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El importante oficio de prever

Para Eloísa cuando se habla de lucha antivectorial la responsabilidad no es solo de Salud Pública, sino también individual, por eso apuesta siempre por las charlas educativas. Foto: Lianet Suárez Sánchez
Para Eloísa cuando se habla de lucha antivectorial la responsabilidad no es solo de Salud Pública, sino también individual, por eso apuesta siempre por las charlas educativas. Foto: Lianet Suárez Sánchez

 

Un pase de revista en las primeras horas del amanecer, el chequeo de los medios de trabajo ‘para garantizar la calidad de la inspección’ y luego las visitas a casas forman parte, desde hace 17 años, del día a día de Eloísa Aguilar Suárez, quien se desempeña como jefa de departamento Control de Vectores, del policlínico Jimmy Hirtzel, de Bayamo, provincia de Granma.

Teniendo en cuenta las condiciones de nuestro clima tropical el país es vulnerable a la proliferación de vectores, como el mosquito Aedes aegypti, trasmisores de enfermedades que llegan a ser incluso mortales para los seres humanos.

“Es por ello que nuestra labor es importante y debe estar organizada – afirma Eloísa-, algo que estamos logrando en la propia medida en que la dirección del país exige más esfuerzos. Nos compete identificar y eliminar riesgos, y en eso no deben existir equivocaciones” .

Por darle a su labor la validez que amerita, para esta joven trabajadora no existen contratiempos.

“Tengo que reconocer que a veces me afecta el comportamiento de muchas personas cuando no es el mejor, pues han llegado, incluso, a cerrarnos las puertas de forma irrespetuosa o nos impiden hacer una buena inspección; sin embargo insistimos y recurrimos a cualquier alternativa para que sean receptivos a la hora de comprender el verdadero significado de la tarea. Con las charlas educativas hemos logrado un avance.

“De igual forma no es un secreto que llegan a desestimarnos por lo que hacemos, y eso les ocurre a quienes no conocen de nuestro esfuerzo y el del Estado cubano para evitar que se propaguen enfermedades trasmisibles. Deberían valorar estos cuidados”.

Eloisa, mientras realiza la inspección en una vivienda. Foto: Lianet Suárez Sánchez

 

Y aún con estas incómodas situaciones, una frase efusiva se aviene luego de la pregunta, que según advierte, es reiterada: ¿te gusta lo que haces?

“¡Me encanta! Aquí comencé desde muy joven y me he formado en todos los sentidos. Con los años he aprendido la importancia que tiene ser operaria de vectores, y la alta responsabilidad que eso conlleva.  En particular me gusta que el oficio permite interactuar con muchas personas, por lo que cada día aprendes algo nuevo”.

Ante la confidencia no resulta entonces ajeno relacionar los años futuros de Eloísa con la campaña antivectorial.

“Es aquí donde quiero permanecer para seguir contribuyendo a que la provincia avance como lo ha hecho este año, pese a dificultades como la limitación de recursos.

“Ganarnos la sede del acto nacional por el Día del Trabajador de control de vectores, luego del intenso quehacer por la situación compleja que tuvimos en cuanto al índice de focalidad, o infestación del mosquito, es como un premio. En lo adelante nos toca prever.”

 

 

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