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Es hora de levantar el embargo, reclama Obama en cita con la sociedad civil cubana

obama-en-teatro-2Yimel Díaz Malmierca y Francisco Rodríguez Cruz

Con la presencia del presidente Raúl Castro Ruz, la prima ballerina assoluta Alicia Alonso y numerosas personalidades de la política, el estado, la cultura y de la sociedad civil de Cuba se inició en el Gran Teatro de la Habana la primera actividad pública de la última jornada de la visita oficial del presidente Barack Obama a Cuba.

En el público se encontraban estudiantes, trabajadores de los sectores empresariales públicos y privado, estudiantes universitarios, religiosos, artistas, blogueros, activistas políticos, por la igualdad de género y la diversidad sexual… en fin , representantes de la variopinta sociedad cubana actual.

Obama comenzó su intervención haciendo referencia a los atentados ocurridos esta mañana en Bruselas, Bélgica, expresó su solidaridad con las víctimas y llamó enfrentar al terrorismo unidos, más allá de nacionalidades o razas, pues “tenemos y podemos derrotar a aquellos que amenazan la seguridad y el bienestar de todos en el mundo”.

Agradeció la calidez con que el pueblo de Cuba ha recibido a su familia.

La primeros aplausos del discurso los ganó cuando citó, en español, el verso de José Martí, Cultivo una rosa blanca. Dijo que en su poema más famoso José Martí hizo una ofrenda de amistad tanto a sus amigos como a sus enemigos.

Vale aclarar que la estrofa martiana en cuestión dice: Cultivo una rosa blanca, en junio como en enero, para el amigo sincero que me da su mano franca. Y continúa: Y para el cruel que me arranca el corazón con que vivo, cardo y oruga cultivo, cultivo una rosa blanca.

Hoy, como presidente de los Estados Unidos de América, le ofrezco a los cubanos –y completó la frase en español–, el saludo de paz. Con eso llegaron nuevos aplausos.

La Habana está a 90 millas de la Florida, explicó, pero para llegar hasta aquí tuvimos que recorrer una gran distancia, superar las algunas historias, las ideologías, el dolor de la separación.

Las azules aguas por debajo del avión presidencial una vez trajeron un acorazado, para liberar pero también para ejercer control sobre Cuba, reconoció. Esas aguas también llevaron generaciones de revolucionarios cubanos a los Estados Unidos donde consiguieron apoyo para su causa. Esa corta distancia ha sido cruzada por cientos de miles de exiliados cubanos en aviones, en balsas. Fueron en busca de la libertad y de oportunidades, a veces dejando tras de sí posesiones y familiares queridos.

El presidente acercó el diferendo entre los dos países a su historia personal y explicó que tal como había sucedido a muchas personas en ambos países, una parte de su vida transcurrió en esa época de profundo “aislamiento entre ambos países”.

La Revolución Cubana triunfó en el mismo año (1959) en que mi padre fue a los Estados Unidos, comentó. La invasión a Bahía de Cochinos tuvo lugar en el año en que yo nací (1961). Al año siguiente todo el mundo contuvo el aliento cuando la humanidad se acercaba cada vez más al posible horror de una guerra nuclear, dijo para referirse a la Crisis de los Misiles.

Fueron décadas de batallas libradas entre nuestros países a través de terceros, pero hoy vengo a Cuba extendiendo la mano de la amistad, afirmó.

Historias entrelazadas

Las diferencias entre nuestros gobiernos a través de los años son reales e importantes. Estoy seguro de que el presidente Castro dirá lo mismo y lo sé porque lo escuché hablar sobre esto, pero antes de entrar en ellas deberíamos tener en cuenta que los Estados Unidos y Cuba son como dos hermanos que han estado separados por muchos años aunque tenemos la misma sangre.

Ambos vivimos en un nuevo mundo colonizado por los europeos, reflexionó. Cuba, al igual que los Estados Unidos, fue poblada por esclavos traídos de África y por inmigrantes.

Recordó que a lo largo de los años las culturas de ambos países se han entrelazado. Puso como ejemplo la labor del Doctor Carlos J. Finlay (Cuba, 1833-1915), descubridor del agente transmisor de la fiebre amarilla, una epidemia que durante décadas azotó la región.

El trabajo que el doctor Finlay hizo en Cuba, dijo Obama, facilitó la labor de generaciones de médicos como Walter Reed que luego vino a aquí y luchó contra la fiebre amarilla.

Acerca de esta referencia histórica realizada por Obama, vale destacar que en 1881 Finlay presentó su teoría en Washington. Acudió como representante del gobierno colonial español ante la Conferencia Sanitaria Internacional. Su hipótesis de que la enfermedad se propagaba mediante un agente intermediario, el mosquito culex o Aedes aegypti, fue recibida con frialdad y casi total escepticismo, solo divulgada por una modesta revista médica de Nueva Orleans.

El reconocimiento real a Finlay llegó a inicios del siglo XX, cuando la epidemia fue erradicada en La Habana gracias a los consejos que diera al entonces jefe de Sanidad, doctor William Crawford Gorgas,  nombrado por el gobierno interventor estadounidense. Aun después de esto, y durante décadas, prestigiosas instituciones científicas del mundo dieron el crédito del descubrimiento a una comisión liderada por el médico estadounidense Walter Reed, citado por Obama en su discurso.

José Martí escribió en Nueva York, continuó diciendo Obama en su discurso del Gran Teatro de La Habana; Ernest Hemingway vivió aquí y halló inspiración en sus costas. Nosotros compartimos un deporte nacional, la pelota, y hoy nuestros jugadores van a competir en el mismo terreno de La Habana en que lo hizo Jackie Robinson antes de ser parte de las Grandes Ligas.

Jack Roosevelt Robinson, Jackie,  fue el primer beisbolista afroamericano al que se le permitió ingresar a las Ligas Mayores de Béisbol. Una de sus descendientes fue invitada por el presidente Obama para acompañarlo a esta vista a Cuba, especialmente al juego pactado para esta tarde entre los Rayos de Tampa y una selección nacional.

A continuación, Obama añadió que uno de los grandes boxeadores estadounidenses, Mohamed Alí, dijo que nunca podría luchar contra el boxeador cubano Teófilo Stevenson (tricampeón mundial) pues solamente lograría un empate.

Si bien nuestros gobiernos eran adversarios, nuestros pueblos continuaron compartiendo estas pasiones, dijo. Especialmente cuando varios cubanos fueron a Estados Unidos y lo mismo en Miami que en La Habana se pueden hallar lugares para bailar salsa, comer ropa vieja… Los pueblos de ambos países cantaron con Celia Cruz, con Gloria Stefan, y ahora escuchan al reguetonero Pitbull.

A esta lista de músicos cubanos con seguidores en ambas orillas, podrían sumarse a la orquesta Los Van Van, que ha realizado exitosas presentaciones en Estados Unidos, y  a trovadores como Silvio Rodríguez o Pablo Milanés. Ellos han realizado sus carreras dentro de la isla y tienen millones de seguidores en el mundo entero, muchos de ellos cubanos.

El presidente continuó refiriéndose a que “nuestras personas tienen una religión común y  fe en la Virgen de la Caridad del Cobre, a la que yo fui a pagar tributo en su ermita en Miami y que los cubanos llaman Cachita”.

¿Por qué ahora?

Obama se preguntó por qué cambiar ahora la política de los Estados Unidos hacia Cuba. Lo que estaban haciendo los Estados Unidos no funcionaba, respondió, y tenemos que tener la valentía de reconocer la verdad: “Una política de aislamiento diseñada para la guerra fría no tiene sentido en el siglo XXI, el embargo hiere a los cubanos en vez de ayudarlos”. Y citando a Martin Luther King, enfatizó, no tenemos que tener miedo a los cambios, tenemos que acogerlos.

Luego mencionó otra razón, y lo dijo en inglés y en español: Creo en el pueblo cubano, lo cual motivó aplausos cerrados en la sala.

No es ningún secreto que nuestros gobiernos no están de acuerdo en estos temas, añadió, para aludir a sus francas conversaciones con el presidente Raúl Castro. Durante muchos años él ha señalado las fallas de nuestro sistema estadounidense. Algunas de ellas son la desigualdad económica, la pena de muerte, la discriminación racial, las guerras en el exterior…, aunque su lista es un poco más larga, bromeó.

Estados Unidos como modelo de democracia

A mí me gusta este debate, es bueno, es saludable no le tengo miedo. Tenemos demasiado dinero en la política estadounidense. Pero en los Estados Unidos todavía es posible que una persona como yo, que fue criado por una madre soltera, sin mucho dinero, pueda llegar al puesto más importante del gobierno.

Por supuesto, tenemos problemas, reconoció y mencionó la discriminación racial como un legado de la esclavitud, de la segregación,  pero “tenemos un debate abierto dentro de nuestra sociedad que nos permite mejorar”.

Contó que en 1959, cuando su padre llegó a los Estados Unidos, todavía era ilegal en muchos estados que él, negro, se casara con alguien como su madre, que era blanca. Al empezar en la escuela, todavía luchaban contra la segregación en la educación al sur del país. Pero la gente se organizó, protestaron, debatieron esos temas, retaron al gobierno, y por esas manifestaciones hoy  puedo hablar aquí como un presidente afroamericano. Esa es la libertad que tenemos en los Estados Unidos.

No estoy diciendo que sea fácil, hay miles de problemas en nuestra sociedad, admitió, pero la democracia es la forma de solucionarlos. Por eso logramos cuidados de salud para más estadounidenses, por eso logramos más derechos para las mujeres, para los homosexuales…

La democracia le da a las personas la posibilidad de presionar y lograr mejor nivel de vida. No siempre es placentero, a veces es frustrante. Lo pueden ver en las elecciones que se están llevando a cabo en mi país.

Al respecto, apuntó que en la actual campaña electoral hay dos candidatos cubanoamericanos, del Partido Republicano, postulándose en contra del legado de un presidente negro, que argumenta que la mejor persona candidata demócrata puede ser una mujer o un socialista, ese es el resultado de una democracia.

Aquí está mi mensaje al gobierno y al pueblo cubanos: los ideales que son el punto inicial de cualquier revolución, en los Estados Unidos, en Cuba, en los movimientos de liberación en todo el mundo, esas ideas tienen su expresión real en la democracia. No porque la democracia en mi país sea perfecta, exactamente porque no lo es, y necesitamos el espacio que brinda la democracia para lograr los cambios.

La democracia da a las personas la posibilidad de ser catalizadores, de crear, de reimaginar nuestra sociedad cómo debería ser, y mejorarla.

Para Obama la “evolución que se está llevando en Cuba” es un cambio generacional: “Estoy apelando a los jóvenes de Cuba a construir algo nuevo. El futuro de Cuba, dijo en español, tiene que estar en las manos del pueblo cubano”.

Cuba y su política exterior

El presidente de Estados Unidos agradeció al mandatario cubano por su presencia en el teatro, añadió que su visita a Cuba es una muestra de ya no es considerada una amenaza para los Estados Unidos, y que el compromiso mostrado por Raúl Castro con la soberanía y la autodeterminación de país le hacen confiar en que “no debe temer a las voces diferentes del pueblo cubano, a la posibilidad de reunirse, de hablar, de votar”.

Dijo estar esperanzado “porque sé que el pueblo cubano va a tomar las decisiones correctas”, y confiado de “que Cuba va a seguir jugando un papel muy importante en el continente y en el mundo. Y espero que lo puedan hacer como socios de los Estados Unidos”.

Hemos jugado diferentes papeles en el mundo, apuntó. Nadie puede negar el servicio que miles de doctores cubanos han llevado a los pobres, a los que sufren, enfatizó en medio de aplausos prolongados. Recordó que el año pasado médicos estadounidenses y representantes de sus fuerzas armadas trabajaron mano a mano con médicos cubanos para erradicar el ébola en África occidental. Tenemos que seguir esa cooperación en otros países, añadió.

Hoy los estadounidenses y los cubanos estamos sentados en una mesa de negociaciones, ayudando a los colombianos a solucionar la guerra civil que ha durado años.

Esa cooperación es buena para todos, dijo en referencia al largo y trabajoso proceso de paz iniciado en La Habana en el 2012 donde participan el Gobierno de Colombia y representantes de las Farc-EP, el que ha contado, como garantes, con los gobiernos de Cuba y Noruega. En los últimos meses representantes de Estados Unidos se han interesado en el tema, y el secretario de Estado John Kerry se reunió ayer lunes en La Habana, por separado,  con dos de las partes implicadas en el conflicto (el gobierno y la guerrilla).

Durante su discurso, Obama también habló del aporte de Cuba a la erradicación del apartheid en Sudáfrica, y su encuentro allí –Johannesburgo, diciembre 2013– con el presidente Raúl Castro cuando ambos acudieron a las exequias de Nelson Mandela y rindieron tributo a su legado: “Al examinar su vida, sus palabras, seguro que ambos nos dimos cuenta de que nos queda mucho por hacer para promover la igualdad en nuestros propios países, por reducir la discriminación”.

Queremos que esta relación ayude a los cubanos, dijo, ustedes han demostrado que no hay nada que los detenga si se les da la oportunidad.  Hemos pertenecido a bloques diferentes y vamos a seguir teniendo diferencias en cómo promover la paz, la seguridad, las oportunidades, los derechos humanos…, pero al normalizar estas relaciones alentaremos un mayor sentido de unidad en las Américas. Todos somos americanos, sentenció.

Cuba no es un estado opositor

Desde los inicios de mi mandato insté a los estadounidenses a que se olvidaran de las batallas ideológicas del pasado. Estamos en una nueva era, y sé que muchos de los temas que hemos hablado no tienen la relevancia del pasado.

Reconoció que una parte de la identidad de la isla radica en ser una orgullosa nación insular que mantiene sus derechos y conmueve al mundo. El orgullo del cubano es un elemento fuerte de esta sociedad.

Cuba no tiene que ser definida como un Estado opositor a los Estados Unidos y viceversa. Tengo fe en el futuro por la reconciliación que se ve dentro del pueblo cubano.

Algunos cubanos aquí, en la isla, pueden tener la idea de que aquellos que se fueron estaban apoyando al antiguo orden en Cuba. Es la historia de que los “exiliados” no prestaban atención a los problemas que existían en Cuba antes de la Revolución y rechazaron la lucha por un nuevo futuro. Pero son muchos los “exiliados”! cubanos que recuerdan el dolor, la separación, el sufrimiento…, aman a Cuba, parte de ellos consideran que todavía este es su país, y eso explica la pasión, el dolor…

Para la comunidad cubanoamericana que conozco y respeto esto no es solamente un problema de política, es un tema de familia, de recuerdos de un hogar perdido, el deseo de reconstruir los lazos. Es volver, reconciliarse, es la esperanza de un mejor futuro.

He viajado una gran distancia sobre el puente construido por cubanos que están en ambos lados del Estrecho de la Florida, recreó. Yo sé lo que han sufrido, no solo el dolor del “exilio”, también saben lo que es no pertenecer a algo. La reconciliación del pueblo cubano, de los niños y nietos de la Revolución, y los hijos y nietos de los “exiliados” es fundamental para el futuro de Cuba.

Ejemplificó con anécdotas de una señora que regresó a ver a su hermana después de estar 61 años separadas, y se encontraron en el aeropuerto. Otra de una anciana que identificó en la calle a la hija de una vecina que había regresado al lugar donde había vivido su madre, cuando la vio comenzó a llorar y le mostró las fotos que le habían enviado de cuando era niña. “Estamos recibiendo tanto, atestiguó la mujer”, dijo Obama.

También puso el ejemplo de un joven, el primero de su familia en venir a Cuba después de 50 años, donde conoció a sus parientes: Me doy cuenta de que la familia de mi familia, no importa la distancia, seguimos siendo familia, fue el testimonio que recibió de él Obama.

A veces los cambios más importantes comienzan en pequeños lugares, reflexionó el presidente. Los cambios de la historia son fuentes de conflictos, exilios, pobreza, y se necesita tiempo para que estas circunstancias cambien, pero el progreso comienza al reconocer un tema de humanidad como la reconciliación de un pueblo unido por la sangre.

La edulcorada propuesta de Obama fue: “Entender, oír, perdonar, y si el pueblo cubano trabaja junto para el futuro, será muy factible que los jóvenes de hoy sean dignos y logren un futuro aquí, en Cuba”.

La historia de los Estados Unidos y Cuba involucra revolución, conflicto, luchas, sacrificios, y ahora reconciliación, promovió. Es hora de olvidarnos del pasado. Dejemos el pasado, miremos al futuro, mirémoslo juntos, un futuro de esperanza. No va a ser fácil, va a haber retrocesos, va a tardar un tiempo, pero mi estadía aquí me da más esperanzas de lo que podemos hacer juntos, como amigos, como familia, como vecinos, juntos.

Sí se puede, concluyó.

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