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El arte de lanzar bien (I parte)

José Manuel Cortina

Dicen que el 75 % de la defensa es el lanzador. Si tienes en el box a Pedro Luis Lazo o Norge Luis Vera podemos sostener tal afirmación, pero si encuentras uno sin experiencia este porcentaje bajaría considerablemente.

Lanzar no es cosa fácil. Se requiere dedicación, tiempo, mucha práctica y buena metodología de enseñanza. Lo primero que se aprende son las dos formas de hacerlo: de frente y de lado; después el agarre de la pelota, los lanzamientos, las viradas, los fildeos y las asistencias.

El movimiento a la hora de tirar debe ser correcto para que haya fidelidad en el control, de ahí que sea importante conocer algunos puntos vitales que proporcionan una mecánica perfecta.

Empecemos por la cabeza. Se mantendrá fija, con los ojos paralelos al terreno y mirando directamente hacia el punto donde se va a tirar. El mentón, primer timón de dirección, estará sujeto al hombro de la mano del guante y se descolgará haciendo una rotación hacia atrás a la vez que rota la cadera, poniéndose en línea hombro, codo, cadera, rodilla y pie.

En el momento de soltar la pelota el mentón estará sobre el metatarso del pie de la pierna de paso y esta a su vez será el segundo timón de dirección del lanzador, quien sostendrá el centro de gravedad en la parte interior del pie.

El pie se posará en la tierra con la misma suavidad que lo hace un avión en una pista de aterrizaje. Toda la fuerza va encaminada hacia el receptor, aplicando desde el inicio la regla de 90 grados para evitar, en cada fase, abalanzarse hacia delante.

Durante el movimiento hacia el home los brazos estarán dentro del cuerpo por dos objetivos fundamentales: ocultar la pelota al bateador y obtener un equilibrio superior y con ello mejor balance.

La pierna de paso estará cerrada en su recorrido hacia el plato y abrirá en el momento que se apoye en el terreno para ejercitar con fuerza la transposición del peso de la pierna de pívot a la de paso e ir de manera alineada detrás de la pelota hacia el home.

Cuando usted ve a un lanzador zurdo que se va hacia tercera o un derecho hacia primera puede decir que se fue hacia delante y usó una fuerza demás para recuperar la que perdió al inicio de su movimiento. Es decir, se alejó del punto de mira del receptor.

Además, su mano al distanciarse del cuerpo le crea dificultad para dominar la pelota. Por eso la velocidad inicial debe ser baja para evitar abalanzarse y perder el equilibrio.

¿Qué es el pensamiento técnico táctico?

No es más que la habilidad del lanzador para usar sus envíos con maestría y control y romper las reacciones del bateador, basado en el estudio que adquirió de este con anterioridad.

Por nuestro béisbol han pasado grandes pítcheres ¿Quién no recuerda a Braudilio Vinent con esa slider que metía miedo a cuanto bateador enfrentó, a Omar Carrero con sus lanzamientos laterales que tanto daño hacía, y a Félix Núñez con sus controlados envíos hacia la parte más lejana del bateador? Pudiéramos seguir mencionando: José Antonio Huelga con un coraje que se le salía por los poros, Rogelio García con un tenedor efectivo tirándolo de strike o Julio Romero con su curva pronunciada hacia abajo.

Pero todos ellos y más llegaron a ser estelares con trabajo, dedicación, firmeza, sangre fría, determinación e independencia para salir airosos de los momentos más complejos en el juego. Eso no se logra en una situación de una noche, sino en las huellas que se dejan en cada salida al montículo.

Podemos citar varios ejemplos, pero prefiero dos del recordista de juegos ganados en nuestras series nacionales, Pedro Luis Lazo. En un partido de postemporada en el Latinoamericano le sacaron un fastidioso mono con su número en la espalda buscando incomodarlo y desconcentrarlo. Sin embargo, más que perjudicarlo lo estimularon y creció su seguridad. Dio lechada de tres hits.

El otro momento ocurrió en el I Clásico Mundial, cuando vino a relevar contra Venezuela con hombres en primera y segunda sin out. Le tocaron la bola por tercera y se quedó con ella en la mano. Se puso el guante debajo de la axila del brazo de lanzar y comenzó a frotar la Rawling. Sabía que estaba en una situación extrema, pero su rostro mostraba tranquilidad y una gran convicción de que era dueño del escenario. Lazo salió airoso. No hicieron las carreras y Cuba ganó ese encuentro.

Poseer inteligencia y control

El béisbol es como la guerra. Si vas al combate y conoces al contrario y a ti mismo, ni en mil batallas correrás peligro. Si desconoces al rival, pero estás seguro de ti, perderás una y ganarás otras. Finalmente, si no conoces al oponente ni tus potencialidades correrás peligro siempre.

La observación constante en el juego es de suma importancia, pues todos los bateadores no se manifiestan igual en cada momento. Los hay muy buenos frente a los rompimientos y otros a la bola rápida. Tenemos jugadores sin buenos promedios, pero muy peligrosos con hombres en posición anotadora. Hay quien gusta de la bola alta, otros de los envíos bajos. Y es fácil detectar donde mejor golpean los bateadores porque la velocidad del swing es mucho más rápida.

Los monticulistas  tienen su guía para lanzar: conocer al bateador en toda su extensión, rotar la bola como se quiere, colocarla donde quiere, convencer al bateador de hacer un lanzamiento y tirar otro, y por último la velocidad.

Obsérvese que el último elemento no deja de ser importante, pero la velocidad es relativa. Se puede tirar durísimo y no ser ganador hasta que no domine su control. Por lo tanto, lo más importante son la inteligencia y el control para colocar cada envío.

Los lanzamientos

Secuencia de Lanzamientos

Los lanzamientos básicos para aprender, en este orden, son la recta, el cambio, la slider, y la curva.  Los más difíciles de batear son el primero porque es el que más temprano llega al home, y el segundo porque no se puede detectar la velocidad que trae.

Existen otros que son utilizados por serpentineros experimentados: la bola de tenedor; la de nudillo, sinker ball y la splitfinger. Hay otro que está entre la slider y la recta —un rompimiento más pequeño y de mayor velocidad— que los jugadores latinos dicen core, y no es más que la cutter o bola cortada, usada con efectividad por Mariano Rivera, de Panamá. Este último es el único que aconsejo usar porque los otros son muy dañinos para los jóvenes.

Los entrenadores siempre hemos preferido pítcheres altos por muchas aristas a favor. Una de ellas es que tienen la posibilidad de lanzar en dos planos ¿Qué significa eso? La pelota desciende constantemente en su trayectoria hacia el home y los bateadores deciden tirarle en la zona de relevo visual y cuando hacen el swing esta no está en la misma altura. La mayoría de las veces se golpea por la parte superior ofreciendo muchos batazos por el suelo.

La altura del box en el tiempo estuvo supeditada a una estrategia de equilibrio entre lanzador y el bateador. Osciló entre 12 y 15 pulgadas. Afortunadamente hoy está a la altura correcta: 10. Una de las cosas a resolver es que nuestros campos de juego estén todos a esa medida porque se nos puede convertir en un bumerán.

Sistemas de pitcheo

Tenía una gran amistad con Conrado Marrero, un libro sagrado, lleno de magníficas anécdotas a partir de su gran sabiduría. Muchas de las cosas que aplico en mi trabajo las aprendí con él.

Cuando lo fueron a firmar para jugar profesional, la alineación rival  tenía tres o cuatro zurdos y el campo por el jardín derecho era extremadamente corto. Se propuso, desde la primera entrada, que no debían batear para ese lado y cada vez que venía un zurdo le ponía el 100 % de concentración para no equivocarse. ¿Lograron batearle hacia allá?, le pregunté. Con su sonrisa pícara respondió: “Claro que no porque no hubiera hecho mi carrera como lanzador”.

Con Carlos Llanes pasé muchos dolores de cabeza porque era extremadamente descontrolado. Un día se me ocurrió ponerlo a hacer bullpen en el box del juego y que tirara 60 lanzamientos antes de comenzar para ver si empezaba con buen control. Le pedí permiso al árbitro Nelson Díaz y lo hicimos. Seguimos trabajando con él, nunca nos cansamos y Llanes es hoy el segundo con más victorias en Cuba.

Hablemos ahora de los sistemas para lanzar. Son cuatro. En  L, cruzado, alterno y en escala. Voy a explicar este último, que es el más complicado de entender. Para ello basémonos en la recta y en el ejemplo de un bateador que presenta dificultad con los envíos altos. El primer pitcheo se lo haremos a la altura del pecho y si le tira haremos otro igual, pero un poco más alto. El tercero más elevado que el segundo y aumentando su velocidad.

Si en el tercero no le hace swing, entonces cambiamos el lugar de colocación, pensando siempre donde está su mejor swing.  Los bateadores que no le tiran a sus lanzamientos fallos se vuelven muy peligrosos. El envío más rápido va a la hora de sacarlo out.

Existen quienes llegan a combinar los cuatro sistemas. Hay otros que solo usan uno. Los más empleados son en L y alterno.

Por ejemplo, Omar Carrero usaba el alterno, pues tiraba de forma lateral. Combinaba su sinker por dentro con la recta y la slider, adentro y fuera, con mucho control. Siempre estaba en la zona baja, tenía un buen receptor, Pedro Cruz, pero decidía los lanzamientos él, dando señales desde el box.

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