Icono del sitio Trabajadores

Dos años con certificados médicos y…

Los problemas no pueden estar más candentes para Rosa María Acevedo Mesa, trabajadora de la fábrica de fósforos Paquito Borrero Lavadit, de Palma Soriano, en Santiago de Cuba.

Aquejada de múltiples enfermedades y en su opinión desatendida por la administración, considera inconcebible haber estado con certificados médicos durante dos años y que no la hayan llevado a una comisión de peritaje médico (CPM), ni acudido a su casa para conocer en qué situación se encontraba.

Con 50 años de edad y 28 de trabajo, la mayor parte de su vida laboral ha sido como ayudante de cocina, con el consabido esfuerzo físico.

Expone que a partir del 2013 comenzó a mostrar diferentes dolencias, lo cual conllevó la emisión reiterada de los citados certificados por hipotiroidismo primario, artritis gotosa, artrosis lumbar y cervical e hipertensión arterial.

Cuando decidió personarse en la filial del Instituto Nacional de Seguridad Social le dijeron que la administración había demorado excesivamente en presentarla ante la CPM, y de no hallarse en el lugar de residencia un especialista para tratar su patología, al jefe de Recursos Humanos correspondía tramitarle un turno en cualquier municipio de la provincia.

Cuenta Rosa María que esto último hizo el “compañero Juan Luis”, quien luego de varias gestiones en función del tema le solicitó que reiniciara sus labores a partir del 5 de mayo último, pues el doctor Bello, presidente de la comisión municipal (no refiere de qué tipo) había diagnosticado que se encontraba en condiciones de volver al trabajo.

Inconforme se dirigió a la Dirección Municipal de Trabajo, cuya subdirectora le explicó que a la administración competía presentarla a una comisión que valorara sus enfermedades y dictaminara. Por eso le orientó que al día siguiente el jefe de Recursos Humanos fuera con ella hasta la filial. Pero este se negó y “me dijo que si no me incorporaba en la fecha prevista me botaba del centro y si iba a reclamar lo debía de hacer estando en mi puesto”.

Rosa María volvió donde la funcionaria, quien esta vez le indicó lo mismo que aquel. Entonces acudió al clínico que la atiende, quien le expidió otro certificado, que no admitió Juan Luis y “manifestó que si yo quería que lo acusara y llamó como testigos al administrador y a los máximos representantes del núcleo del Partido y del sindicato, a los cuales reiteré que por dos años estuve de certificado y ninguno se ocupó de mi situación”.

¿Cuánto de razón acompaña a Rosa María? ¿Actuaron de manera adecuada la administración y las instancias de Seguridad Social? Ni la lectora ni nosotros queremos quedar con las dudas.

Compartir...
Salir de la versión móvil