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Cazadores de sismos

entrevista

Si el día tuviese más horas, también las trabajarían los hombres y mujeres que por los azares de la vida integran hoy el colectivo del Centro Nacional de Investigaciones Sismológicas (Cenais) radicado en la ciudad de Santiago de Cuba. Son hijos, padres y madres de familia que delegan en allegados el cuidado de sus bienes materiales y humanos, para cumplir sus guardias, que desde hace más de una semana resultan bien agitadas en el propósito de reportar la anómala situación sísmica en la ciudad heroína y territorios aledaños.

No podía esperarse menos de un equipo dirigido por el doctor Bladimir Moreno Toirán, quien hizo tiempo entre sus múltiples obligaciones y entrevistas de prensa, para responder el cuestionario que le hicimos llegar vía correo electrónico.

Se habla de la información que ofrece el Centro que usted dirige pero poco se comenta del personal, qué hace en momentos como este.

El Cenais tiene la misión de contribuir a la mitigación del riesgo sísmico en la República de Cuba mediante las investigaciones sismológicas y el monitoreo permanente, las 24 horas, de la actividad sísmica en el territorio nacional. Para ello cuenta con especialistas de diferentes disciplinas: físicos, matemáticos, geofísicos, geólogos e ingenieros civiles. La sismología es una rama que necesita de un equipo multidisciplinario para el desarrollo de las investigaciones básicas y aplicadas.

De 20 científicos, nueve son doctores en Ciencias y ocho másteres. Tenemos tres líneas fundamentales de investigaciones: las básicas en Física de los terremotos, así como estudios de peligro sísmico y gestión de riesgos y de Ingeniería Sísmica. Ç

Se emiten partes diarios al Estado Mayor Nacional de la Defensa Civil sobre el comportamiento de la actividad sísmica, así como boletines semanales y trimestrales. De igual manera se difunden notas informativas para cada uno de los eventos perceptibles o circunstancias anómalas, reforzando la vigilancia con personal altamente calificado a fin de poder dar respuesta a los decisores y realizar oportunas evaluaciones de la situación creada.

¿Es normal en otras partes del planeta donde hay frecuente actividad sísmica que se den tantos movimientos perceptibles o no antes de un sismo de gran intensidad? ¿No es contraproducente informar tan al detalle los no perceptibles que sobre todo en Santiago de Cuba suman cientos? ¿Cuál es el promedio de sismos que anualmente ocurren en Cuba?

Uno de los indicadores usado como precursor de terremotos fuertes es el número de eventos registrados en el tiempo. Es muy frecuente que ante la ocurrencia de un terremoto fuerte comience un incremento repentino de la actividad sísmica en un período muy corto de tiempo. Estadísticamente, tomando como base la sismicidad que ocurre en todo el planeta, se dice que el 70 % de los terremotos de magnitudes mayores a siete tienen premonitores. Estos pueden abarcar varias posibilidades de comportamiento temporal en cuanto al número de terremotos y la energía liberada y pueden durar varios días o meses.

Cuando en la secuencia de eventos no se identifica un terremoto con una magnitud muy por encima a la del resto, digamos con una diferencia de al menos 0.5, se dice que estamos en presencia de un enjambre o serie de terremotos, que es lo ocurrido hasta ahora en Santiago de Cuba. Las probabilidades de que ocurra el evento fuerte son mayores al comienzo de la serie, pero también se ha observado que en algunos casos los terremotos ocurren luego de haber pasado algunos días de aparente calma.

Por otra parte, es bueno aclarar que la ocurrencia de series o enjambres son bastante frecuentes en la sismicidad mundial en comparación con la cantidad de eventos fuertes registrados, por lo que la mayoría de las series no terminan con la ocurrencia de un sismo de gran magnitud. Lo que sucede es que muchas veces se conoce para una zona determinada la deformación acumulada desde la ocurrencia del último terremoto fuerte, y por consiguiente se puede pronosticar la potencialidad de la falla, basada en sus dimensiones y aproximadamente cuán lejos o no estamos de su ruptura.

Cualquier anomalía sísmica en una zona que ya tiene la deformación acumulada necesaria para generar un evento de gran magnitud es motivo de preocupación, tomando en cuenta el carácter cíclico de estos fenómenos naturales. Es por ello que todo lo que se haga en materia de información para elevar la percepción del riesgo a la población es fundamental para salvar muchas vidas.

¿Por eso no puede haber exceso de confianza y descuidar las medidas a una semana de la primera gran alarma?

No se puede bajar la guardia.

¿Cuáles son los terremotos de mayor intensidad percibidos en Cuba?

El primer evento perceptible en Cuba se reporta en Baracoa en el año 1528. Si nos referimos a la ciudad de Santiago de Cuba, esta cuenta con el mayor número de terremotos fuertes que han sido reportados en nuestro país. El primer reporte de uno de gran intensidad en esta ciudad data de 1578, con magnitud estimada de 6.8. Pasada una centuria, el 11 de febrero de 1678, es sacudida por un sismo evaluado de igual dimensión.

El 12 de junio de 1766 ocurre el terremoto de mayor intensidad de los registrados acá, de magnitud apreciada en 7.6, con epicentro cercano a la ciudad de Santiago de Cuba y sentido en casi todo el país, incluyendo la ciudad de La Habana. El segundo de considerable intensidad le sigue el 20 de agosto de 1852 con magnitud estimada de 7.3 y el más recordado del siglo pasado ocurre el 3 de febrero de 1932, con magnitud calculada instrumentalmente de 6.7.

La primera instalación de la red de estaciones del servicio sismológico cubano fue ubicada en Soroa, Pinar del Río, en 1964, seguida de la de Río Carpintero, en Santiago de Cuba, en 1965. Desde esa fecha, en el país se registran como promedio en un año entre 15 y 20 terremotos perceptibles por la población. Entre los más significativos que se han consignado con equipos desde que disponemos de esas estaciones podemos citar el de Pilón (Granma) del 19 de febrero de 1976, con magnitud de 5.7, y el de Cabo Cruz (Granma), del 25 de mayo de 1992, con magnitud de 6.9. Estos dos últimos afectaron el poblado de Pilón y fueron sentidos intensamente en Santiago de Cuba.

Usted enfatiza siempre en la magnitud, ¿qué la diferencia de la intensidad?

La magnitud se calcula a partir de los registros de los terremotos con instrumentos y expresan la energía liberada en el proceso de ruptura de la fuente sísmica.

La intensidad es una escala descriptiva de los daños ocasionados a las personas, las construcciones y el medio ambiente. Esta tiene 12 grados para relatar la fuerza con que se sienten los sismos. El indicador surge por la necesidad de medir el tamaño de esos fenómenos cuando no se contaba con instrumentales sismológicos.

¿Qué importancia le concede a la atención que ha dado el Gobierno cubano a la creación de una red de estaciones y la adquisición de equipamiento y preparación de personal para trabajar en esta ciencia?

Aunque los terremotos no son predecibles es muy importante mantener un constante monitoreo con el uso de la técnica. La mayor parte de los que ocurren en Cuba o cualquier otra parte del mundo son imperceptibles por las personas, pero las estaciones sismológicas sí poseen la sensibilidad para registrarlos. Todos esos eventos nos permiten contar con información para buscar patrones que puedan alertarnos de posibles anomalías sísmicas, las cuales en algunas ocasiones pudieran ser premonitores de un terremoto de gran magnitud.

Gracias a la voluntad política de nuestro país, en la actualidad contamos con 14 estaciones sismológicas de alta tecnología distribuidas en todo el territorio nacional, la mayor parte concentrada en la región oriental. Los registros de todas se transmiten en tiempo real por medio de Internet hacia la unidad central ubicada en la ciudad de Santiago de Cuba. También son incorporadas al análisis las informaciones de estaciones de otras redes internacionales ubicadas en Jamaica, Haití, República Dominicana e Islas Caimán.

¿Por qué ocurren sismos en Cuba, sobre todo en la región oriental?

La costa sur oriental de Cuba se encuentra situada cercana a la frontera de las placas tectónicas de Norteamérica y del Caribe. Este límite está en constante deformación, de aproximadamente un centímetro al año y se enmarca por la fosa tectónica denominada falla Oriente. Todas estas deformaciones o energía acumulada a lo largo de esta grieta durante decenas de años se acomodan principalmente por la ocurrencia de terremotos de gran intensidad. También existen fallas en el interior de las placas; por ejemplo, en la parte central y occidental de nuestro país, las cuales expresan debilidades de la corteza y generan terremotos, aunque con mucho menos frecuencia que los que se generan a lo largo de la falla Oriente.

La Defensa Civil es un sistema al que se integra la estructura económica y política del país. ¿Qué eslabón de esa cadena representa el Cenais?

El Cenais, aunque pertenece al Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, se responsabiliza de mantener constantemente informado al Estado Mayor Nacional de la Defensa Civil sobre el comportamiento de la actividad sísmica en todo el territorio nacional. Por consiguiente forma parte del sistema de aviso que tiene implementado ese órgano ante la ocurrencia de un terremoto de gran intensidad o tsunami que pueda afectar a nuestro país.

¿Podría ocurrir que la alerta está en la zona oriental y temblase la tierra en occidente o centro?

Sí. Los terremotos están ocurriendo constantemente en gran parte del país, incluyendo el centro y el occidente de Cuba. En el año 2014 ocurrieron mucho más terremotos perceptibles en el occidente del país que en la zona oriental.

Según las estadísticas consultadas, luego de que en Haití (2010) ocurrió un sismo de gran intensidad y magnitud, al otro año se ha replicado en Cuba. Como con los huracanes entonces ¿estamos en deuda?

El terremoto del 2010 en Haití alteró el comportamiento de la actividad sísmica en todo el territorio cubano. Solo a pocos días después, el 20 de marzo, se registró en el sector de Santiago- Baconao el terremoto de mayor magnitud (5.6) registrado en esta zona de la falla Oriente en más de 60 años, superado solamente por el de 1947, de magnitud 6.7.

En el 2010 se reportaron alrededor de 40 terremotos perceptibles en Cuba, muy por encima del promedio anual. A partir del 2011 también se incrementó considerablemente la actividad sísmica en el occidente de nuestro país. Los terremotos fuertes en una región determinada se concatenan en el tiempo mostrando una cierta regularidad debido a que las tensiones liberadas, cuando estos ocurren, se transfieren a las zonas cercanas, lo que cataliza la ocurrencia de nuevos eventos en estas áreas.

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