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Cuentapropismo en Cuba: opción viable y perfectible

Daniela Galbán acumula poca experiencia en el trabajo por cuenta propia, pero se siente a gusto con lo que hace. Foto: Agustín Borrego Torres.
Daniela Galbán acumula poca experiencia en el trabajo por cuenta propia, pero se siente a gusto con lo que hace. Foto: Agustín Borrego Torres.

No rebasa los 20 años y quizás ese aspecto desenfadado que caracteriza a los universitarios le favorezca en su trato cotidiano con los clientes. Daniela Galbán Novelo acumula poca experiencia en el trabajo por cuenta propia, pero se siente a gusto con lo que hace, sobre todo porque ve el fruto cotidiano de su esfuerzo personal.

Labora como dependienta en la cafetería La Baliza, en el área de la Cujae y, aunque tiene licencia por 12 meses, la estudiante de tercer año de la carrera de Sicología ha encontrado en el trabajo no estatal una vía para aliviar los problemas económicos que en estos momentos inciden en su familia.

“Quiero seguir estudiando, por lo que en estos momentos estoy haciendo los trámites para cambiarme del curso diurno a la modalidad de encuentros”, afirmó Daniela.

Desde hace seis meses, Laura labora los fines de semana en la feria de la Avenida del Puerto. El tiempo es escaso para ella, pues cursa estudios universitarios y le resulta difícil compaginar ambas cosas.

“Antes había trabajado con el Estado, en la Dirección de Trabajo y Seguridad Social, en el municipio de Plaza de la Revolución.

“Y ahora, a través de una amiga, conseguí este empleo en la feria de los Almacenes de San José, en La Habana Vieja. Me va bien, vendo artesanía y gano el 10 % de lo que hago en el día.

“Tengo un contrato firmado, conozco mis deberes y derechos. El trabajo me satisface económicamente, pero realmente no me gusta”, y concluyó con una preocupación: “Cuando me gradúe, ¿cómo voy a sobrevivir con un salario?”

Desde su constitución en el actual mandato, la comisión de Atención a los Asuntos de la Niñez, la Juventud y los Derechos de la Mujer de la Asamblea Nacional del Poder Popular elaboró un programa de trabajo que respondiera a la implementación de los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido.

Yoerky Sánchez, vicepresidente de la Comisión de Atención a los Asuntos de la Niñez, la Juventud y los Derechos de la Mujer. Foto: Agustín Borrego Torres.

En este sentido, una gran importancia tiene la apertura del sector no estatal, según afirmó en entrevista a Trabajadores Yoerky Sánchez, vicepresidente de la Comisión, la cual realizó a fines del pasado año un ejercicio de control y fiscalización en 24 municipios de 10 provincias, que permitió contactar con 689 personas.

“Buscamos esa imbricación y por eso ha sido permanente el análisis de temas relacionados con los jóvenes cuentapropistas. Es decir, esta no ha sido una acción aislada, es un resultado más completo y lo hicimos en áreas de alta concentración de jóvenes y mujeres”, afirmó.

Más allá del ejercicio de control y fiscalización

Sandy Somoza refirió algunas ventajas al hecho de ser trabajador por cuenta propia. “Soy mi propio jefe, no tengo que acatar órdenes de nadie ni presión de trabajo”, dijo el trabajador de 28 años, quien vende útiles del hogar en la feria de La Sortija, ubicada en la calle Monte, en pleno corazón de La Habana.

A los jóvenes cuentapropistas —al margen de tener una mejoría económica y cierta independencia— les inquieta la superación, el mantener buenas relaciones con los empleadores, la garantía de las materias primas y la protección de todos sus derechos. Punto y aparte merece el tema de los inspectores, quienes en ocasiones los presionan por variados motivos.

Yoerky Sánchez, quien expresó que los que ejercen esa labor reconocen esta forma de empleo en el sector no estatal como una oportunidad que les ofrece mayor autonomía e independencia y posibilidad de mejorar la situación económica familiar y personal.

Teresa Viera Hernández, directora del Centro de Estudios Sobre la Juventud, ratificó que la motivación principal de los jóvenes para acceder al trabajo por cuenta propia es económica.

Foto: Agustín Borrego

Insistió en la responsabilidad de las instituciones respecto a su formación para el desempeño en uno u otro sector, hoy todavía insuficiente, pues es preciso desde pregrado proveerlos mejor de las herramientas que necesitan para ese tipo de actividad.

Una mirada desde la UJC

El miembro del Buró Nacional de la UJC, que atiende la esfera de jóvenes trabajadores y combatientes, Julio Gómez Casanova, expresó a Trabajadores que dicha organización tiene un sistema de trabajo que les permite conocer las principales inquietudes de este segmento juvenil.

Según dijo, el proceso previo al X Congreso de la UJC posibilitó una mejor retroalimentación y la oportunidad de transmitir los intereses de la organización. Fruto de esos debates resultó la necesidad de efectuar acciones de apoyo a la actividad, como cursos afines en disímiles áreas que coadyuven a aumentar el conocimiento en las nuevas generaciones.

“Tenemos que discutir, persuadir, enseñar, usar las normas; en estos asuntos todo está legislado, pero a veces no lo aplicamos por desconocimiento o falta de cultura. Entonces se producen desviaciones, como la subdeclaración de la fuerza de trabajo y de los ingresos; violaciones en las obligaciones y deberes con la Onat, entre otras”.

Aclaró que unos 150 mil jóvenes empezaron en este sector su vida laboral y nuestras estructuras y organizaciones de base no le han podido llegar a todos.

En septiembre, dijo, realizarán un activo juvenil, a raíz de un acuerdo adoptado en el X Congreso, el cual busca precisamente una retroalimentación con los integrantes de diferentes sectores y a la vez transmitirles los intereses, las cuestiones en las cuales consideran debe seguirse trabajando.

“Todos los meses se hacen visitas, se conversa y se escuchan sus preocupaciones”, agregó.

Son mu chos los estudiantes que acuden al área cercana a la Cujae, en la cual se expenden variados alimentos. Foto: Agustín Borrego Torres.

La capacitación, un tema no resuelto

Con la expectativa de ayudar a su mamá y a sus dos hermanos pequeños, Katerin Hernández Bruzón comenzó a trabajar en la cafetería La Real Lechonera, en el área de la Cujae. Afirmó que se habilitó en un curso de gastronomía; no obstante, reconoce que sería favorable que los cursos de Formatur brinden más oportunidades a los jóvenes cuentapropistas, “para aprender y desarrollarnos en esta actividad”.

Opiniones similares fueron recogidas durante la indagación periodística, la cual arrojó que el tema de la capacitación de los jóvenes cuentapropistas es un asunto no resuelto. Al respecto, Marta Feitó, viceministra primera de Trabajo y Seguridad Social, comentó en la comisión del Parlamento, que esta es una cuestión priorizada por el Ministerio de Educación.

Especificó que los obreros calificados ya egresan con el perfil para trabajar en uno como en otro sector, y se actualizan los planes de estudios de los técnicos de nivel medio a fin de adecuarlos a las circunstancias actuales; o sea, un módulo de preparación para el sector no estatal, “de manera que un estudiante conozca qué derechos tiene como trabajador, dónde puede obtener los créditos, qué actividades se realizan”.

La Viceministra puso como ejemplo los cursos de preparación económica impartidos por especialistas del Ministerio de Educación de conjunto con la Consultoría Canec y otros organismos formadores, básicamente en las especialidades de Contabilidad y Finanzas, entre ellos, de tenedor de libros, gestión y dirección de pequeños negocios. Asimismo, los ministerios de Turismo y Comercio Interior también han ejecutado acciones de superación.

Ante las inquietudes de algunos diputados, Feitó aclaró que todos los graduados tienen que cumplir el servicio social y, en particular, los técnicos de nivel medio y obreros calificados pueden incorporarse al trabajo por cuenta propia si en el momento en que se gradúan no son demandados como fuerza de trabajo en sus respectivos territorios.

Tenemos derechos y deberes

“Ser cuentapropista es un trabajo como cualquier otro”, aseveró Diego Enrique Suárez Orama, de 22 años, quien labora en la feria La Sortija, de la calle Monte.

Graduado en la escuela de arte de Ciego de Ávila, se muestra contento con su actual empleo. “Tenemos derechos y deberes igual que todos. Gano más, pero trabajo más. La ventaja es que tengo horario libre; si me siento mal y no quiero venir, no vengo”.

En ese mismo lugar Sandy Somoza cree que la actividad también cuenta con desventajas, entre las cuales mencionó el no saber con exactitud qué se puede vender y qué no se puede: “Como útil del hogar se considera desde un tornillo hasta un lavamanos. Para mí esas son desventajas, luego vienen los inspectores y nos quieren poner una multa, quitarte la licencia, cerrarte el espacio. Tampoco hay almacenes donde comprar materias primas y uno tiene que vivir, porque uno tiene familia”.

Para todos los gustos. Foto: Agustín Borrego Torres.

La mayoría pide, y no solo los jóvenes, un mercado mayorista. “La inexistencia la ven como una limitación para desarrollar ese trabajo y se pudo apreciar que a veces ellos se convierten en revendedores de artículos del Estado”, subrayó Yoerky.

Añadió que la investigación hecha por los diputados reveló algunas insatisfacciones. “Hablan de que los compañeros de la Dirección Integral de Supervisión cumplan lo establecido y no se extralimiten, porque ha habido algunos problemas con los inspectores y cuerpos de inspección a la hora de tratar con ellos”.

Las muchas aristas de un asunto

Este primer acercamiento periodístico al asunto develó muchas aristas, dentro de las cuales sobresale el hecho de que la participación de los jóvenes en el sector cuentapropista no solo ha ido creciendo, sino que goza de gran aceptación dentro de este segmento poblacional.

La existencia de un mercado mayorista, la presencia de acciones de superación, la comprensión acerca de una labor que cada vez resulta más necesaria en la sociedad que los cubanos pretendemos construir, son algunas de las preocupaciones más recurrentes que en sentido general afloraron, tanto por el ejercicio fiscal hecho por la Comisión, como por la indagación llevada a cabo por estas reporteras.

Por eso, según precisó Yoerky, la Comisión Permanente de Trabajo de la Asamblea Nacional tiene como un objetivo abordar cómo se cumple el Código del Trabajo en lo concerniente a los derechos de la mujer trabajadora y a la protección especial en el trabajo a los jóvenes. Sin duda, este es un tema en el que sigue habiendo tela por donde cortar, y en este camino andaremos.

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