Una ciudad y un país (+ Fotos)

Una ciudad y un país (+ Fotos)

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Foto: Miguel Rubiera Justiz
Foto: Miguel Rubiera Justiz

 

Al amparo de las circunstancias y de fechas en el calendario,  Santiago de Cuba recibe por estos días un aluvión de miradas, de piropos, de amores.

Tanto sentimiento desparramado de las más diversas formas confirma lo que significa la ciudad para esta nación, no porque sea mejor, u ostente superior lucimiento, ni porque tenga más que otras, a esta tierra, con nombre de Santo y apellido de país, como diría un amigo, se le quiere por ser símbolo.

La séptima villa fundada por los españoles, la primera capital del archipiélago, es sin dudas extracto de cubana, resumido en las palabras del compañero Fidel Castro el día en el que le fueron conferidos a Santiago de Cuba el Título de Ciudad Heroína y la Orden Antonio Maceo.

“A ti te honramos especialmente hoy, y contigo a todo nuestro pueblo, que (…) se simboliza en ti. ¡Que siempre sean ejemplo de todos los cubanos tu heroísmo, tu patriotismo y tu espíritu revolucionario! ¡Que siempre sea la consigna heroica de nuestro pueblo lo que aquí aprendimos: Patria o Muerte! ¡Que siempre nos espere lo que aquí conocimos aquel glorioso Primero de Enero: la victoria! ¡Gracias, Santiago!”.

Sin dejar de ser agradecida por cada frase y cada gesto, multiplicados por estos días de cumpleaños 500 y de conmemoración del 62 aniversario del asalto a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, esta porción de Caribe, personificada en los santiagueros y santiagueras, tiene claro que todavía es largo el camino.

Si bien el apego a la historia, a su pasado y presente la enorgullece e inspira, es por el futuro por lo que más apuestan ella y su gente.

Así ha sido siempre, y cada generación de los nacidos en este terruño, o de los que llegaron y se prendaron de sus embrujos, se ha empinado sobre el pedestal de su antecesora.

Iluminados por esa manera de actuar vivieron y viven los más notables hombres y mujeres de aquí, y también quienes desde el anonimato se han entregado a la obra común.

Así se fraguó la hidalguía de los Maceo Grajales, con Antonio y José en los más alto; así plantó banderas Mariana y destronó por siempre el pesimismo con su “no aguanto lágrimas”; de tal modo se trasmutó en osadía el patriotismo de Frank, de Josué, de Renato, de Vilma, de Otto, Tony, Pepito…

Cada uno y tantos más, a la usanza martiana, han sido ara.

También lo son aquellos que cotidianamente configuran el Santiago del mañana, los mismos que con base en el trabajo van desdibujando los destrozos causados por el huracán Sandy, y buscan los más impensados resquicios para paliar la sequía, dos situaciones extremas que en poco más de 24 meses lastran con sus secuelas al territorio

Por eso, aún cuando se alegra el alma con las más de 200 obras inauguradas en el contexto de las celebraciones de julio, los de aquí tienen claro que el alto en el camino sirve para renovar las fuerzas pues es grande e intenso lo que resta por hacer.

Hay que aguijonear más la productividad del trabajo de manera tal que alcance valores que permitan una subida en el salario medio, entre los más bajos del país; es preciso incrementar el ritmo y la calidad en la construcción de viviendas a sabiendas de que miles de familias damnificadas por el huracán y otras de barrios precarios, aguardan por una casa; hay que concretar planes productivos y de servicios que redunden en mayor calidad de vida de santiagueros y santiagueras.

Entonces que nadie crea que después de estos intensos días de julio sobrevendrá el regodeo en las glorias pasadas y presentes, no es tal el espíritu de esta a la que Martí llamó “la infatigable Santiago”, mucho menos de su gente.

En ese empeño el movimiento sindical tendrá que asumir un rol protagónico en la eficaz representación, movilización y estimulación a trabajadores estales y no estales, pues queda demostrado que solo con el esfuerzo de todos es posible concretar cualquier aspiración.

Camino al futuro, muchas pueden ser las motivaciones e inspiraciones personales y colectivas a las que echarles mano para comenzar a descontar, comenzando por el 501, los nuevos años de prosperidad y larga vida para la ciudad y quienes la habitan, una de ellas se asume ya por tantísimos santiagueros y santiagueras, es justamente una frase dicha por Fidel desde el balcón del Ayuntamiento el día primero de enero de 1959, pero que, a juzgar por cada palabra, pareciera pronunciada un día como el de hoy.

“Esta tierra es sitio ideal para enrumbar los hilos de la historia, (…) tengo el presentimiento de que no se sabe fallar en Santiago de Cuba”.

Foto: José R. Rodríguez Robleda
Foto: José R. Rodríguez Robleda
Foto: José R. Rodríguez Robleda
Foto: José R. Rodríguez Robleda
Foto: José R. Rodríguez Robleda
Foto: José R. Rodríguez Robleda
Foto: José R. Rodríguez Robleda
Foto: José R. Rodríguez Robleda
Foto: José R. Rodríguez Robleda
Foto: José R. Rodríguez Robleda
Foto: José R. Rodríguez Robleda
Foto: José R. Rodríguez Robleda
Foto: José R. Rodríguez Robleda
Foto: José R. Rodríguez Robleda
Foto: José R. Rodríguez Robleda
Foto: José R. Rodríguez Robleda
Foto: José R. Rodríguez Robleda
Foto: José R. Rodríguez Robleda
Foto: José R. Rodríguez Robleda
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Foto: José R. Rodríguez Robleda
Foto: José R. Rodríguez Robleda
Foto: José R. Rodríguez Robleda
Foto: José R. Rodríguez Robleda

 

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Un comentario en Una ciudad y un país (+ Fotos)

  1. La verdad que esta bella, espero estar pronto por allá para observar aun más. FELICITACIONES a ese pueblo que una vez más demuestra que Santiago sigue Siendo Santiago

    Saludos desde Holguín

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