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Hay que mirar hacia Martí

Foto Roberto Carlos Medina
Foto Roberto Carlos Medina

Resumir en pocas líneas 20 años de incansable labor de la Sociedad Cultural José Martí (SCJM) es casi una proeza. Baste su nombre para entender la noble misión que asumieron, desde 1995, de promover, a partir del ideario del Apóstol y de su vida, los valores éticos del pensamiento cubano y estimular el debate en torno a nuestra cultura y los elementos que conforman la identidad nacional.

A la luz del nuevo aniversario, este 20 de octubre, Día de la Cultura Nacional, Gustavo Robreño Dolz, vicepresidente de la SCJM, conversó con Trabajadores sobre logros y desafíos.

Los fundadores, “un grupo de intelectuales encabezado por Armando Hart Dávalos, su presidente, Roberto Fernández Retamar, Eusebio Leal Spengler, Carlos Martí Brenes, Abel Prieto Jiménez, Enrique Ubieta Gómez, Cintio Vitier Bolaños, llegaron a la conclusión de que era necesario retomar con más fuerzas las ideas de Martí, y decidieron organizar una sociedad que sirviera como instrumento de movilización social al pensamiento martiano, tanto en Cuba como en el exterior y que no fuera un órgano estatal”, explicó.

Actualmente con más de 13 mil miembros, agrupados en cerca de 900 clubes martianos (CM) —nombrados así en homenaje a las estructuras de base que creara el Héroe Nacional en el Partido Revolucionario Cubano— en centros de trabajo, estudio, unidades militares y comunidades de todo el país, la SCJM tiene claro que su prioridad es el trabajo con los niños, adolescentes y jóvenes.

“Debemos buscar formas más creadoras y atractivas, dentro del nuevo entorno de la tecnología y el uso de Internet, para llegar a su comprensión, a su convencimiento. Pienso que Martí tiene extraordinarias posibilidades para avanzar por ese camino porque es una figura multifacética”, señaló Robreño.

Gustavo Robreño, Vicepresidente de la Sociedad Cultural de José Martí. Foto Roberto Carlos Medina

“Yo vengo de todas partes/ Y hacia todas partes voy”

Las líneas de trabajo de la SCJM, entre otras, incluyen la promoción de nuestros valores culturales; el estudio del pensamiento martiano, latinoamericano y cubano; el reconocimiento social a personalidades e instituciones destacadas en la difusión de la obra del Maestro y la labor comunitaria.

Múltiples eventos, talleres, concursos, conferencias, peñas, exposiciones artísticas, se celebran en las diferentes filiales provinciales, con el apoyo de las autoridades locales y las direcciones de Cultura.

Como proyectaron sus creadores, el quehacer de la institución traspasa las fronteras nacionales y las barreras idiomáticas. “En el exterior suman más de 50 los CM, en 30 naciones —apunta Robreño—, lo cual permite la realización de la Jornada Cultural Martiana en países como España, Argentina, Suecia, China, y la inauguración de monumentos y bustos dedicados al héroe en Guatemala, Brasil, Grecia, Turquía, China, Ecuador, etcétera”.

También es motivo de orgullo que posee un estatus consultivo especial en el Consejo Económico Social de las Naciones Unidas (Ecosoc) y es miembro del Consejo para la Educación de Adultos de América Latina (Ceaal).

Pero sin lugar a duda, “el logro más grande que tenemos, junto a las demás instituciones martianas, es que conseguimos identificar y establecer definitivamente a José Martí como una figura de la Revolución cubana y no permitimos que fuera manipulada, ni robada por el enemigo, a pesar de sus intentos. Cada vez más puede apreciarse la similitud entre las ideas de Martí y nuestro pensamiento actual”, valoró.

La SCJM es ya por derecho indispensable para la sociedad cubana. En los momentos actuales, ¿qué importancia le concede al estudio del pensamiento martiano?

Después de Cuba, el país donde más vivió José Martí fue en los Estados Unidos, casi 15 años. Se dedicó a analizarlo y comprenderlo, y su genialidad le permitió llegar a conclusiones que se adelantaron casi un siglo a lo que iba a ocurrir.

Precisamente por ser un estudioso de esta nación y haber escrito valiosas páginas de su ideario con respecto a ella, cuando examinamos sus obras, por lo general, vemos que toda su prédica y advertencia alrededor del tema de los Estados Unidos se ha ido cumpliendo paulatinamente.

Por lo tanto, su pensamiento, vida y obra constituyen un elemento de principalísima importancia, no solo para la defensa de la Revolución, sino también de nuestra identidad, la cultura, la independencia, la soberanía y, para hacerlo con todo el valor y la inteligencia que eso requiere, hay que mirar hacia Martí hoy más que nunca.

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