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¿Alcanzó el amor?

 Foto: tomada del portal de la Televisión Cubana
Foto: tomada del portal de la Televisión Cubana

 

Si el éxito de una telenovela es interesar hasta el punto de que buena parte del público esté al tanto de sus peripecias, entonces  Cuando el amor no alcanza ha sido una telenovela exitosa. A lo largo de las semanas que estuvo al aire no tuvo prácticamente  puntos muertos: siempre hubo  puntos de giro, tramas en vilo,  golpes de efecto…

Ayudó mucho que la historia  estuviera ambientada en una  Cuba perfectamente reconocible,  con la que la teleaudiencia pudo  identificarse, más allá de que no  hubiera zambullidas arriesgadas  en el contexto. (Insistimos en que  las telenovelas, para cumplir su  cometido, no necesariamente  tienen que comprometerse con  la más polémica agenda pública;  basta con que sean verosímiles  y que no se permitan posiciones  reaccionarias).

De acuerdo, a Cuando el  amor… no le faltaron sucesos,  pero sí una base sólida, una  idea que sustentara el argumento. Se movía, en buena  medida, a partir de los dimes  y diretes de un vecindario. Algunos creerán que es un presupuesto perfectamente legítimo  y ahora mismo no vamos a rebatir esa percepción.

Foto: tomada del portal de la Televisión Cubana

 

Sí nos parece que con ella ha  pasado lo que suele suceder  con buena parte de las producciones del patio: la puesta en  pantalla no ha estado a la altura, ha faltado vuelo, factura,  profesionalidad… La lista de  puntos débiles es larga: desniveles entre los estándares del  estudio y los exteriores, fotografía elemental, ambientación  mediocre, insuficiente (por no  decir inexistente) dirección de  actores, iluminación plana…

La mayoría de estos problemas  pueden ser achacados a la dirección, pero uno se queda pensando: ¿Hasta qué punto el entramado de la producción incide en  muchos de estos acápites? Dinero hay poco, eso se sabe, pero ¿se  aprovechan bien los recursos?  ¿Fluyen todos los mecanismos?

Está claro que los guionistas,  las buenas historias, tienen una  importancia cardinal en la recuperación, en la buena salud  del dramatizado televisivo nacional. Pero con malas puestas  no vamos a llegar a ningún lado, mucho menos en tiempos de apabullante panorama audiovisual.

Puede ser que lo que cuentan algunas de nuestras telenovelas llegue a interesar a un público universal… pero,  ¿creen que un producto con la  factura de Cuando el amor…  pueda competir más allá de la  Televisión Cubana? ¿Por qué a estas alturas nuestro referente  de calidad sigue siendo Pasión  y prejuicios?

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