Por Gabino Manguela Díaz y Claudia Domínguez, estudiante de Periodismo
De algo estoy seguro: no podría escribirse la historia de la prensa cubana en sus años más recientes si no hablamos de los trabajadores gráficos, los impresores que día a día, noche a noche, muchas veces embarrados de grasa o tinta, dan los últimos toques a ese periódico que esperan los lectores.
Dícese que el olor a tinta es inconfundible, que no se olvida, que incita a volver mañana a su fragancia, y eso han hecho los trabajadores del Poligráfico Granma, volver cada vez por mayores logros, por vencer nuevos obstáculos y metas.
Por eso tan sentido y justo el homenaje que recibieron este jueves los trabajadores del Poligráfico Granma al arribar a su cumpleaños 30 en fecha coincidente con el cumpleaños de sus colegas de Holguín, quienes también iniciaron su bregar justamente el 4 de febrero de 1986.
El colectivo del Poligráfico Granma posee el récord de haber cumplido consecutivamente sus planes de producción y venta en estos tres decenios, lo que se agranda al pensar en el esfuerzo desplegado en los días difíciles del período especial, cuando tuvieron que insertarse en cuanto trabajo apareciera para contribuir al financiamiento de la prensa en el país.
Con orgullo prevaleció en el acto la afirmación de que la prensa nacional nunca dejó de salir a la calle en estos años, bajo cualquier circunstancia, incluido el envejecimiento del equipamiento, los apagones de aquellos tiempos y las carencias obligadas de todo el pueblo.
Su logro más reciente, el del 2015, representó para sus 173 trabajadores superar en casi dos millones de pesos su plan de producción de 11 millones 684 mil pesos, así como una utilidad superior a los 4 millones 100 mil pesos.
Por todo ello recibieron el reconocimiento del Sindicato Nacional de Trabajadores de Industrias y del ministerio respectivo, así como la confianza de que una vez más alcanzarán la condición de vanguardias nacionales de ese sector.