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La atención diferenciada de la Central de Trabajadores de Cuba a las personas que cumplen sanción penal insertados en centros laborales se evaluó con mirada crítica en la provincia de Santiago de Cuba durante el desarrollo de un taller dedicado a este tema.
Dirigentes sindicales de base de ocho de los nueve municipios del territorio, reclusos que laboran en el sector estatal y no estatal, representantes del Tribunal y de la Federación de Mujeres Cubanas hablaron sus experiencias en la reeducación de quienes cometieron delitos y ahora aspiran a una plena reincorporación a la sociedad.
En tal sentido resultaron valiosas las intervenciones de jueces de ejecución, secretarios generales de secciones sindicales y muy especialmente aquellos que directamente son objeto de la labor educativa tras la comisión de hechos delictivos y que ahora están incorporados al trabajo y afiliados al sindicato en sectores como Salud, Educación, Construcción, Agricultura, Comunales y por cuenta propia.
Las historias narradas por Dainier Carbonell y Eddy Sánchez, sancionados a 8 y 20 años de prisión, quienes hoy trabajan en el policlínico Camilo Torres, en Santiago de Cuba, y el Jardín de Flores, en Segundo Frente, respectivamente, fueron muy ilustrativas de los modos en que el sindicato puede influir positivamente en los insertados con un adecuado acercamiento, intercambio y representación de esos trabajadores.
Luis Felipe Cisneros, miembro del secretariado provincial de la CTC en Santiago de Cuba resaltó la importancia de tales empeños, en tanto existen aquí 4 mil 775 hombres y mujeres que cumplen sanción desde los centros laborales, siendo la segunda provincia del país con una cifra tan alta.
El propio dirigente destacó también el significativo número de estas personas que se afilian a la organización proletaria en tanto el 96,79 por ciento es miembro de una sección sindical.
Dialogar, intercambiar, buscar soluciones a los problemas es el objetivo del Taller provincial de insertados
