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Sobreconsumo de paciencia

No es la primera vez que publicamos en esta sección quejas relacionadas con desmesuradas facturas derivadas de lecturas de relojes contadores eléctricos. Esta vez, desde Holguín, nos escribe la doctora Liudmila Planche Walter, vecina de la calle Oriente No. 28, en la localidad de Marcané, municipio de Cueto, para compartir los desencuentros con la empresa eléctrica (Obe) de su localidad.

Un consumo de 409 kilowatts en julio del 2015, equivalente a 295 pesos con 20 centavos, asombró a la remitente. Afirma que en poco más de un año que lleva viviendo con su esposo y su bebé, nunca pasaron de los 256 kilowatts al mes.

Aunque parezca incierto y poco creíble, dice, en mi hogar nada más tengo una hornilla eléctrica, tres lámparas de 20 watts, un bombillo ahorrador, un refrigerador, una batidora y dos ventiladores. Con esos equipos es imposible tal consumo y menos sin haber recibido visitas, ni cambiar nuestro estilo de vida, recalca.

Reclamó a la entidad y el jefe comercial le comunicó que a la semana siguiente iría con el inspector para comprobar el estado del metro contador. El especialista se presentó a los pocos días y según ella cuenta, no quiso entrar a comprobar los equipos, ni revisar las instalaciones.

Examinó el metrocontador que se encuentra en el portal y certificó que estaba en perfectas condiciones.

Ante la petición de la remitente de cambiarlo aseveró que era innecesario, se excusó por no poder “hacer nada por ella” y la exhortó a pagar la factura.

Aún inconforme, después de abonar el monto del recibo, la doctora Planche Walter acudió a la sede de la Asamblea Municipal del Poder Popular, donde la atendió amablemente un funcionario, que identifica como Carlitos.

“Me escuchó y aseguró que ese consumo era muy elevado para los equipos con que cuento y por ende mucho dinero a pagar, por lo que gestionaría una nueva visita del personal de la Obe”.

Pero la nueva inspección nunca sucedió y por eso retornó para hablar con el mismo funcionario del gobierno municipal, quien la oyó asombrado, pues daba “el caso como cerrado con una evolución satisfactoria”. Le prometió que los inspectores irían sin falta y el 8 de septiembre, fecha de su misiva a Buzón abierto, seguía sin noticias de ellos.

Su desaliento es ostensible en la misiva, cuando agrega que el consumo del mes de agosto también le llegó elevado. “Equivale a 101 pesos, confiesa, ya perdí las esperanzas de una respuesta profunda de ambas instancias. Solo me quedan ustedes para que se reflexione acerca del tema del consumo eléctrico y el deficiente manejo que hace la Obe de los problemas de sus consumidores”, concluye.

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