El expresidente uruguayo José Mujica recibió al luchador antiterrorista Ramón Labañino, con quien dialogó de manera distendida por cerca de una hora sobre los desafíos del mundo actual.
Pasen, pasen, es una casa pequeña pero cabemos todos, dijo el actual senador del Frente Amplio al dar la bienvenida, en su hogar, a la pequeña delegación integrada, además, por la esposa del héroe, Elizabeth Palmeiro, la embajadora, Mercedes Sotolongo, y otros funcionarios de la sede diplomática cubana en Montevideo, informó Prensa Latina.
Acompañado por su esposa, la también senadora Lucía Topaloski, Mujica reflexionó sobre la ofensiva del capitalismo en América Latina y los nuevos métodos utilizados por las oligarquías locales, en contubernio con Estados Unidos, para derrocar procesos democráticos.
También se refirió al desarrollo de las tecnologías, en especial de la mecatrónica, la cual conducirá a que habrá que «adaptarse a nuevas condiciones, totales, en materia de trabajo».
Subrayó al respecto que «la lucha por disminuir la jornada de trabajo tendrá que ser mundial» porque en algunos lados se laborará seis horas mientras en otros 13, entonces, «cómo se ve eso, de qué competitividad van a hablar», dijo.
Contó sobre una empresa montada en un país que produce 30 mil lechugas diarias donde el 95 por ciento de la mano de obra la integran robots, y ese será «uno de los problemas en los que hay que pensar», acotó.
Labañino, por su parte, agradeció en nombre de sus hermanos Gerardo Hernández, René González, Antonio Guerrero y Fernando González, la solidaridad recibida durante los largos años de encierro en Estados Unidos.
Condenados a largas penas de cárcel en un juicio calificado de parcializado por la defensa, René y Fernando salieron en libertad en 2013 y 2014, respectivamente, tras cumplir íntegramente sus sentencias.
Gerardo, Ramón y Antonio fueron liberados el 17 de diciembre de 2014, como parte de las negociaciones entre Cuba y Estados Unidos, que luego dieron paso al proceso de restablecimiento de las relaciones bilaterales.
Al final del encuentro, Elizabeth obsequió a Mujica el libro Retrato de una ausencia, que relata la historia de los Cinco antiterroristas cubanos desde una perspectiva humanista.