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 La luz que inició el camino

Leonela Relys Díaz, la destacada pedagoga cubana que puso en práctica el método de alfabetización Yo sí puedo, mediante el cual han aprendido a leer y escribir millones de personas en el mundo, fue una de las alfabetizadoras del año 1961.
Leonela Relys Díaz, la destacada pedagoga cubana que puso en práctica el
método de alfabetización Yo sí puedo, mediante el cual han aprendido a leer y
escribir millones de personas en el mundo, fue una de las alfabetizadoras del
año 1961.

La Revolución triunfante heredó más de un millón de personas que no sabían leer ni escribir, por lo que llevar adelante un proceso social que beneficiara a las clases más pobres y humildes de la sociedad necesitaba, por encima de todo, alfabetizar al pueblo.

Así la gran epopeya que significó la Campaña de Alfabetización, la primera en América Latina, permitió reducir la tasa de analfabetismo a menos de un 4 %, cifra inferior a la meta aceptada en aquel momento por la Organización de Naciones Unidas.

Sin embargo, había una realidad: la Campaña no podía concluir aquel diciembre de 1961, puesto que era necesario avanzar en el proceso de superación continua de las grandes masas de trabajadores, campesinos y amas de casa.

En 1962 se creó en el Ministerio de Educación la Dirección de Educación Obrera y Campesina, que después tuvo la responsabilidad de sistematizar esta labor, de conjunto con las organizaciones políticas y de masas. Entre estas, un papel decisivo lo tuvo la Central de Trabajadores de Cuba, sobre todo en el anhelo del pueblo de alcanzar el 6º. y, posteriormente, el 9º. grados.

Es de significar que en ambas tareas estuvo presente la genialidad del gran pedagogo cubano Raúl Ferrer. La experiencia de las escuelas y preuniversitarios en el campo, los institutos vocacionales, las escuelas de arte, arrojaron resultados indiscutibles. En tanto, en la década del 2000 —bajo la orientación del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz— el Estado concibió la prioridad del estudio como una forma de empleo, lo cual se materializó a través del Curso de Superación Integral para Jóvenes y el Programa de Superación para los Trabajadores de la Agroindustria Azucarera.

La educación cubana constituye un paradigma para muchas naciones del mundo. Foto: Agustín Borrego Torres

En constante perfeccionamiento en aras de lograr cada vez más una población culta y preparada en disímiles campos, la educación cubana constituye hoy un paradigma para muchas naciones del mundo, por lo que ha sido acreedora de innumerables reconocimientos y menciones, como el premio Rey Sejong, otorgado por la Unesco, que también le fuera concedido de manera personal al Presidente Fidel Castro Ruz.

A ello contribuyó el nacimiento y puesta en prác práctica de los métodos de alfabetización Yo sí puedo y Yo sí puedo seguir, que bajo las sugerencias de Fidel, la pedagoga cubana Leonela Relys Díaz materializó, en un primer momento en Haití.

Sin lugar a dudas, la Campaña de Alfabetización fue la luz que inició el camino. Hoy ese triunfo educacional —en la distancia de 55 años— permite hablar de otras tres naciones libres de analfabetos como: Venezuela, Bolivia y Nicaragua. Aquella semilla sembrada germinó también en América Latina.

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