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Tokyo Dome: un estadio cuatro estrellas

Tokío.— Conocido por muchos como “El Huevo Grande”, el más emblemático estadio de Japón, el Tokyo Dome, celebrará el 17 de marzo del 2018 sus primeros 30 años de inaugurado. Volver a sus alrededores, presenciar un partido en uno de los 55 mil asientos que alberga y percibir el cariño inmenso que le profesa su afición a nuestras selecciones nacionales son suficientes para escribir una y otra vez.

Conocido por muchos como “El Huevo Grande”, el más emblemático estadio de Japón, el Tokyo Dome

 

Además del parque beisbolero techado, el lugar en su conjunto es un gran complejo donde sobresale el parque recreativo con una enorme montaña rusa, los centros de apuesta de carrera de caballos y el Salón de la Fama del béisbol nipón, entre otros lugares atractivos y de obligada visita para peloteros, periodistas y turistas.

Como detalle singular, este estadio es el único que ha recibido juegos en los cuatro Clásicos Mundiales celebrados, en tanto se pretende una pequeña remodelación para la final olímpica del béisbol en el 2020. Su comodidad en los cuatro pisos permite ser comparado con cualquier teatro del mundo, de ahí que haya servido también para conciertos de Madonna, Beyoncé, Britney Spears y Celine Dion, por solo mencionar los de más impacto universal.

Varios cubanos han pisado su superficie sintética más allá de la edición del 2013. Allí jugó Omar Linares con los Dragones de Chunichi entre 2002-2004 y en fecha más reciente lo hicieron Despaigne con el Chiba Lotte (2014-2016) y Cepeda con los Gigantes de Yomiuri (2014). Muy pronto lo harán también Raidel Martínez y Leonardo Urgellés con los propios Dragones.

Según las reglas establecidas por la altura de la cúpula, cualquier bola que golpee o se quede atrapada en los elementos que cuelgan en el techo de la zona de los jardines se considerará jonrón, mientras si choca en otra parte de la blanca lona o membrana flexible se considerará como viva y en juego.

Por supuesto, la majestuosidad del Tokyo Dome la completa una afición disciplinada y entusiasta, capaz de delirar por uno de sus ídolos a niveles de infarto. A la hora de recoger nuestras credenciales para la cobertura de este Clásico, una voluntaria solo atinó a comentar en un español enredado: “¿Cubano?, ustedes sí saben jugar béisbol del bueno”.

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