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La memoria histórica no debe ser olvidada

Foto: José Raúl Rodríguez Robleda
Foto: José Raúl Rodríguez Robleda

 

Discurso pronunciado por José Ramón Machado Ventura, segundo secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros, en el acto por el  aniversario 62 del asalto a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes; Ciudad Escolar 26 de Julio, Santiago de Cuba, el 26 de julio de 2015, “Año 57 de la Revolución”.

(Versiones Taquigráficas-Consejo de Estado)

Compañero Raúl;

Compañeros moncadistas y expedicionarios del yate Granma;

Santiagueras y santiagueros;

Compatriotas:

En un día como hoy, nuestro primer pensamiento va dirigido al líder histórico de la Revolución Cubana, el compañero Fidel Castro Ruz (Aplausos), cuya vida y obra revolucionaria están estrechamente vinculadas con esta ciudad heroína.

Conmemoramos el aniversario 62 del asalto a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes cuando nuestra querida Santiago de Cuba está celebrando su aniversario 500.  Esta ciudad heroica, escenario de una larga y azarosa historia, nos convoca a la festividad y a la reflexión a todos y cada uno de los nacidos en tierra santiaguera y en cualquier otro rincón de nuestra patria.

Las palabras de ayer del compañero Eusebio Leal en la Asamblea Solemne del Poder Popular de esta ciudad acerca de los cinco siglos de existencia de Santiago de Cuba, me eximen de dar detalles históricos.

Sin embargo, no puedo dejar de expresarles cuánta emoción siento al evocar que en estos lugares los aborígenes de Cuba enfrentaron a los conquistadores españoles y que, muy tempranamente, los africanos realizaron la rebelión de los esclavos cobreros en las minas de Santiago del Prado.  Por ello no es casual que uno de los municipios de esta provincia lleve por nombre Guamá y que en El Cobre se levante el Monumento al Esclavo Rebelde.  Aborígenes y africanos iniciaron en estas tierras orientales las tradiciones de rebeldía que luego fueron acogidas y multiplicadas por el Ejército Libertador y más tarde por el Ejército Rebelde.

Tampoco es posible dejar de recordar que esta ciudad fue cuna de muchos de los protagonistas de nuestra historia; aquí yacen los restos gloriosos de Mariana Grajales, la madre de los Maceo; de Carlos Manuel de Céspedes, el Padre de la Patria; de José Martí, el autor intelectual de las acciones del 26 de julio de 1953; de un numeroso grupo de participantes en el asalto al cuartel Moncada y el alzamiento del 30 de Noviembre; de Frank País y una pléyade de hombres y mujeres de diferentes generaciones que entregaron sus vidas por alcanzar la libertad y la independencia de Cuba, por defender su soberanía y por contribuir generosamente a la emancipación de otros pueblos hermanos.  Patriotas e internacionalistas reposan unidos en Santa Ifigenia.

La provincia santiaguera se relaciona con el recuerdo de la digna Protesta de Baraguá y con el lugar de donde partió el contingente invasor al mando del mayor general Antonio Maceo, para llevar la guerra hasta los confines de Pinar del Río.

Aquí radicó parte del II Frente Oriental Frank País y el Tercer Frente Doctor Mario Muñoz, así como ha sido fragua y cantera de innumerables acciones revolucionarias.

La memoria histórica no debe ser olvidada, en ella, al decir de Fidel, está el sostén de nuestros valores, de nuestra ideología y de nuestra conciencia. Trabajemos para que las actuales y futuras generaciones de cubanos mantengan por siempre vivo el legado glorioso y digno de los próceres de la Patria, ellos son paradigmas de la nación.

Quienes sintieron y vieron a esta ciudad al siguiente día del paso del huracán Sandy y la ven hoy, tienen que repetir las palabras que expresó el compañero Raúl en las conclusiones de la última sesión de la Asamblea Nacional —y cito—:  “No hay nada imposible para un pueblo unido, como el nuestro” —fin de la cita.

La voluntad, la energía, la disposición y la destreza de los santiagueros y de sus dirigentes para enfrentar la devastación de Santiago de Cuba, solo son posibles en una Revolución como la nuestra y en esta Isla que cuenta con amigos en todo el mundo, como Venezuela y  Ecuador, al igual que muchos otros países que con su ayuda solidaria y desinteresada contribuyeron a la extraordinaria restauración de esta ciudad (Aplausos). En nombre de los cubanos, les reiteramos a todos el eterno agradecimiento por tan noble gesto.

Seguros estamos de expresar el sentir de nuestro pueblo, al trasmitir en su nombre, en el de la dirección de nuestro Partido y especialmente de Fidel y de Raúl, la más calurosa felicitación a las santiagueras y santiagueros, a los dirigentes del Partido, el Gobierno y las organizaciones de masas y sociales de la provincia, encabezados por el compañero Lázaro Expósito (Aplausos), a quien es justo reconocer la consagración a la misión encomendada y su contribución a los resultados alcanzados.

Santiago ha demostrado que, sin perder su hospitalidad, continúa siendo rebelde y heroica (Aplausos). A ello habría que agregar que tampoco puede renunciar a ser, como convocó Raúl —y lo acaba de señalar en su intervención el compañero Lázaro—, una ciudad cada día más bella, higiénica, ordenada y disciplinada (Aplausos).

Hace apenas diez días concluyeron el V Período Ordinario de Sesiones de la VIII Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular y el XI Pleno del Comité Central del Partido.  En ellos se debatieron los puntos cardinales de nuestro quehacer, y los problemas y dificultades que enfrentamos con la voluntad expresa de resolverlos.

En sus palabras ante la Asamblea Nacional del Poder Popular, el General de Ejército Raúl Castro Ruz, hizo un breve repaso de la política exterior de nuestra Revolución en el presente año; a lo anterior solo debo añadir que el pasado 20 de julio, con el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos, culminó la primera fase del proceso iniciado el 17 de diciembre del pasado año. Comienza ahora un largo y complejo camino hacia la normalización de las relaciones bilaterales que incluye, entre otros aspectos, el cese del bloqueo y la devolución de la Base Naval de Guantánamo (Aplausos).

En días recientes concluyó el X Congreso de la Unión de Jóvenes Comunistas, donde se conjugaron experiencias, métodos y formas de trabajo, que sin dudas perfeccionarán la labor de esta organización y le darán un mayor protagonismo en las principales tareas que acomete nuestra Revolución.

Nos encontramos a solo nueve meses de la celebración del VII Congreso del Partido, evento que nos permitirá pasar balance a la implementación de los Lineamientos de la Política Económica y Social y a los Objetivos de la Primera Conferencia Nacional del Partido, así como proyectar su labor, en aras de continuar la construcción de nuestro socialismo, próspero y sostenible.

Compañeras y compañeros:

El 26 de Julio ha pasado a ser una fecha histórica en los anales de la larga y heroica lucha de nuestra patria por su libertad. Y es histórica no solo por los acontecimientos ocurridos ese día, sino porque aquellas acciones no fueron en vano. Las semillas sembradas por los que cayeron para ver a Cuba libre han dado su fruto: esta Revolución invencible.

Por eso, ¡cubanos de todas las generaciones!: ante el recuerdo de nuestros muertos, ¡seamos siempre fieles a la Patria y a la Revolución! (Aplausos.)

Sirvan este aniversario 500 y este 26 de Julio como reafirmación del espíritu que llevó a los primeros combatientes, al  mando del compañero Fidel, al asalto de esta fortaleza, hoy convertida en escuela, como ratificación de la voluntad emancipadora que ha acompañado a los combatientes y al pueblo en estos 62 años.

¡Gloria eterna a los héroes y mártires del 26 de Julio! (Exclamaciones de:  “¡Gloria!”)

¡Viva la Revolución!  (Exclamaciones de:  “¡Viva!”)

¡Viva Fidel!  (Exclamaciones de:  “¡Viva!”)

¡Viva Raúl!  (Exclamaciones de:  “¡Viva!”)

¡Viva Cuba libre! (Exclamaciones de:  “¡Viva!”)

¡Venceremos! (Exclamaciones de:  “¡Venceremos!”)

(Ovación.)

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