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Erick Hernández: otro récord para escribir

 

Erick Hernández puso otra marca universal en el dominio del balón. Foto: José A. Rodríguez

 

Jorge Luis Coll e Israel Villegas, estudiantes de Periodismo

Cómo escribir sobre algo que ya se ha dicho muchas veces: así comenzó precisamente su conferencia el periodista Julio Acanda en la Facultad de Comunicación este viernes. Y es que de los récords de Erick Hernández se ha escrito tanto que resulta difícil encontrar una nueva manera.

Pero bueno, Erick una vez más hizo lo que nos tiene acostumbrados y estuvo 10 horas y tres minutos retando la gravedad en el lobby del Hotel Copacabana en el reparto de Miramar. Unos dicen que es lo mismo de siempre, sin embargo, es el sacrificio de siempre. Meses de entrenamiento, de recorrer muchos kilómetros, de estar horas dominando el balón, golpeándolo alrededor de 30 mil veces por día, sacrificando tiempo de su vida, tiempo que en un desliz puede haber sido por nada.

La jornada del 31 de marzo, previa al intento del récord comenzó como un día normal para él, con las actividades normales, visualizando lo que haría en la mañana del sábado, sin supersticiones, tranquilo, pues lleva más de dos décadas en esto. “Me mentalicé en el récord sin llegar a atormentarme ni ponerme presión”, comentó.

Ya pasadas las nueve de la mañana comienza la faena en el capitalino Hotel Copacabana. El desafío consiste en no dejar caer el balón antes de las diez horas y utilizando solo los pies y la cabeza… Han pasado ya alrededor de cuatro horas, el sudor brilla en la cara de Erick, quien en soberbia muestra de concentración se lo seca y aprovecha para estirarse, siempre con la pelota como si estuviera pegada a sus piernas…

Faltan un poco más de tres horas para que Erick Hernández haga historia otra vez, en un sitio que igualmente es histórico, el mismo lugar donde murió hace muchísimos años el joven italiano Fabio Di Celmo, víctima de un atentado terrorista… ya queda menos …

La bulla no lo desconcentra, ni la música. Solo puede afectarlo conocer cuánto tiempo ha vencido. Dentro de 60 minutos lo logrará. Pero el punto más dramático del día estaba por ocurrir y no fue cuando el preparador físico le daba masajes en las piernas mientras dominaba con la cabeza, ni cuando orinó, ni cuando comía, el momento más difícil y perturbador fue la falla eléctrica que por unos segundos hizo que Erick dudara de su triunfo. “Pensé que el intento se iba a echar a perder, porque la iluminación era muy importante, no es fácil a las alturas que ocurrió el incidente y en realidad me chocó”, dijo al final.

Afortunadamente el problema se solucionó rápido… quedan minutos, ya se va a hacer el pase en vivo de la televisión, llegó el momento: 10:03:01, récord del mundo.

Los aplausos rellenan el sacrificio, él muestra su excelente condición física y ofrece, al momento, declaraciones al sistema informativo, después se riega en el piso, pero lo que no se riega es su voluntad.

 

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