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Orlando Velásquez: Pasión sin límites por el verso improvisado

 

Trove trove compañero

no me deje con la gana

tengo esta cabeza llena

pa´ trovarle hasta mañana.

Copla popular antioqueña

Una de las más preciadas joyas patrimoniales de Antioquia, departamento de Colombia localizado al noroeste de ese pintoresco  país caribeño, es la trova paisa, originaria de esa región, donde es esencialmente significativa como expresión cultural, cuyos padres se reconocen en las figuras del versátil e influyente escritor, jurisconsulto, historiador y economista Antonio José Restrepo Trujillo (1855-1933), conocido como Ñito Restrepo, y del poeta campesino,  músico y cantante don Salvo Ruiz (Manuel Salvador Ruiz, 1878- 1961), intimado como Salvo Ruiz, ambos nacidos en el municipio de Concordia, donde en la memoria de ambos existe un monumento que forma parte del patrimonio de aquella localidad.

Sin embargo, un tercer padre de esta expresión artística consistente en el canto de versos rimados e improvisados –lo que en Cuba calificamos como repentismo– ha venido a integrarse, desde las últimas dos décadas del pasado siglo y hasta nuestros días, a ese venerable grupo de grandes defensores y promotores de este género acreditado el 23 de marzo del 2002 como patrimonio artístico, social y cultural de Medellín. Me refiero a Orlando Velásquez, un hombre corpulento, animoso, entrado en canas, y con nobles y altruistas ideales en favor de la preservación de los valores de esta trova.

Orlando Velásquez

Pasión sin límites por el verso improvisado     

También denominada copla antioqueña, la trova paisa expresa, como ninguna otra manifestación del arte y la cultura, la idiosincrasia de los habitantes de esta región; es decir, su modo de ser, vivir, sufrir, amar y relacionarse. Es, según ha dicho Velásquez, presidente de Astrocol, Asociación de Trovadores Colombianos, con sede en Medellín, “la oportunidad que tiene muy poquita gente de poder expresar lo que piensa sin que lo condenen por eso”.

Orlando profesa una pasión sin límites por el verso improvisado. Lo lleva en la sangre, transitando por todas sus aún fértiles venas desde que en el año 1983 escuchó por primera vez  las rimas y los versos cantados.

De formación como economista, este profeso amigo de Cuba, y en particular de nuestro repentismo, dio sus primeros pasos en esta amorosa entrega cuando manejaba a uno de los más reconocidos cultivadores de la trova en Antioquia, conocido como El Cura. De ese estrecho vínculo le vino la idea de promover a dos niños trovadores que gustaban mucho por las ocurrencias y significados de sus cantos. Luego fue director del grupo Los Marinillos y en 1991 organizó el Festival Infantil de la Trova, donde seleccionó a ocho infantes que formaron el conjunto Generación, cuya calidad les permitió representar a Colombia en México y Cuba.

El afecto incondicional hacia la trova colombiana, su interés por conocer, investigar y desplegar sus inquietudes personales y humanísticas, hicieron de este genuino antioqueño un prestigioso maestro, cuyas enseñanzas ha transmitido a varias generaciones, entre las que han surgido reconocidos trovadores que ahora son renombrados libretistas en medios comunicación tan conocidos como Caracol y RCN.

Don Orlando Velásquez, sin ser un trovador, ha transferido a niños, jóvenes y creadores de la improvisación, trucos y técnicas que apoyan el desempeño de una música y canto aparentemente fácil, con un ritmo binario o terciario, cuyo atrayente contrapunteo radica fundamentalmente en la letra y su contenido creativo.

Astrocol: promover la trova en sus diferentes manifestaciones

En el año 1979, un grupo conformado por 42 trovadores creó la Asociación de Trovadores Colombianos (Astrocol), una entidad sin ánimo de lucro, cuyo objetivo principal es promover la trova en sus diferentes manifestaciones. Actualmente en ella se reúnen más de un centenar de repentistas, entre trovadores, mentirosos, cuentachistes, músicos y culebreros. En 1983, poco después de interesarse por el fecundo movimiento de la trova paisa, Orlando ingresó en esta entidad, cuya labor recurrente y emprendedora, posteriormente le posibilitó ser elegido como presidente.

El máximo certamen de Astrocol es el Festival Nacional de la Trova, del cual surge el Rey Nacional de la Trova. Además del Festival Nacional también se realizan otros certámenes, entre los cuales se destaca el Rey de Reyes de la Trova que, como su nombre lo indica, es reservado solo para aquellos trovadores que hayan sido reconocidos previamente como Reyes de la Trova.

La entidad fusiona la pasión y el conocimiento como principal estrategia en la búsqueda de la calidad. Entre sus más importantes eventos anuales se encuentran la realización, desde Antioquia, del mejor y más acreditado encuentro de la trova en Iberoamérica; o sea, el Festival Nacional de la Trova Astrocol, consumado por primera vez en 1975 y que tradicionalmente ha coronado a los reyes más importantes de la trova en Colombia.

Entre los muchos espectáculos organizados por Astrocol se encuentran los denominados Rey de antaño, Rey Novato, el Festival Infantil, y otros más que se efectúan a lo largo de toda la geografía paisa, en municipios como El Santuario, Amagá, Bello, Concordia, Copacabana, El Carmen, Itagüí y Fredonia.

Sin embargo, vale apuntar que los certámenes de la trova no son solamente exclusivos de Antioquia, pues esta expresión del folclor local también es popular en el resto del país, donde igualmente existen prestigiosas citas como las programadas en las ciudades de Pereira, Villamaría, Bogotá, Cali, Cartago (Festival de la Arepa), Armenia, así como en ciudades del exterior en las que radica un considerable número de ciudadanos colombianos, como en Miami y Nueva York.

“Son fuertes los lazos entre Cuba y Colombia en la esfera del repentismo”, asegura Orlando Velásquez  

Impetuosa y memorable ha sido la presencia de Orlando Velásquez en diferentes encuentros de poesía popular improvisada en Latinoamérica, entre ellos los de Cuba, nación en la que su apoyo y alentadora presencia se ha hecho imprescindible desde que en el año 2014 participó en la VI Jornada Iberoamericana de Niños y Jóvenes Poetas y Versadores, en las Tunas, ocasión en que tuvo la oportunidad de conocer y valorar el variopinto panorama repentístico de la isla. Desde entonces se fortalecieron las relaciones afectivas y profesionales entre los repentistas cubanos y los trovadores colombianos.

Con similar empeño el presidente de Astrocol viajó al municipio mayabaquense de Güines, donde pudo disfrutar del punto guajiro asumido en las voces de los niños integrantes del Taller de Repentismo dirigido por el poeta y profesor Lázaro Palenzuela. De su encuentro con ellos dijo: “Llegamos a esta tierra y hemos encontrado una cantera de poetas y músicos talentosos”. Posteriormente llevó a Colombia a cinco de esos pequeños improvisadores.

“Hemos comprobado la fortaleza y calidad del movimiento del género en la provincia. Estoy mirando, investigando y apropiándome de conocimientos para trasladar esta experiencia a Medellín, donde queremos desarrollar el mismo nivel de improvisación, canto y música cubanos. Esta integralidad beneficia a la tradición en ambas naciones”, dijo el amigable maestro antioqueño, quien agregó que de ahí surgió la idea de crear la Asociación Internacional de Profesores del Verso Improvisado, cuyo primer encuentro se produjo en Medellín en noviembre del 2015.

Recientemente en la capital de Antioquia, Mayabeque y La Habana, fue presentado el libro  El Siglo de Oro del Repentismo en Cuba, de  Lázaro Palenzuela, con ilustraciones del ya célebre creador de la plástica Rogelio Fundora, El Guajiro que Pinta, fruto de esa colaboración desinteresada y benévola de Velásquez, mediante el cual se promociona el quehacer de grandes exponentes de ese género en la isla.

Según ha dicho el actual Padre de la Trova Paisa en Colombia, también prevé la consumación de otras publicaciones que fortalezcan la labor pedagógica del repentismo cubano, así como un encuentro de mujeres repentistas de Iberoamérica.

La lírica popular, esa que nace del corazón de los humildes, de la gente de los campos y ciudades de toda Antioquia, vibran en la noble alma de Orlando Velásquez, un gran amigo de nuestra cultura, quien asegura que ya “son fuertes los lazos entre Cuba y Colombia en la esfera del repentismo, y trabajamos por el intercambio de vivencias y trabajo”.

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