La actual zafra azucarera muestra afectaciones provocadas por el clima, específicamente la sequía de julio y agosto y los niveles de lluvia superiores a la media histórica en los meses de noviembre y diciembre, informaron el domingo directivos del Grupo AzCuba a miembros de la Comisión Agroalimentaria del Parlamento.
Los diputados pertenecientes a ese grupo de trabajo conocieron del atraso en la arrancada de un grupo de centrales en la llamada zafra chica, debido a la poca madurez de la caña, lo que obliga a buscar la mayor eficiencia en otros indicadores.
Orlando Celso García, presidente de AzCuba, informó al respecto que el menor rendimiento industrial provoca, según las previsiones, solo el 1 % más de azúcar en esta zafra con respecto a la anterior, un nivel por debajo del crecimiento de los últimos años.
La zafra que acomete el país se prevé lluviosa a partir de enero y seca después de mayo y junio, según datos meteorológicos, de ahí que exija un accionar eficaz en grado sumo, pues para lograr una tonelada de azúcar habrá que emplear más caña que la prevista.
El análisis de los parlamentarios incluyó las acciones asumidas tras la conclusión de la última contienda, entre ellas la creación de un grupo de trabajo para valorar el tiempo perdido, el mejoramiento de las condiciones laborales, la preparación del personal, los movimientos de cuadros, así como prioridad y entrega en tiempo de los recursos para las reparaciones fabriles.
La diputada Reina Sarmiento, de Báguano, y otros diputados expresaron preocupación por el riesgo de un menor ingreso salarial a los trabajadores, pues la caña la cobran los productores según su calidad. “Aunque podamos moler, si la gramínea no tiene azúcar la cosa se pone difícil”, dijo.
Por su parte, José Antonio Pérez, secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores Azucareros, intervino en el debate y planteó que no podíamos dejarnos vencer por el pesimismo, por lo que convocó a buscar el máximo de disciplina, organización y eficiencia a fin de paliar la falta de azúcar en la caña.
Finalmente se conoció que para garantizar el programa del sector hasta el 2024 se requieren inversiones por 173 millones de pesos anuales en importaciones. Para el 2016 estaban propuestos inicialmente poco más de 186 millones y se aprobaron solo 98 millones, lo que exige la búsqueda constante de alternativas para el necesario financiamiento.
Producto de las inversiones se han incorporado nuevos centrales a la molienda y el año próximo reiniciarán labores el Elpidio Gómez y Quintín Bandera. “Trabajamos en el Colombia y el Panamá, por lo que nos quedaría para el 2017 el Washington y quizás el Ignacio Agramonte”, indicó el titular de AzCuba.
