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Reabre el Lázaro Peña

La Compañía La Colmenita durante una de sus actuaciones en el Lázaro Peña. Ahora tendrá a su cargo el espectáculo de reapertura de la sala como parte del evento Habanarte. Foto: Roberto Carlos Medina
La Compañía La Colmenita durante una de sus actuaciones en el Lázaro Peña. Ahora tendrá a su cargo el espectáculo de reapertura de la sala como parte del evento Habanarte. Foto: Roberto Carlos Medina

 

Luego de un breve, pero trascendental período de reparaciones en su tabloncillo,  que incluyó el rescate del  foso para la actuación de las orquestas, el venidero viernes 4 de septiembre, a las 7:00 p.m. el Complejo Cultural Teatro Lázaro Peña, de la CTC,  reinicia su programación habitual  con la presentación de la prestigiosa  compañía de teatro infantil La Colmenita en el espectáculo Los mejores  momentos, bajo la dirección artística  de Carlos A. Tin Cremata, con el cual  igualmente abre sus puertas, como  sede de Habanarte, el mayor festival  de las artes en Cuba.

El escenario de la gran familia cubana, como justamente se le denomina a este coliseo por su amplia  inserción en el ambiente cultural  de las populosas barriadas de los  municipios de  Centro Habana, La  Habana Vieja, Cerro y Plaza de la  Revolución, circundantes a él, fue  oficialmente inaugurado en octubre del año 1963 por el Capitán de  la clase obrera Lázaro Peña, con el  propósito de servir de sede a diversos eventos del movimiento sindical  y también abrir una puerta a sus  afiliados hacia el vasto camino del  arte. Hoy constituye una de las mejores salas de la capital con capacidad para 3 mil 380 lunetas.

Un anhelo de quienes laboran en esta instalación adjunta al Palacio de los Trabajadores (Desagüe, entre San Carlos y Márquez González, Centro Habana), siempre fue la rehabilitación del foso —cerrado (¿?) tras una  de sus reparaciones capitales—, necesario para los acompañamientos  de las orquestas a los diferentes tipos  de espectáculos que exigen esta condición, como las funciones de ballet,  ópera y zarzuela, entre otras, imposibles de programar allí por tales inconvenientes y que a partir de ahora  pueden contar con esta importante plaza, en la cual también es preciso cambiar sus ya envejecidas y deterioradas alfombras.

“Formamos una familia unida, presta a contribuir en lo que sea necesario para mantener la vitalidad del teatro”, asegura Elvira García Chiullán. Foto: Roberto Carlos Medina

 

“También se acometió la reparación de algunas zonas del escenario que presentaban hundimientos,  además de la sustitución de todas las  vigas madres que sostienen esa estructura. Para ello contamos con el  interés  de  la  CTC,  la  cual  designó  un presupuesto que hizo posible tan  ineludible reconstrucción, incluidas  las tareas de pintura de toda el área”,  dijo Elvira García Chiullán, subdirectora técnica artística.

Tanto Elvira como la joven especialista en relaciones públicas, Sara  Mancebo Ortega, sienten particular  emoción por la próxima apertura de  este lugar al que aseguran amar “no  solo por su grandiosidad cultural,  sino también por la historia que en él  se acumula desde el año 1959, cuando  aún sin concluir presentó espectáculos artísticos dirigidos al pueblo, entre ellos el organizado  para los campesinos que acudieron a La Habana  en apoyo a la Reforma Agraria”.

En recordación a Lázaro Peña, líder sindical que siempre apostó por el  arte y la cultura para bien de la formación integral y del enriquecimiento espiritual de la clase obrera y del  pueblo, el 29 de mayo de 1974, luego de  su muerte, el coliseo pasó a llamarse  con su nombre. Varios años después  estuvo cerrado durante mucho tiempo  hasta que, tras una reparación capital  que le devolvió su esplendor, reabrió  con nuevos aires.

Amén de los congresos, reuniones y otros encuentros sindicales y políticos que han tenido como sede esta moderna sala, por su tablado han pasado  importantes figuras de la música popular cubana, así como espectáculos  teatrales, de variedades, danza, cine  y aficionados de diferentes manifestaciones del arte.  Su cálida convocatoria para disímiles tipos de espectadores igualmente ha sido elogiada por  reconocidas personalidades de todo el  mundo que han actuado allí “en funciones gratuitas, por invitación o a precios módicos, como forma de ma terializar las ideas originarias de este lugar. Festivales incluso con artistas aficionados de prisiones, también han sido realizados en este lugar”, dijo Sara.

LSotomayor Díaz, brocha en mano, trueca sus funciones de jefe de escena por la de pintor en la reconstrucción del foso. Foto: Roberto Carlos Medina

 

“No solo nos hemos acercado estrechamente a las comunidades, sino  también se hace  notar la excelente  relación que actualmente existe entre  el teatro y la CTC con los artistas y las diferentes empresas del Instituto  Cubano de la Música y de la Televisión Cubana que prefieren este lugar  para muchos de sus espectáculos. Administrativamente no pertenecemos  al Ministerio de Cultura, pero mantenemos una programación en total correspondencia con la política cultural  que rige en nuestro país”, aseveró Elvira.

La carismática subdirectora puntualizó que en el coliseo laboran unos 60 trabajadores, conformados por alrededor de 20 técnicos,  además de los gastronómicos que se  desempeñan en la cafetería, el café  teatro y el protocolo, quienes junto  al personal administrativo “formamos una familia unida, presta a  contribuir en lo que sea necesario  para mantener la vitalidad del teatro”.

Durante nuestra visita hallamos a varios de los integrantes del colectivo en la terminación del foso, entre ellos a Miguel Sotomayor Díaz,  jefe de escena, en la pintura de esa  área: “Queremos —dijo— que para  su próxima apertura nuestro teatro  reluzca”.

Las labores de reparación del escenario estuvieron a cargo de una brigada de tres carpinteros encabezada por Marbys Parra Rizo, trabajador contratado por la Empresa  Agropecuaria Bacuranao, quien  aseguró que lo “más difícil fue el  cambio de las vigas madres y el develamiento y posterior habilitación  del foso. Lo logramos en tiempo récord, gracias al apoyo de los trabajadores del centro”.

Faltan pocos días para que nuevamente se descorran las cortinas  del teatro Lázaro Peña, un lugar  querido por los habaneros, quienes  allí siempre han encontrado gratos  momentos de esparcimiento espiritual mediante la sistemática programación de lo mejor del arte cubano.

El foso, casi listo, prontamente acogerá a los músicos de las orquestas acompañantes. Foto: Roberto Carlos Medina

 

Programación para el mes de septiembre

– Evento Habanarte con la presentación  de  La  Colmenita  y  su  espectáculo  Los mejores momentos, viernes 4 y sábado  5  (7:00 p.m.)  y  domingo (11:00 a.m.).

– Celebrando el Grito de Dolores en la Isla de la Libertad, intercambio  cultural de la Orquesta Sinfónica  Juvenil de la Universidad Autónoma de Zacatecas, México, y la Banda de Conciertos del Conservatorio de Música Paulita Concepción, de La Habana, miércoles 16, 7:00 p.m.

– Espectáculo humorístico Supercash, con Rigoberto Ferrera, sábado  19, 8:30 p.m. y domingo 20,  5:00 p.m.

– Concierto aniversario 30 de Yoruba  Andabo. Jueves 24, 8:30 p.m.

– Espectáculo infantil del payaso Re- freskito y su compañía de payasos.  Domingo 27, 11:00 a.m.

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