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El reto de sostener las producciones agropecuarias

El ingeniero Omar Pérez López. Foto: Jorge Pérez
El ingeniero Omar Pérez López. Foto: Jorge Pérez

“Los trabajadores agropecuarios en Las Tunas adoptan medidas de ahorro para paliar las restricciones económicas actuales, sin renunciar al incremento de las producciones de alimento para el pueblo”.

El ingeniero Omar Pérez López, delegado de la Agricultura en este territorio oriental, es categórico en su afirmación y el optimismo encuentra en los campos el respaldo material.

 ¿Cómo se expresan en el sector las limitaciones de combustible?

Hemos tenido una reducción del 28 % a partir de las medidas establecidas en este segundo semestre del año, por lo que nos planteamos un plan de ahorro para sostener los procesos vitales y paliar el impacto.

¿En qué consiste el programa de ahorro?

Hemos identificado los puestos claves en el uso de los portadores energéticos, los que más consumen, pero que son decisivos para garantizar el flujo de los procesos productivos.

Al propio tiempo ajustamos en todos los lugares un grupo de medidas que incluyen la vigilancia de las luminarias para evitar que estén encendidas innecesariamente, tanto en el alumbrado exterior como interior, además del uso racional de acondicionadores de aire; así controlamos el uso eficiente de la energía eléctrica y empleamos la que realmente necesitamos.

 ¿Qué pasa con el combustible?

Recibimos alrededor del 72 % del combustible que tradicionalmente nos asignaban y por lo que hemos priorizado las actividades relacionadas con  los abastecimientos y la producción de alimentos para la población, como el acarreo de leche, el tiro de carne desde los mataderos, el trasiego de los productos hacia los mercados y placitas, y las actividades de roturación de tierra.

También prestamos especial atención a las áreas que están finalizando ciclos, y que están bajo riego utilizando diesel, y esas son parte de nuestras prioridades y están todas bajo riguroso control.

El esfuerzo de los trabajadores y la tracción animal se conjugan en la siembra de plantas de alto contenido proteico en áreas quitadas al marabú. Foto: Jorge Pérez

 ¿Y la gasolina?

La situación en la gasolina es más complicada, pero su empleo está asociado a sostener la movilidad de los cuadros y de otras actividades también importantes; por eso se ha organizado un programa de manera que los dirigentes, técnicos de veterinaria, sanidad vegetal y demás especialistas puedan visualizar los procesos en el terreno, a partir de la compactación de visitas en recorridos conjuntos.

 Entonces, ¿es posible la sostenibilidad?

Sí. Puedo afirmar que las condiciones para el flujo de los principales procesos están garantizados en la agricultura, incluido la disponibilidad del combustible destinado a proveer la alimentación animal: piensos de porcino y de la avicultura.

 A pesar de las limitaciones económicas le continúan llegando nuevas tecnologías…

Así es. En lo que va de este año hemos recibido 27 tractores y otros medios para el fomento de la ganadería, como sembradora, chapeadora, fertilizadora  mineral y orgánica, silocosechadora, dos tráileres y un carro cisterna para extraer de los fosos residuos licuados que luego asperjamos en los campos.

¿Y los retos?

Existen, ahí están, porque esos nuevos equipos nos permiten consolidar todo lo que se ha venido haciendo en la recuperación  ganadera y, entonces, hay que seguirle arrebatando áreas al marabú y seguir haciendo pastos y no bajar la guardia, continuar evaluando constantemente, diariamente los gastos, para en medio de estas limitaciones mantener la vitalidad de la producción de alimentos.

Nuevos equipos como esta silocosechadora respaldan el optimismo. Foto: Jorge Pérez
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