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“A camisa quitá” entre sindicalistas de la alimentación

¿De dónde sacan la harina y la grasa los vendedores callejeros? | foto: José Raúl Rodríguez Robleda
¿De dónde sacan la harina y la grasa los vendedores callejeros? | foto: José Raúl Rodríguez Robleda

 

Si tuviera que calificar la  conferencia de los sindicalistas  de la industria alimentaria  y la pesca en La  Habana, última con carácter  provincial en el país de  cara al encuentro nacional  en octubre próximo, diría  que fue un debate “a camisa  quitá”.

Llamó la atención el  planteamiento de quienes  laboran en Imsa (Industrial  Molinera S.A.): “Trabajamos  en una empresa mixta y  estamos excluidos de los pagos  por resultados; tenemos  muchos trabajadores con salarios  por debajo del promedio  al cierre del año anterior  en el país, y aunque es un  derecho, no se nos aplican  artículos de la Ley de Inversión  Extranjera que nos  beneficiarían”, dijo Amiris  Herrera, secretaria general  de la sección sindical.

Al respecto María del  Carmen Concepción, ministra  de la Industria Alimentaria  y la Pesca (MINAL),  explicó las gestiones realizadas  por su organismo para  solucionar esas dificultades  y pidió a los presentes confianza  en que se resolverán  los problemas existentes.

El mejor control es el obrero 

Y alguien se refirió a los vendedores  callejeros, cuentapropistas  o no, que venden una  excelente galleta con sabor a  mantequilla y ya ganaron la  apuesta al pan o la galleta dura  —o durísima, dirán muchos—  que ofertan las unidades estatales.  “ ¿De dónde sacan la  harina y la grasa que hasta te  embarra los dedos?”, se preguntaron.

La respuesta la dio Ángel  Cisneros, de la Comercializadora  Colmar. “Esas cosas salen  de nuestras fábricas —dijo—  y no tenemos que preguntar  cuándo se va a resolver ese problema,  sino qué vamos a hacer  los colectivos de trabajadores  para acabar con eso”.

Ulises Criollo, secretario  general de la sección sindical  en la fábrica de galletas Única,  recalcó que en su centro tenían  mucha galleta almacenada,  “pero no se puede comercializar  por falta de transporte y  no podemos trabajar… Antes  había escasez de harina, pero  ahora no”. El tema sirvió para  una nueva intervención de la  titular del MINAL, quien refirió  los muchos problemas en  las fábricas de galletas de la  capital. “Allí había un gran  relajo, mucho robo, mala calidad,  y por eso desde marzo  decidimos que fueran atendidas  por la Empresa Provincial  de la Industria Alimentaria,  entidad encargada de darles  solución a las dificultades que  aún allí se manifiestan”, aseguró.

Por su parte, Olga Lidia  Moreno, secretaria general del  sindicato en la UEB Fernando  Chenard Piña, productora  de lácteos, explicó la difícil  situación en su fábrica desde  hace algún tiempo: “Somos un  colectivo aguerrido, sin hora  para trabajar. Pero recientemente  allí ocurrió un hecho  delictivo vergonzoso, donde  prevalecieron falsos conceptos  y muchos se hicieron los ciegos,  sordos y mudos. Y las causas  no se pueden achacar a bajos  salarios, pues los directos a la  producción ganan hasta 2 mil  pesos mensuales. Hubo falta  de moral. Todos los implicados  pagaron, incluido el consejo de  dirección… Ahora con prevención  y control estamos en el camino  de resolver”, afirmó.

Iris Quiñones, al frente del  Grupo Empresarial de la Industria  Alimentaria y la Pesca,  señaló la importancia de lo  ocurrido en Chenard, y recordó  que casos similares han sucedido  en varios lugares, “pero  aún no hemos podido extirpar  ese mal”, resaltó.

“La mejor cámara en una  fábrica es el colectivo de trabajadores,  el mejor control es  el control obrero; hay que pensar  más en lo nuestro que en  lo mío y saber que quien robe  no podrá permanecer, no ya en  la fábrica, sino ni en este sector”,  destacó al respecto Pedro  Díaz Jovel, secretario general  del Sindicato Nacional de Trabajadores  de la Industria Alimentaria  y la Pesca.

Sobre la calidad del pan  que recibe la población, María  Victoria Ramos, directora de la  Industria Molinera en el país,  refirió que era posible mejorarlo.  “Está demostrado que con  la harina y el núcleo que reciben  las panaderías, es factible  mayor calidad”, aseveró.

Cuando defendemos salario,  protegemos la economía 

Luis Manuel Castanedo, secretario  general de la CTC en La  Habana, subrayó en la clausura  que la esencia del salario  está en la lucha por el trabajo.  “Al salario la mayor atención,  pero partiendo de más producción,  productividad y calidad”,  sostuvo y agregó que si se trata  de riqueza creada hay que hablar  de producción física y no  de valores. “El pueblo no come  valores”, enfatizó.

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