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En la base está la esencia

Resulta preciso conocer qué piensan los trabajadores en la fábrica, en el taller, conocer sus problemas y tratar de encontrar las posibles soluciones. | Foto: Modesto Gutiérrez, AIN

Resulta preciso conocer qué piensan los trabajadores en la fábrica, en el taller, conocer sus problemas y tratar de encontrar las posibles soluciones. Foto: Modesto Gutiérrez, AIN

Hay acciones que no pueden “esperar a mañana” y requieren ser atendidas sobre la base de la conceptualización teórica lógicamente, pero con la prioridad debida en la práctica cotidiana.

Así debe suceder con la vinculación de los dirigentes del movimiento sindical con la base, donde radica y late el sentir de los trabajadores.

Ese asunto medular se trató con profundidad en el XX Congreso de la CTC y resulta analizado en muchos encuentros donde valoran el funcionamiento, la capacitación y el propósito de representar adecuadamente a quienes laboran en los diferentes sectores económicos y sociales del país.

Como resultado del proceso de renovación y/o ratificación de mandatos, previo a las sesiones finales de la más importante reunión de los trabajadores cubanos, efectuada en febrero del 2014, y como parte del imprescindible fortalecimiento de las estructuras sindicales, muchos de los dirigentes electos en la base ocuparon sus responsabilidades por vez primera y obviamente, la falta de experiencia deviene hándicap para la realización adecuada de sus funciones.

Pueden cursar escuelas de capacitación y asistir periódicamente a talleres y encuentros en los que adquieren conocimientos básicos, pero nada podrá sustituir el asesoramiento directo, en el propio centro, en la cotidianidad, y específicamente durante la preparación y realización de las asambleas de afiliados o de representantes, y en otras muchas actividades que ejecutan las secciones y buros sindicales.

Más de una vez he escuchado decir que a quienes dirigen en los colectivos laborales no puede dejárseles solos en ninguna circunstancia, máxime cuando existan problemáticas complejas, como conflictos con la administración, reclamaciones, auditorías con malos resultados, ocurrencia de hechos de corrupción o delictivos, procesos de reordenamiento laboral…

Para los dirigentes de los sindicatos y la CTC en los municipios, las provincias y la nación, vincularse con la base constituye, además, un ejercicio de retroalimentación a fin de conocer con exactitud cómo se materializan los objetivos de trabajo y los principios fundamentales de la organización y para saber de primera mano qué piensan los trabajadores, dónde radican los problemas y cuáles son las causas y posibles soluciones. Vista hace fe.

Cuentan los que estuvieron cerca de Lázaro Peña González, líder de la clase obrera, que cuando visitaba un centro, antes de saludar y reunirse con los directivos de la administración, dialogaba con los trabajadores en sus propios puestos, se interesaba por los problemas colectivos y personales, y escuchaba atentamente a cada uno. Ese es el método esencial de vinculación con la base.

En múltiples ocasiones, mientras laboraba en un periódico provincial del centro del país, acompañé a Luis Martell Rosa, quien fuera por varios años secretario general del Sindicato Nacional Azucarero e integra el actual Consejo Nacional de la CTC, en recorridos por centrales y plantaciones cañeras. Dialogaba con los obreros, preguntaba una y otra vez por las dificultades y después, con conocimiento pleno de causa, hacía los razonamientos pertinentes con los directivos.

La fórmula para vincularse con la base está definida y el método de esos líderes debe guiar las acciones en ese sentido de quienes tienen hoy la responsabilidad de dirigir en el movimiento sindical.

Hipotético resultaría pensar  que desde una oficina, detrás de un buró, pueda conocerse y dominarse la realidad existente en un colectivo de determinado sector, solo con leer las actas de las reuniones o conversar con el secretario general del buró o la sección sindical una vez al mes. Ese proceder lindaría con el siempre dañino burocratismo y establecería un divorcio entre las estructuras de la propia organización.

Los planes de trabajo de cada cuadro sindical deben tener contempladas visitas, recorridos y encuentros en la base. Eso tiene que ser chequeado, exigido y controlado.

Es conocido que existen dificultades serias con los medios de transportación en sindicatos y direcciones de la CTC y que hay colectivos laborales distantes y hasta en sitios muy intrincados, pero hay que buscar y encontrar alternativas para materializar el propósito esencial de hacer de la vinculación con los colectivos una fortaleza del trabajo.

El artículo 17, del capítulo IV de los Estatutos de la CTC, subraya que la estructura fundamental de un sindicato lo constituyen las organizaciones de base.

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