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Día de anécdotas y recuerdos

Abilio Hernández, quien fuera secretario general del Sindicato de Trabajadores Agropecuarios y Forestales en Cienfuegos, recordó momentos significativos de impulso a la producción y el papel desempeñado por los trabajadores. Foto: Barreras Ferrán
Abilio Hernández, quien fuera secretario general del Sindicato de Trabajadores Agropecuarios y Forestales en Cienfuegos, recordó momentos significativos de impulso a la producción y el papel desempeñado por los trabajadores. Foto: Barreras Ferrán

 

Primero fueron los abrazos tras mucho tiempo sin encontrarse. Y después las anécdotas y recuerdos de intensos períodos de labor en la organización, atención y representación de los trabajadores.

Así sucedió en el encuentro que sostuvieron los miembros del Secretariado de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) y los secretarios generales de los sindicatos con exdirigentes, con motivo de la próxima celebración del Primero de Mayo.

Rafael Pozo Vigo, quien fuera secretario general del Sindicato Azucarero en ese territorio, expresó que el movimiento sindical constituyó su mejor escuela, en la que aprendió a dirigir, bajo la guía del Partido Comunista de Cuba (PCC) y particularmente de Humberto Miguel Fernández, primer secretario de ese organismo político en Cienfuegos desde el establecimiento de la nueva división político-administrativa en 1976 y hasta los primeros años de la década de los 90.

“La primera misión que siempre nos ha correspondido es pensar en los trabajadores, atenderlos y representarlos como ellos se merecen, porque son quienes sustentan la producción y los servicios del país, quienes hacen más fuerte la Revolución cada día”, apuntó.

Genara Padilla Jiménez fue dirigente del Sindicato de la Construcción y posteriormente miembro del Secretariado Provincial de la CTC en Cienfuegos. En sus palabras significó las muchas motivaciones existentes siempre en la población cubana para celebrar el Primero de Mayo y realizar ese día la movilización más masiva que ocurra cada año en el país.

Fue una jornada de reencuentros felices y emociones múltiples, entre quienes entregaron parte de sus vidas y esfuerzos cotidianos para robustecer el movimiento sindical, arma y bandera de la Revolución cubana.

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