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Chávez en su universo

Chávez de todos.Foto: chavez.org.ve
Chávez de todos.Foto: chavez.org.ve

 

Tres años han pasado desde la siembra. Los frutos aún no asoman. Ni siquiera el follaje está en su mayor esplendor, pero las raíces siguen activas, avanzando, ahondándose en los estratos más fértiles de la sociedad.

Quizás no baste un siglo para producir un hombre de las cualidades de Hugo Chávez (1954-2013), pronosticó el brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, pues el vacío que ha dejado en Venezuela, en la región y en la política mundial de los “desamparados”, será difícil de llenar. Harán falta muchos para hacer lo que él hacía, ratificó el uruguayo Pepe Mujica.

“Ni siquiera él mismo sospechaba cuán grande era”, dijo Fidel Castro Ruz al saber de su muerte. “Chávez se fue invicto”, corroboró su hermano Raúl, el General Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de Cuba.

Desde Argentina, Cristina Fernández auguró que “hombres como Chávez no se mueren nunca. Vive y vivirá en cada venezolano y venezolana que dejó de ser invisible y se tornó protagonista.”

No obstante la certeza de que cada crisis genera héroes propios, tres años después de aquel triste 5 de marzo, se extraña al hombre que fue, su voz de barítono cantando “gloria al bravo pueblo que el yugo lanzó”; su salida ingeniosa al evaluar temas complejos como la gobernabilidad: “Estamos sufriendo de impotencia política. Necesitamos un viagra político”, aseveró una vez.

También se echa de menos su valentía verbal, moral y física. Difícil olvidar aquel discurso ante la Asamblea General de la ONU, en el 2006, donde al referirse al presidente de Estados Unidos, George W. Bush, apuntó “Ayer el diablo vino aquí. En este lugar huele a azufre todavía”.

Días más tarde, en un programa Aló Presidente fue aún más enfático: “Come here, mister Danger, cobarde, asesino, eres un genocida, eres un alcohólico, eres un borracho, eres un inmoral, eres lo peor, mister Danger… Eres un ignorante, míster Danger. Eres un burro, mister Danger. O para decírtelo en mi mal inglés, You are a donkey, Mr. George W. Bush. Eres de lo peor que ha habido en este planeta. Dios libre al mundo de esta amenaza”.

Más de una vez le escuché citar al filósofo italiano Antonio Gramsci con aquello de que “no hay que ir al pueblo, hay que ser del pueblo”. Esta fue, sin dudas, una de las claves de su inmortalidad, al menos en esta parcela del mundo llamada Latinoamérica.

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