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Informatización de la sociedad cubana: retos y prioridades

El titular de las Comunicaciones refirió la importancia de la cultura tecnológica. Foto: Roberto Carlos Medina
El titular de las Comunicaciones refirió la importancia de la cultura tecnológica. Foto: Roberto Carlos Medina

 

La estrategia para el desarrollo y la proyección de las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC), así como su acceso, fueron de los temas debatidos en la jornada vespertina de este viernes, durante la sesión plenaria del X Congreso de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC).

El Ministro de las Comunicaciones (MIC), Maimir Mesa Ramos, brindó a los delegados una panorámica general sobre  la situación actual de Cuba en cuanto al perfeccionamiento de la Internet y otros 34 proyectos—de los cuales ya se han puesto en práctica 13— que se realizan en materia de conocimiento, economía y actividad política.

“Hemos establecido una estrategia en el campo de la tecnología que contribuya al avance de la soberanía ideológica, la cual permita marcar prioridades de acuerdo con el proceso de transformaciones con que cuenta este sector en la actualidad.

“No es un secreto que la informatización resulta prioritaria en estos días para el país. Vivimos tiempos en los cuales el concepto de Internet es diferente para todas las naciones y debemos luchar para que nuestros criterios respecto al tema sean posicionados a nivel mundial”, precisó el titular.

Asimismo, el viceministro José Luis Perdomo Padilla,  refirió que la nación está decidida a conectarse con el mundo, a pesar de la restricción económica y la propaganda reaccionaria existente. “El éxito radicará en lograr una infraestructura que sirva de soporte a la informatización social, logrando un despliegue de Internet en la Isla”, puntualizó.

También se debatió sobre la política establecida para informatizar  la  sociedad, la cual tiene dentro de sus objetivos facilitar el amplio acceso de los ciudadanos a los contenidos y a los servicios digitales; modernizar las esferas laborales, priorizando la educación, la salud y el deporte, y proteger al país—desde el punto de vista informático— de la subversión política e ideológica.

Se habló también de la necesidad de incrementar el comercio electrónico interno, y del papel destacado de la Red Cuba, con el concepto de acceder y unir a todas las redes de informatización nacional.

Como proyectos venideros se anunció la venta de cajitas de televisores de alta definición de fabricación nacional, así como establecer la banda ancha, propuesta estratégica para el desarrollo.

Entre las deficiencias del MIC están las insuficientes posibilidades económicas a partir de las altas demandas de inversiones e infraestructura.

Perdomo Padilla señaló que Cuba ocupa el lugar 160 en infraestructura de acceso para establecer una conexión y tiene el número 44 respecto a la capacidad y formación intelectual para entender el mundo digital; tal cifra nos ubica como una de las naciones con mayor empeño para concientizar la utilidad de Internet y las nuevas tecnologías.

“Continuamos con un elevado nivel de obsolescencia tecnológica, un bajo nivel de investigación y desarrollo en nuestras temáticas, así como una reducida capacidad de las radio bases de telefonía móvil. Es de carácter prioritario  crear las acciones para beneficiar a todo nuestro pueblo, desde una ama de casa hasta un profesional”, continuó.

Por otra parte, las preocupaciones de los delegados estuvieron encaminadas a conocer las acciones de ese Ministerio para incrementar la cultura de la población cubana respecto al tema.

Manuel Reina, secretario general de la UJC en la Universidad de Ciencias Informáticas (UCI), resaltó la necesidad de aumentar el conocimiento desde el punto de vista económico y  de promover la generación de contenidos sobre la base de herramientas propias.

Finalmente, el titular del MIC señaló que las acciones se deben centrar en trazar soluciones para llevar la conectividad a los hogares, aun cuando en el país existen más de tres millones de teléfonos móviles y 1,2 millones de fijos, lo cual obliga al gobierno a trabajar para repensar los costos de la telefonía celular.

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