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Un camino por delante

Buena parte del elenco interpretará Alrededor no hay nada, de Goyo Montero. Se trata de una versión de El día de la creación, obra estrenada por el Ballet Nacional de Cuba y con la que el coreógrafo español ganó el Concurso Internacio nal de Coreografía CIC 2006. Foto: Boris Murieda
Buena parte del elenco interpretará Alrededor no hay nada, de Goyo Montero. Se trata de una versión de El día de la creación, obra estrenada por el Ballet Nacional de Cuba y con la que el coreógrafo español ganó el Concurso Internacio nal de Coreografía CIC 2006. Foto: Boris Murieda

 

Carlos Acosta, hay que decirlo, podía haber fundado una compañía en cualquier parte. En Londres, por ejemplo, ciudad que literalmente lo adora. Es ahora mismo una de las más reconocidas figuras de la danza internacional, una estrella del ballet. Ha bailado con las más importantes compañías del mundo, ha encabezado elencos de primerísimo nivel, ha coreografiado para el Royal Ballet —que, aquí lo sabemos muy bien, es una agrupación de excelencia—, ha escrito libros, ha actuado en películas…

Pero a nadie que lo conociera le asombró que viniera a Cuba a crear su agrupación. El vínculo de Carlos Acosta con su país natal es sólido, son lazos que nunca se han debilitado. Solo hay que escucharlo hablar, relacionarse con la gente, moverse… Acosta ha frecuentado los más refinados y elitistas espacios del arte europeo, pero sigue siendo un cubano de a pie, un habanero raigal. A algunos les parecerá un empeño impuesto por mantener una cultura; pero a nosotros nos resulta natural. Y plausible.

Acosta Danza, el grupo en el que ha estado trabajando en los últimos meses, debutará por fin este viernes 8 de abril en el Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso. Los que esperan descubrir una compañía de autor (teniendo en cuenta la labor coreográfica del director) saldrán decepcionados. El espectro de Acosta Danza es amplísimo. De hecho, parte de una pretensión muy ambiciosa: fusionar en escena dos tradiciones: el ballet académico y la danza moderna.

Lo que quiere hacer se resume en un término: ballet contemporáneo. Dejaremos a la danzología la misión de definir esa línea de trabajo.

Pero si uno se fija en el elenco notará que hay bailarines de disímiles formaciones y procedencias. Muchos de los miembros de la nueva compañía fueron solistas destacados de importantes agrupaciones de la danza cubana: el Ballet Nacional de Cuba, Danza Contemporánea de Cuba, el Ballet de Camagüey…

Vienen con mucha experiencia en el escenario. Pero asumen el trabajo actual como un comienzo. Pudo haber sido, claro, una decisión arriesgada. El arte a veces es un camino incierto. Por lo pronto, han trabajado para esta temporada con coreógrafos de primer nivel: la cubana Marianela Boán, el español Goyo Montero, el belga Sidi Larbi Cherkaoui… Pero Carlos Acosta también ha abierto las puertas a creadores más o menos emergentes, como el cubano Alexis Fernández (Maca) o incluso, a uno de los bailarines de su elenco: el joven Raúl Reinoso.

Expectativas hay muchas, dentro y fuera de la compañía. Las funciones dirán la última palabra, se sabe que en la danza (como en todas las artes) más que el empeño vale el desempeño.

Pero todo parece indicar que Acosta Danza tiene por delante un excitante camino. Talento y ganas de trabajar sobran.

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