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Llegan al Complejo Lácteo dos nuevas calderas de vapor

Complejo Lácteo de La Habana.
Complejo Lácteo de La Habana.

 

La llegada de dos calderas de vapor nuevas al Complejo Lácteo de La Habana la pasada semana constituye un refrescante bálsamo frente a la difícil situación que hoy presenta ese centro productivo, en especial para la producción de yogur de soya.

Las previsiones de inicios de año indicaban que para este septiembre o a más tardar en octubre se podrían estabilizar allí esa y otras producciones, pero el arribo tardío de ambas calderas —debieron llegar en junio pasado— echó por tierra esa perspectiva y traslada para inicios del 2017 la solución de las afectaciones fabriles por falta de vapor.

Modesto Pérez Correa, director general del Complejo Lácteo, informó que el montaje de las dos calderas, de procedencia española, demorará hasta diciembre y anunció que para fines de este mes llegarán a la fábrica nueve máquinas de envase importadas de Brasil, “esos equipos son de suma importancia para la integralidad del trabajo y forman parte del reacondicionamiento de las líneas de yogur”.

Los serios problemas por déficit de mantenimiento tecnológico, reparaciones, así como de otros servicios energéticos han inducido a la necesidad de a lo largo del año tener que sustituir el yogur de soya que se entrega a los niños de siete a 14 años por mezcla de batido, alternativamente en cuatro de los 15 municipios capitalinos.

Pérez Correa subrayó que el plan de producción de yogur hasta la fecha se cumple solo al 87 %, debido fundamentalmente a las roturas de la única caldera con que han trabajado, y agregó que aun con esas dificultades no renuncian a las 21 mil toneladas planificadas hasta diciembre, y destinadas directamente a los más pequeños, a la merienda escolar y al Sistema de Atención Familiar.

A las tensiones por la falta de calderas se une el hecho de que solo trabajan con un compresor de frío —de tres que debía haber— lo que provocaba frecuentes interrupciones de la producción.

“Ya montamos los bancos de amoníaco y esperamos la entrada de los compresores y creemos que para enero ya los tengamos trabajando”, anunció el director.

La difícil situación de este 2016, incluso desde antes, prácticamente eliminó la comercialización del producto en forma liberada, de ahí una última interrogante al directivo y su respuesta: “Solo cuando las dos calderas ya estén montadas podremos hablar de yogur liberado”.

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