Los grandes eventos deportivos de la contemporaneidad suelen respetar y engrandecer sus jornadas inicial y final, así como otros instantes descollantes de su calendario.
Un fallo a esas instancias dejan no solo un mal sabor en la afición, sino que envían claros mensajes de desorganización, falta de seriedad y cuestionable trascendencia financiera.
La VI Serie Mundial de Boxeo ha suspendido dos de sus tres primeras subseries por cuestiones escuetamente explicadas, lo cual es un muy mal augurio para un certamen que la AIBA intenta vender como el más trascendente de los que organiza cada año.
Los Domadores de Cuba tenían a su cargo la fiesta de apertura el viernes 15 de enero, en el coliseo de la Ciudad Deportiva de La Habana, pero los Otamans de Ucrania anunciaron dificultades para cumplir con ese compromiso.
Ese fenómeno, que no es nuevo en la franquicia ucraniana, se conoció hace varias jornadas, lo cual desplazó hacia Europa el inicio de las acciones.
Entonces lo que pocos podíamos imaginar era que el tope entre Rusia y Argentina, programado en Moscú, sería cancelado horas antes del gong inicial, por razones que la AIBA tampoco ha aclarado lo suficiente.
En definitiva, la sexta edición de la WSB tuvo como pitazo de arrancada el duelo entre los Conquistadores de Turquía y los Dragones de China, cuya principal noticia era el debut de los primeros en la competición.
Los turcos saldaron el duelo con victoria de 3-2 peleas, para beneplácito de los asistentes al Complejo Deportivo Olímpico de Bagcilar.
Las acciones continuarán ahora el 22 de enero, si nuevas dificultades no impiden el avance de una competencia insertada en la preparación de varios equipos con vistas a los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016.
Ojalá estos fiascos no pasen del comienzo y se recompongan para bien de una lid con atractivos indudables.
