Por Eyleen Ríos, enviada especial de JIT
York, Toronto.- Era uno de los resultados incluidos en todos los pronósticos, pero es en la competencia donde estos se concretan o no, y el examen llegó este viernes con el lanzamiento del disco entre mujeres del atletismo de los XVII Juegos Panamericanos.
Las cubanas Denia Caballero y Yaimé Pérez se sentían seguras sobre dos lugares en el podio para ellas. Solo faltaba la definición de cuáles.
Por eso no sorprendió verlas adueñarse de la punta desde la segunda ronda en un estadio de la Universidad de York “castigado” por un sol que pareció llegar para saludar sus medallas de oro y plata.
Nuevamente fue Denia la que llevó la mejor parte, pues como sucedió en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Veracruz´14, se quedó con el oro, esta vez con marca de 65,39 metros.
«El círculo me resbalaba un poco y por eso cometí tantos fouls, pero sabíamos que una de las dos iba a ser la campeona», dijo a la prensa la campeona luego de pasear la bandera por la pista en compañía de Yaimé.
Esta cerró segunda con 64,99 metros y aseguró no encontró complicada el área de competencia, pero sí la descoordinación experimentada en ciertos momentos, que le limitó para lograr un mayor disparo.
«De todas maneras estoy feliz con mi medalla, no satisfecha porque quería mejor marca», explicó la santiaguera que en la Liga del Diamante de Laussana, a principios de mes, consiguió derrotar a la increíble croata Sandra Perkovic.
Denia llegó a esta urbe como líder del ranking tras los 70,65 metros firmados en Bilbao el 20 de junio pasado, y quería actualizar el récord de la competencia (66,40), pero la aspiración no se le cumplió.
Resultó la octava vez que las discóbolas cubanas consiguen el 1-2 en una competencia a este nivel como continuidad de una historia comenzada en Cali´71 con Carmen Romero y María Cristina Betancourt, y que tuvo sus últimas exponentes en Río de Janeiro´07 a base de Yarelis Barrios y Yania Ferrales.
Ahora se adueñó del bronce la estadounidense Gia Lewis-Smallwood (61,26).
