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Rogelio, el Guajiro, pinta a Fidel

pintura de Fidel Castro
En cada pieza se hace homenaje a la vida de un hombre excepcional.

Una heterogénea multitud acompañó al creador de la plástica Rogelio Fundora, conocido como el Guajiro que Pinta, en la apertura de su exposición por el aniversario 90 de nuestro líder histórico en el capitalino Palacio de los Torcedores, Museo de los Trabajadores cubanos, donde bajo el título de Fidel, vida en Revolución, presenta 30 retratos sobre diferentes momentos de la trayectoria del Héroe del Moncada, del Granma y de la Sierra, nacido en Birán el 13 de agosto de 1926.

Se trata de originales expresiones pictóricas en las que despunta el estilo característico de este artífice autodidacta, cuyo amor a la tierra trasciende en su obra como tema recurrente. Sus armas son la guataca, el machete, el pincel y la espátula, esgrimidas en la localidad rural de Madruga, donde es un afanoso agricultor cooperativista; escenario en el que también prolifera su arte múltiple.

Como parte de los homenajes que este año el pueblo rinde al Comandante en Jefe, fue concebido este conjunto de trabajos devenidos travesía iconográfica, desde la juventud hasta el presente, de la bravía figura, paladín de los obreros y los campesinos. El pintor resalta al combatiente de la Sierra Maestra; al abogado del memorable alegato La historia me absolverá; al Comandante en Jefe del Ejército Rebelde; al conductor de la Batalla de Guisa; al héroe que entró victorioso en Santiago de Cuba al amanecer del 1º de enero de 1959, y después, el 8 de enero, lo hizo en La Habana al frente de la Caravana de la Libertad, para sellar su compromiso con el pueblo en sus palabras en el cuartel de Columbia.

Igualmente se rememora al militante que en la constitución del Comité Central del Partido, en 1965, fue elegido Primer Secretario de la organización política de vanguardia, y al Diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular, y al Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros. También se aprecian otras muchas facetas del líder de la Revolución, que exaltó el alma del campesino, sus necesidades y su pureza.

Al cortar la cinta que dejó inaugurada la muestra, Rogelio fue acompañado por Carmen Rosa López Rodríguez, segunda secretaria de la CTC nacional y el Dr. Theodor Friedrich, representante de la FAO en Cuba, en primer plano de la foto. | fotos: Heriberto González

Buena parte de la vida de Rogelio transcurre en los predios de su finca La Esperanza, donde unas veces se le ve inmerso entre lienzos, cartulinas o cerámicas, para materializar ideas pictóricas que una y otra vez recuerdan al hombre y sus vínculos con el campo. Otras, al amanecer o entrada la noche, con la guataca al hombro repasa los surcos, para corregir los cultivos o cosechar la tierra, consciente de que del fruto de ella no solo depende su sustento y el de su familia, sino además contribuye a la producción de alimentos destinados al pueblo.

Como bien se sabe, el retrato es un género a veces relegado a planos inferiores dentro de la plástica contemporánea, pero aún latiente gracias a la persistencia de artistas como Rogelio. Él asume este reto mediante una amorosa entrega desde los inicios de su incursión en el arte, ejercicio en el que cuenta con el impulso y la comprensión de una emprendedora mujer: su joven compañera en la vida, Yuneitsy Oliva Díaz, musa y rigurosa crítica de su arte.

En esta exhibición, curada por quien suscribe estas líneas, vale señalar la recurrente alusión de la guataca, idea igualmente reiterada de forma minimal en los cuadros, cerámicas, grabados y esculturas del Guajiro. Este instrumento constituye para él un ícono del campesinado cubano, también devenido sello de su obra.

En cada pieza de este agricultor-pintor —tenaz, persistente, amigable, humilde y sencillo—, integrada a esta muestra, se hace perdurable una parte de la vida que el artista refleja de un hombre excepcional.

En la ceremonia inaugural actuó un grupo de niños de la Casa de la Décima de Mayabeque, quienes ganaron palmas por sus excelentes interpretaciones de piezas del repertorio musical campesino, así como a través de sus admirables controversias y poemas de corte costumbrista rural, algunos de ellos dedicados al Guajiro que Pinta.

En la apertura se encontraban presentes Carmen Rosa López Rodríguez, segunda secretaria de la CTC nacional; los excelentísimos señores Dr. Theodor Friedrich, representante de la FAO en Cuba; y Juan León Alvarado, embajador de Guatemala; así como Ermela García Santiago, miembro del Secretariado Nacional de la CTC; Nelson Domínguez, reconocido creador Premio Nacional de Artes Plásticas; Carlos Escobar, director de Cultura en la provincia de Mayabeque; Johannes Barthelmes, prestigioso músico y fotógrafo alemán; y Raymundo Estrada Rodríguez, director del Palacio de los Torcedores. También, jóvenes de la jefatura provincial del Ministerio del Interior en Mayabeque, numerosos colegas de diferentes órganos de prensa y público en general.

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