Joel García, enviado especial
Culiacán.— Desde antes de iniciarse la 59 Serie del Caribe, las declaraciones a un medio de prensa dominicano de Juan Francisco Puello, presidente de la Confederación de Béisbol Profesional del Caribe (CBPC), sobre una posible ausencia de Cuba a la edición del próximo año, en Barquisimeto, Venezuela, levantó más de una polémica y asombro entre seguidores de este deporte.
La verdadera historia de lo dicho no tiene nada que ver con que si Cuba tiene que profesionalizar su liga (de hecho nuestra Serie Nacional tiene un incentivo monetario, ajustable a la economía del país), sino a la evaluación acordada hace cuatro años por la CBPC, cuando se nos otorgó el estatus de invitado en espera de la aprobación de miembro permanente, algo que se solicitó con toda la documentación por parte de directivos cubanos en el 2015.
Por supuesto, dada la relación económica y física de las ligas caribeñas con la Major League Baseball (MLB), el último visto bueno para la entrada de los campeones de las series nacionales en este torneo la tiene que dar esa entidad estadounidense, a la cual el organismo regional le presentó las normas jurídicas habidas y por haber, en espera de una confirmación.
¿Qué ha pasado entonces? Muy sencillo y sin rodeos. La MLB no puede tampoco autorizar nada porque sigue pendiente la solución de un problema mayor: el bloqueo económico y financiero de Estados Unidos a Cuba, lo cual implica que no se le puede pagar ni contratar directamente a ningún residente en la isla, y mucho menos a un equipo de béisbol organizado y monarca en su tierra.
Por estos días hemos conversado con los cuatro presidentes de las respectivas ligas que conforman la CBPC. Todos sin excepción están a favor de que seamos, de una vez y por derecho propio, miembro pleno; en tanto se muestran esperanzados de que ese supuesto permiso o aprobación llegue cuanto antes.
¿Qué variantes quedarían en caso de dilatarse por más tiempo el permiso oficial de la MLB, lo cual es muy probable? La propia CBPC puede volver a votar, por excepcionalidad, la condición de invitado para Cuba, para lo cual solo se necesitaría el apoyo simple de la mitad más uno de sus integrantes, algo que puede suceder en cualquiera de las reuniones que sostengan en este 2017.
Por cierto, es muy posible también que en los próximos meses se decida la inclusión de Panamá como miembro de la CBPC, una nación fundadora de esas lides junto a Cuba, Venezuela y Puerto Rico. La única resistencia con ese equipo era demostrar la calidad de su liga profesional, la nuestra pasa por el beneplácito de los bien llamados “dueños del béisbol”. Pero nos veremos en Barquisimeto, con o sin bloqueo.
