  Así pasará el tiempo y los Luis Almagro pasarán al basural de la historia como escoria, pasarán al basural de la historia, y trascenderá el espíritu, la sonrisa de estos gigantes, y trascenderán nuestros pueblos.

Así como hemos obtenido victorias, tenemos que seguir avanzando.  Yo les digo este guion que nos están aplicando con grupos violentos, terroristas, para magnificarlo y multiplicarlo a través de redes sociales, medios de comunicación internacionales, y durante estos días ustedes saben que nuestros países…, bueno en estos días se está conmemorando la Semana Santa, ayer domingo fue Domingo de Ramos, el día que llega Jesús de Nazaret, nuestro Jesucristo a Jerusalén y empieza la pasión, muerte y resurrección de Jesús, y ellos han decidido cual anticristo destruir la paz de nuestro país, de nuestro pueblo, un verdadero anticristo, 666 dicen, ¿no?, es el número del anticristo; 666 es el número de la MUD, lo quieren llamar, de la derecha, un verdadero anticristo, en el sentido histórico universal, del mal, la perversidad, el odio, la muerte, porque qué representa en la historia bíblica de los cristianos el anticristo, la muerte, la traición, el odio, el mal, la sangre, la perversión, la negación de lo bueno humano; pero así como hemos obtenido con la verdad, con la moral, con la fuerza victorias internacionales, tengan la seguridad de que estos grupos, estos focos violentos, que desde un municipio del este de Caracas crean dos o tres perturbaciones para ser multiplicadas en el mundo, estos focos violentos y esta derecha que representa el anticristo de esta época, también en esta época histórica la vamos a derrotar con la Unión Cívico Militar y en Venezuela va a seguir la Revolución Bolivariana y vamos a seguir triunfando por la paz, por la independencia, por el honor de un pueblo (Aplausos). Una batalla de todos los días.  Y decíamos:  si bien es cierto defendernos, denunciarlos, cuidarnos, tener un ojo abierto y el otro también (Risas), también es cierto que tenemos que concentrarnos en las tareas principales, sobre eso bastante saben el pueblo cubano y nuestros pueblos del ALBA, bastante saben que estas arremetidas contra nuestras regiones, que encuentran algunos arrodillados, que son saqueados y que nos encuentran a nosotros de pie, amenazados, no deben desviarnos del curso principal, de la tarea principal, de nuestra visión principal de alcanzar el desarrollo económico y social de nuestros países.

Nadie piense que ese desarrollo económico y social lo va a obtener por su propia vía.  Mucho tenemos que agradecer a los pueblos del continente, o nos tenemos que agradecer mutuamente por los primeros pasos que hemos dado estos 13 años.

Foto: Jose M. Correa

Nosotros tenemos mucho que agradecer a los colaboradores cubanos, a la misión cubana en Venezuela, a los más de 60 000 médicos que han pasado por Venezuela a dar salud, a dar vida, a salvar vidas, a darle amor a nuestro pueblo, y a forjar a miles de médicos hoy en la medicina integral comunitaria. Hemos graduado más de 23 000 médicos de la mano de la Escuela Médica Integral Comunitaria de Cuba y estaremos graduando 30 000 más en los próximos años. ¡Gracias, Cuba! (Aplausos.)

Y la alfabetización, la educación, la cultura, el deporte, solo para nombrar algunas áreas en donde nosotros lo que tenemos que decir es gracias y seguir aprendiendo, y en donde el alumno pudiera superar al maestro más adelante (Risas), ¡ojalá! Como dice Evo, Cuba es campeona mundial de la solidaridad en nuestra América y en el mundo.

Tenemos que hacer un esfuerzo mayor, podemos hacerlo, estamos obligados a hacerlo, para compartir el desarrollo en todos sus aspectos de la vida industrial, de la producción agrícola, del desarrollo científico, tecnológico, del desarrollo de las nuevas tecnologías, de la robótica y el desarrollo económico de nuestros países, financiero, fiscal.

Ahí tenemos el Banco del ALBA, que ha venido ocupando un papel importante; pero todavía le falta un gran trecho por crecer, y no debe crecer poco a poco, no: debe crecer en aceleración constante de proyectos, de inversiones; tenemos que avanzar en el desarrollo de una zona económica compartida, comercial, viva, activa, con mucho movimiento comercial, de transporte, de finanzas; tenemos que tomar las riendas del desarrollo integral de nuestra región, de nuestros países nosotros mismos. Creo que es la tarea principal.

Todas las demás batallas las vamos a seguir dando, pero la tarea del desarrollo económico, de la creación de riquezas, física, material, financiera, la idea del desarrollo social integral de nuestros países, la idea del bienestar y la felicidad compartida de la que hablaba Bolívar hace 200 años es la idea central que nos debe mover a nosotros.  Tenemos la experiencia, tenemos el proyecto, tenemos el conocimiento, tenemos la honestidad y queremos hacerlo, y el espacio para hacerlo es uno solo, así lo creo, está creado, nos lo dejaron en herencia estos dos gigantes que sonríen desde la vida, desde la historia y que nos dan fuerzas.

El espacio para conseguir el desarrollo no es la OEA, no: es la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América, es Petrocaribe, es el Caribe, es Centroamérica, es Suramérica, ese es nuestro camino, ese es nuestro espacio, no tengamos duda de eso (Aplausos).  Aquí es donde nos vemos como hermanos y nos respetamos y nos tratamos como hermanos.  Aquí no hay grande ni chiquito; aquí nadie quiere dominar al otro o buscar una ventaja para saquearlo o robarlo; al revés, aquí lo que estamos buscando es en qué podemos ayudar, en qué te puedo ayudar yo, en qué me puedes ayudar tú.

Está el camino trazado y probado, está el éxito comprobado, lo que nos falta a veces es sacudirnos un poquito y movernos, despertarnos más aún, para que los proyectos del desarrollo económico se pongan al frente de verdad del esfuerzo diario, de la atención diaria, de los logros diarios.  Es el mismo pregón que hacemos nosotros con nuestro pueblo.

Nosotros estuvimos 100 años dependiendo de un chorro petrolero, ¡shhhhh!, casi no había que hacer nada, meter un tubo, ¡chucuchucuchú!, ¡rum! y salía el petróleo, y después poner la mano así para que cayeran los dólares.  ¡Cien años! Eso se acabó, se acabó; como dicen, éramos muchos y parió la abuela (Risas):   estábamos acosados por el imperio y el petróleo se cayó a 20.  Bueno, gracias Dios mío, ahora nos probamos aún más que sí queremos, que sí podemos, y ahora estamos ya en la era pospetrolera construyendo una economía por primera vez diversificada, que genera riquezas propias de Venezuela, tenemos nuestra potencia.

Hemos definido 15 motores y yo quiero, como estamos haciendo con el compañero Presidente Raúl, con Cuba, todos los días que aceleremos, compañera Canciller, que aceleremos con todos los países del ALBA el encuentro de las potencialidades de esta Agenda Económica Bolivariana de los 15 motores de desarrollo, de las nuevas inversiones, de la nueva economía, del nuevo comercio a nivel de todos los países de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América, y que este esfuerzo, apenas empezando este siglo de la era pospetrolera que nos toca hacer, sea un esfuerzo también compartido y lo que nazca de economía diversificada, nazca integrada también; no solo diversificada hacia adentro, sino integrada hacia toda nuestra región en una red de inversiones, de comercio, de desarrollo tecnológico.  Esa es la tarea principal, este es el espacio, no hay otro.

¿O es que va a venir la Organización de Estados Americanos a resolver los problemas de nuestros países?  ¿O es que va a venir Luis Almagro con una varita mágica a darles felicidad y bienestar a nuestros pueblos? No ha sucedido en 69 años, no va a suceder. Subordinados jamás accederemos a un desarrollo con dignidad.  Y puedo decir:  A ningún desarrollo accederán nuestros pueblos subordinados a los intereses bastardos de un imperio que nos ve con desdén, con desprecio.

Venezuela tiene la riqueza petrolera certificada más grande del mundo.  Muchos dicen que es por eso que nos quieren recolonizar.  Yo no dudo de que sea por eso, si han destruido a Iraq, a Libia para quitarles su riqueza petrolera; pero yo creo que con nosotros, en este momento histórico, que agradezco la solidaridad y el apoyo de todo el pueblo cubano y los pueblos del ALBA, además del petróleo hay una riqueza más grande aún que ellos quisieran desaparecer de la faz de la Tierra y es la riqueza de la moral bolivariana que ha vivido su resurrección histórica del proyecto histórico que el Comandante Chávez dejó:  el Proyecto Nacional Simón Bolívar de la Revolución Bolivariana.  Es la que quieren quitar de raíz, acabar, destruir, el ejemplo emanado de un pueblo que se ha negado entregarse, a rendirse.

La semana que pasó yo fui a cuatro estados.  Aquí hay mucha gente que ha servido en Venezuela, ¿verdad?  Levanten la mano los que han estado en Venezuela (Algunos levantan la mano). Unos cuantos. Estuve en Apure, Guárico, Anzoátegui, Barcelona —pero la Barcelona de Venezuela, no la de Messi (Risas)—, y ayer estuve en el monumento a la Divina Pastora, una virgen muy milagrosa del occidente del país, en el estado de Lara, en Barquisimeto, y el pueblo en la calle, que se agrupa en las esquinas, en las calles, en las avenidas, cuando se entera que hemos llegado, que yo he llegado a un estado, me grita, un solo grito, y yo se lo traigo a ustedes aquí para darles las gracias a tanto amor, a tanta solidaridad, a tanto apoyo; a tanta valentía, hermanos del Caribe; a tanta valentía, hermanos de Centroamérica, el pueblo me dice: «Maduro, no te rindas, que nosotros no nos vamos a rendir».

¡Venezuela no se va a rendir, Venezuela va a seguir el curso de una revolución fundada por un gigante, Hugo Chávez, y ese curso seguirá su camino más allá de las amenazas, más allá de las agresiones! (Aplausos prolongados.)  No será la OEA y no será la derecha proimperialista la que corte el curso victorioso de una revolución que ha nacido de la historia y que tiene llamada por la historia un solo destino:  ¡la victoria, la victoria y la victoria! (Aplausos.)

Muchas gracias, Cuba (Aplausos).

Muchas gracias, el ALBA (Aplausos).

¡Que viva la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América!  (Aplausos y exclamaciones de:  «¡Viva!»)

¡Que viva Cuba! (Aplausos y exclamaciones de:  «¡Viva!»)

¡Que viva Fidel! (Aplausos y exclamaciones de: «¡Viva!»)

¡Que viva Chávez! (Aplausos y exclamaciones de:  «¡Viva!»)

¡Que viva Raúl! (Aplausos y exclamaciones de:  «¡Viva!»)

¡Que viva la Revolución Bolivariana! (Aplausos y exclamaciones de:  «¡Viva!»)

¡Hasta la victoria siempre, hermanos!

(Ovación.)

 

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