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Sonando en Cuba: Buen espectáculo

Está claro que a Sonando en Cuba (Cubavisión, domingos, 8:30 p.m.) no le faltan detractores, mucha gente ve en la producción de RTV solo la copia de los concursos devenidos reality shows  que suelen presentar tantos  canales “de afuera”. Y sí, bien  mirado el programa que dirige  Rudy Mora tiene muchos puntos  en común con esas propuestas,  tanto desde el punto de vista formal  como desde la concepción  misma de la competencia.

Pero la pregunta es: ¿quién  ideó el formato? ¿Alguien puede alegar derechos de exclusividad?  Sonando en Cuba tiene  que ver, claro, con American Idol  y  Operación Triunfo; pero también con La Suprema Corte del Arte y más recientemente Todo el mundo canta, que fueron programas  muy cubanos.

Convengamos en que nuestro  público (que por medios alternativos ve hace rato programas  extranjeros por ese estilo) estaba reclamando hacía mucho un  concurso para nuevos talentos  de la música. Se imponía, no se  puede vivir de espaldas a esquemas de consumo establecidos.

Sonando… es una propuesta  más que digna, que de muchas  maneras renueva la estancada visualidad de casi todos los  musicales de nuestra televisión.  Aquí, es evidente, hay un sentido  del espectáculo que no abunda.

La apuesta por la música popular bailable cubana es un acierto, aunque el espectro parece  estrecho: también contamos  con una rica tradición en la canción, por ejemplo; contemplar  esa vertiente hubiera sido excelente.  Pero al menos aquí se  hace honor al gran patrimonio  nacional, y esa ya es una apuesta respetable.

Sonando en Cuba habrá que dedicarle más espacio en estas páginas. Apuntemos, eso sí, dos puntos polémicos:

Aunque en las últimas entregas se ha ganado tiempo en la  edición, todavía hay más parafernalia de la cuenta antes del  pollo del arroz con pollo, o sea,  la interpretación de los concursantes. Demasiadas entrevistas,  castings, carreteras, pruebas de  cámara… Haría falta más música y menos crónica.

Y segundo: la estructura para  la calificación  puede llegar a ser  injusta. Con esa decisión de que  cada día pasen dos y no clasifiquen dos puede darse el caso  (y se ha dado) de que un día se  quede fuera alguien que hubiera  recibido más puntos que los clasificados de jornadas anteriores.  Mejor hubiera sido que compitieran todos contra todos.

Pero demos tiempo, a Sonando  en Cuba, todavía le quedan varias  semanas…

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