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Por un diseño cubano

Foto: Oriol de la Cruz Atencio
Foto: Oriol de la Cruz Atencio

 

Por Claudia Zurita Delgado

Con nuevas propuestas que impulsen un diseño genuinamente cubano, el desarrollo local y las industrias creativas concluyó recientemente su paso por la capital la Bienal de Diseño de La Habana, un éxito rotundo a pesar de ser su primera edición.

Durante siete días el público pudo apreciar lo mejor de ese arte en múltiples espacios como Lab 26, Factoría Habana, Fundación Ludwig de Cuba, Galería Taller Gorría, Casa 8, la tienda Clandestina y Collage Habana, con presentaciones interesantes en las categorías de gráfico, industrial y arquitectura.

La cita fue una acertada oportunidad de visibilizar a los diseñadores y el trabajo que realizan, actores vitales en el proceso de cambio económico y social que vive el país. Ha contribuido también a lograr un mejor acercamiento del público a esta profesión, teniendo en cuenta que son los receptores de los productos expuestos.

De obligatoria visita resultó ser la exposición Clara Porset… el eterno retorno, una muestra de mobiliario pensado para la sociedad cubana contemporánea, a pesar de tener 68 años de creado. Una forma de reinventarnos y adecuar los muebles a nuestra forma de vida actual, basándonos en nuestro clima e idiosincrasia.

El encuentro teórico contribuyó al diálogo, al debate y al intercambio de experiencia entre todos sus participantes. Además de propiciar una retroalimentación de saberes a poner en práctica en varios trabajos y alcanzar nuevas metas.

La Fábrica de Arte Cubano resultó ser una gran vitrina. Un espacio multifuncional donde convergieron diversas exposiciones, charlas, conferencias y desfiles de moda. Durante las noches se convirtió en espacio de debate y ocio para los diseñadores, con variadas propuestas culturales.

El evento mostró alternativas para incluir piezas de diseño en cualquier vivienda cubana, sin asociarlo con mayores costos de producción o inversión. Un paso de avance para lograr una mejor estética en ambientes públicos y privados.

Sin embargo, nada será posible sin el apoyo de distintas instituciones. Existen muy buenas ideas, pero totalmente carentes de recursos, a pesar de la innovación y autogestión de muchos profesionales. Es tarea del país apostar a estos proyectos, en lo posible, pues defienden un producto autóctono y exclusivamente cubano.

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