La sociedad cubana es laica. En ella hay cabida, en igualdad de condiciones, para múltiples expresiones de la fe religiosa y también para los no creyentes. Predomina la llamada “religiosidad popular”, compuesta fundamentalmente por elementos del cristianismo, las religiones cubanas de origen africano y el espiritismo. En ella se expresa el mestizaje y la transculturación que definen la nacionalidad.