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Esgrima cubana: Entre la espada y la pared

Jorge Luis Coll Untoria e Israel Leiva Villegas, estudiantes de Periodismo

Los rivales se saludan y a la voz de “en guardia” asumen sus posiciones en la pista. De un lado, el pasado de la esgrima cubana, llena de áureas estocadas a través de la historia. En el otro extremo, su presente, no tan brillante y con más dudas que aciertos.

Tradicionalmente este deporte aportó medallas a nuestras delegaciones en juegos múltiples y ganó preseas en eventos importantes de la disciplina; medallistas olímpicos, panamericanos y mundiales lo confirman. En la actualidad los resultados han decaído y a pesar de lograr buenas actuaciones en citas regionales las exigencias son mayores.

¿Qué afecta a la esgrima cubana hoy? Las opiniones son diversas, contradictorias y, en ocasiones, reveladoras. Luego del saludo reglamentario el combate aumenta su intensidad, todos en guardia y empuñando sus armas.

Chocan los aceros

Un ligero sonido metálico se hace más fuerte a medida que nos acercamos al tercer piso del Centro de Entrenamiento de Alto Rendimiento Cerro Pelado. Allí practican los mejores esgrimistas del país, en condiciones poco favorables, pero con el espíritu de que “debemos echar pa´lante”.

Jaine Hernández, entrenador del equipo nacional masculino de espada, opina que uno de los temas más inquietantes es no poder asistir a lides de la Federación Internacional de Esgrima (FIE).

“Esto nos golpea en el ranking y vamos perdiendo puntos. Faltamos a varias competencias que se han realizado. No obstante, nos hemos mantenido en podios a nivel panamericano, ya sea por acciones individuales o por equipo.

“No estoy de acuerdo con quienes dicen que no hay talento, las capacidades existen y los muchachos tienen tremendas aptitudes. Estamos en un área muy fuerte con rivales duros, como los estadounidenses y los venezolanos. Si tuviéramos la posibilidad de combatir con más regularidad en eventos de nivel podríamos aspirar a las actuaciones de antaño”, acotó Hernández.

La esgrima es una disciplina costosa para su práctica, pues de ella se desprenden tres modalidades —espada, florete y sable—, por lo que existen realidades diferentes en las tres armas y competencias en uno y otro sexo.

“La adquisición de implementos se nos dificulta por los precios en el mercado internacional. Recuerdo un evento en el que por no llevar una vestimenta adecuada tuvimos la necesidad de hacer una inversión para poder competir. Solo el pulóver acreditado para usar debajo de la armadura costaba 55 euros”, comentó Yoandys Iriarte, miembro del equipo masculino de sable, único representante cubano en los Juegos Olímpicos de Río 2016. Iriarte añadió que el apoyo debe aumentar si se aspira a empeños mayores.

“No participamos en torneos foráneos suficientes, por lo cual debemos aprovechar cualquier oportunidad que tengamos. Los instrumentos para el entrenamiento no son los idóneos, pero somos conscientes de la situación existente y con ellos guapeamos hasta que se puedan tener las armas”, afirmó Daylen Cristina Moreno, del equipo nacional femenino de florete.

Sin embargo, para Aljhadis Bandera, comisionado nacional, no existe algo en específico que golpee este deporte, pues se ha asistido a competencias y recibido el apoyo requerido.

“Los técnicos cubanos están muy capacitados y tenemos buenos atletas. Hace falta foguearnos más para que nuestros representantes no se sientan tan presionados en los torneos. Poseemos los recursos suficientes para prepararnos, pero también es cierto que nos exigimos demasiado”, aseveró. “

La verdad es que hoy la esgrima no goza de sus grandes momentos. Hemos avanzado un poco, pero todavía nos falta. No se deben comparar épocas porque no son iguales las condiciones ni hay las mismas facilidades de competencia”, dijo el árbitro internacional y entrenador del equipo de sable José Luis Laverdeza.

Para Luis Enrique Patterson, del conjunto nacional de espada, las tres modalidades deberían tener más opciones de tope internacional. “En mi caso influyó mucho en el nivel que mostré el año pasado, pues alcancé el 10 del ranking mundial juvenil. Cualquiera de nosotros con un poco más de atención puede alcanzar objetivos mayores”, expresó.

Otras realidades

“Hoy todos los países le han puesto más interés a la esgrima, se han incrementado las federaciones en el área panamericana y se está produciendo la compra de atletas. Cuando se alcanzaron aquellos grandes resultados existían menos tiradores y eran otros los sistemas de competencias”, comentó Aljhadis Bandera.

Sin embargo, Rafaela González, quien ocupó el cargo de comisionada nacional por más de 20 años, tiene una visión más optimista: “El aumento de países practicantes pudiera ser un factor favorable porque así aumentan las posibilidades de tope. Tampoco eso quiere decir que vayan a ser mejores que nosotros. No se justifica que un país que empezó la esgrima hace 15 años nos pueda ganar después que llevamos un siglo practicándola. Hay que acostumbrar a la gente a ganar y eso debe hacerse poco a poco, utilizando estrategias precisas”.

Aparte del problema del roce internacional, poseemos otros contratiempos que pudieran t e n e r una solución más inmediata en opinión de Rafaela. “Tenemos deficiencias de preparación física que he notado en los eventos, como si se acabara la gasolina y eso se suple haciendo físico. Cuando se constatan dificultades de cualquier índole hay que sentarse a reflexionar, buscar mecanismos y no tener miedo de aplicarlos. El entrenamiento no puede ser mecánico y el factor fundamental para que todo se cumpla es la disciplina”.

La exdirectiva reconoce que sufrimos un éxodo de entrenadores, y que, “en general, existen incapacidades para corregir los problemas. Es necesario motivar a la gente, buscar nuevas medidas, porque hemos pasado por momentos más duros; antes se entrenaba con los recursos que había a mano, incluso se construyeron hojas de alambrón y eso motivaba, pero ahora todo el mundo quiere hojas especiales o trajes buenos y eso no puede ser”.

La Comisión Nacional asume la sustitución de entrenadores con una mirada positiva, pues cuando se reemplazan algunos por determinadas causas se cuenta con otros instructores capacitados que hayan tenido resultados en el país.

Otro de los temas que ha afectado a la esgrima es la desaparición de las instituciones que fomentaban el deporte desde las categorías inferiores, lo cual ha provocado una disminución en los practicantes respecto a la época dorada.

“En la base se está haciendo el trabajo, lo que pasa es que los niños tienen muy poco tiempo para entrenar, pues deben esperar a terminar las clases”, expuso Bandera, quien planteó que cuando existían las escuelas Pre-Eide había más especialización y por tanto se hacía más fácil la realización de la actividad. “En las áreas hay atletas y se mantiene la calidad pese a la menor cantidad, porque calidad no significa cantidad”, opinó el dirigente.

Para González, quien fuera vicepresidenta de la FIE, la eliminación de las Espa (Escuela Superior de Perfeccionamiento Atlético) provinciales también es un factor que ha influido en los resultados, pues “mientras menos personas estén entrenando, menor es el diapasón para escoger con talento”. Añade que la participación es poca en todas las competencias y los controles y topes bilaterales son cada vez menos porque la gente se ha ido acomodando.

La Habana sin Villa

“El Grand Prix de La Habana no se celebrará aquí este año por ajustes que se hicieron, pero fuimos sede del Campeonato Panamericano Juvenil y de Cadetes del primero al 7 de marzo”, afirmó Bandera.

Con esta situación las posibilidades de tope se reducen aún más, pues este torneo estaba al alcance de los cubanos y a él asistían esgrimistas de nivel mundial.

“El Villa iba a ser de espada este 2017 por primera vez en muchísimo tiempo, pero ya nuestro país no tiene la sede. Es un golpe duro, pero esto nos hace madurar, estamos acostumbrados a las situaciones complicadas y nos hemos dado cuenta que así es como mejor nos salen las cosas, porque vamos con todo”, comentó el santiaguero Yunior Reytor, una de las principales figuras del equipo nacional de espada, oro en el Campeonato Panamericano de Panamá en junio del 2016 y plata en la Copa del Mundo Peter Bakonyi, con sede en Canadá, en febrero último.

Sobre esta pérdida del torneo Rafaela manifestó: “Los campeonatos hay que cuidarlos porque son difíciles de ganar, debemos ir a su rescate porque nos perjudica en varios puntos de vista. Pierdes oportunidad de fogueo, de reconocimiento.

“Es necesario trasladar más eventos para Cuba, y si no se puede, crearlos y convocarlos, pues debemos encontrar la manera de competir aquí. Centroamericanos, panamericanos y otros torneos proporcionan desarrollo”, dijo.

¿Por qué desapareció el Grand Prix de La Habana? Es una pregunta sin respuesta concreta para este reportaje. El estado actual de la esgrima en Cuba no parece un slump momentáneo. La falta de implementos y topes internacionales, junto a otras situaciones expuestas dificultan el desarrollo de los atletas y el renacer de este deporte, aportador de muchas medallas en juegos múltiples, pero que hoy se encuentra entre la espada y la pared.

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