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En la luna de Valencia

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Una planificación que debe ser “aterrizada” a las necesidades del país y coherente con las capacidades de la industria, no impuesta. Foto: Tomada de internet

 

Con una sencilla pero contundente carta, el camagüeyano Eligio Rafael Mora Pérez llama la atención, quizás sin proponérselo, sobre la importancia de la planificación en los centros laborales. Una planificación que debe ser “aterrizada” a las necesidades del país y coherente con las capacidades de la industria, no impuesta.

En su entidad, la fábrica de Derivados del alambre, del municipio de Minas, los trabajadores vivieron tiempos difíciles durante el primer semestre del año, debido a la mala aplicación de la Resolución 6 del Ministerio de Finanzas y Precios.

“Considero —explica—, que efectivamente esta resolución es mejor que la anterior porque la empresa no define lo que hay que repartir, todo depende de lo que seamos capaces de producir en las unidades de base… Pero resulta que el plan de producción de mi entidad se ‘montó’ tomando en consideración una nueva línea de malla electrosoldada, que en ese momento estaba en cajas”.

Cuando el remitente nos escribió en el mes de julio no se sabía cuándo podría ponerse en funcionamiento… y en consecuencia por mucho que hicieran era imposible cumplir con lo planificado. “Durante esos meses nuestros ingresos se vieron afectados, pues solo recibíamos el salario escala”, comenta.

Por fortuna, a inicios de septiembre, tuvimos la buena noticia de que la línea comenzó a producir en el mes de agosto. Aunque el mal rato pasó, Eligio quisiera saber por qué se hicieron proyecciones en base a algo que estaba por ser. El que planifica tiene que tener los pies en la tierra y no estar en la luna de Valencia, como dice el refrán.

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