Icono del sitio Trabajadores

¿Desarrollo sostenible?

Los analistas enfatizaron la necesidad de reducir las desigualdades y crear alianzas para defender la justicia y la paz. Foto: Heriberto González
Los analistas enfatizaron la necesidad de reducir las desigualdades y crear alianzas para defender la justicia y la paz. Foto: Heriberto González

 

“Más del 60 % de la población latinoamericana clasifica como pobre o vulnerable”, precisó Ramón Pichs Madruga, director del Centro de Investigaciones de la Economía Mundial (Ciem), durante uno de los paneles realizados el jueves 22 de septiembre, en La Habana, como parte del Primer Seminario Internacional centrado en América Latina y el Caribe como Zona de Paz.

El encuentro develó varias cifras que obstaculizan el cumplimiento de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible a cumplir en los próximos 14 años, enunciados por la Organización de Naciones Unidas (ONU) en el 2015 y entre los que sobresalen erradicar la pobreza, el hambre y reducir las desigualdades.

Según datos referidos por el también Profesor Titular de la Universidad de La Habana, 768 millones de personas viven sin agua segura en todo el planeta. Lo anterior se vuelve alarmante en tanto la escasez provoca insalubridad, pérdidas de ecosistemas, inseguridad alimentaria, entre otros males que afectan a la realidad contemporánea.

En el 2050 la producción de alimentos tendrá que aumentar alrededor de un 70 % para sustentar a una población creciente, de acuerdo a informes de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). Mientras, cada año se desperdician mil 300 millones de toneladas de alimentos, según la FAO, y los gastos militares se incrementan.

El capital cultural: una ruta hacia el desarrollo

Ante este panorama las soluciones parecen ser las mismas que hace años atrás. La agenda de la ONU se plantea “fortalecer la paz universal dentro de un concepto más amplio de la libertad”. Sin embargo, como explicó Ernesto Eugenio Rolón, licenciado en Gestión Ambiental de la Universidad Nacional del Nordeste (Unne) de Argentina, la propia definición de desarrollo sostenible resulta conservadora y ambigua en tanto no precisa límites de acción a los Gobiernos.

Según el estudioso argentino, la hegemonía mediática acuña términos que naturalizan realidades distorsionadas. Mientras, otras nociones progresistas que intentan frenar la crisis ambiental desde posiciones diferentes, como las de “ecodesarrollo” –surgida con antelación al concepto asumido por la ONU– y “ecosocialismo”, son despreciadas por los grandes centros de poder.

Ernesto Eugenio Rolón, investigador argentino de la Fundación Casco Histórico Barranqueras, explica la importancia de concientizar a los pueblos acerca de su papel como impulsores de un desarrollo coherente con el cuidado del planeta. Foto: Heriberto González

 

Las lógicas comerciales seguidas por las potencias industrializadas están estrechamente vinculadas a los conflictos ambientales, pues implantan el consumismo como modo de proceder en una realidad donde los recursos naturales se desgastan cada vez más, expresó Ramón Darío Esteban, licenciado en Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Buenos Aires (UBA).

En ese sentido se vuelve necesaria la articulación de una conciencia colectiva que se sustente en la cultura como la herramienta para enfrentar la imposición de la ideología capitalista y así conseguir un desarrollo económico humanista y en favor del planeta.

Las discusiones sobre estos y otros asuntos que atañen a la prosperidad y estabilidad de la región latinoamericana y caribeña, así como al resto del mundo, se extenderán durante toda la jornada de este viernes, cuando se espera aprobar la Declaración Final del Seminario en presencia de activistas, investigadores y representantes de movimientos sociales, obreros y campesinos de diversos países.

Compartir...
Salir de la versión móvil